El mundo de Nelsito o la vida real

Por Irina Pino

HAVANA TIMES – Todos tenemos un mundo íntimo, donde podemos hacer lo inverosímil, crearnos una vida mejor. La imaginación novelada es similar a los sueños, con la excepción de que no estamos dormidos. Con trece años yo era la amante de Errol Flynn, me paseaba en su barco y teníamos innumerables aventuras. Era mi galán.

La última película del director cubano Fernando Pérez, El mundo de Nelsito, es una obra concursante del 43 Festival de Cine Latinoamericano de La Habana. Se hizo en conjunto con la productora española Wanda y el ICAIC, con locaciones en Alamar, Boyeros, 10 de octubre y el Municipio Plaza.

Las actrices Paula Ali y Laura de la Uz

Pérez es un retratista del acontecer de la isla; lo ha hecho antes con sus filmes, Suite Havana, La pared de las palabras, Hello Hemingway y Últimos días en La Habana.

La trama es sobre un joven discapacitado de origen humilde que vive con su madre, una artista plástica, divorciada, que no vende sus cuadros.

Nunca se habla del extraño padecimiento del joven, pues se le muestra siempre acostado y sin hablar. En una oportunidad ve la puerta abierta y aprovecha para salir a la calle, entonces sufre un accidente.

Aquella salida es una especie de liberación, pues abre una puerta secreta, donde solo él tiene acceso. Comienza a hilvanar historias donde participan sus vecinos, pero con otras vidas.

Sus personajes son gente común, que se mueven buscando alternativas para vivir, dentro de una crisis económica a la par de sus crisis existenciales. Muy creíbles.

Isabel Santos

Nos entretiene lo rocambolesco de las historias, su propia madre es una pintora exitosa, reconocida mundialmente y con mucho dinero. Sin embargo, no es feliz, mantiene una relación amorosa con su gigoló, permitiéndole engaños y maltratos físicos.

Las amigas de su madre son una marchante de arte y una doctora, ambas la apoyan y participan de sus excesos, incluido el asesinato.

No hay personajes buenos ni malos, todos están relacionados de una forma u otra y llevan sus conflictos y su carga de culpa.

Se exploran las bajas pasiones desde la comedia negra, hechos trágicos provocan la carcajada, aunque sea amarga.

Mundo oscuro, subjetivo, nada agradable. Es el mundo real, cruel y sin valores éticos. Nadie puede sospechar que un chico postrado tenga tal imaginación.

Hay una escena donde una pareja golpea a una anciana con su auto y un cuidador y su esposa, que ven el acto, tratan de sobornarlos exigiéndole 1000 dólares. El cuidador plantea dos versiones para decir a la policía: “que vieron a la señora abalanzarse contra el auto”. Y la segunda: que iban a exceso de velocidad. Ellos deben escoger.

Virando la tortilla, al final nos enseña acerca del amor, la amistad y la compasión.

Fernando Pérez ha dicho que la cinta es un juego de estructuras narrativas y un juego de personajes. Y es verdad, la vida es rica, no todo es blanco y negro.

Fernando Pérez

El elenco tiene a las excelentes actrices Isabel Santos, Laura de la Uz, Paula Alí, Jacqueline Arenal, Edith Massola, y Yerlin Pérez. Junto al debutante José Raúl Castro, en el papel de Nelsito.

Sheila Pool hizo un buen diseño de la banda sonora, con predominio de música cubana. La fotografía corrió a cargo de Raúl Prado, donde abundan los primeros planos, para dar sensación de intimidad entre personaje y espectador. La cinta está dedicada al fallecido director de fotografía, Raúl Pérez Ureta, muy valorado por los cineastas cubanos, por el sentido expresivo del uso de la luz en una escena.

Confieso que disfruté la película al máximo y no me aburrí para nada. Es muy divertida, al igual que Últimos días en La Habana.

Ayer la sala del cine Yara estaba repleta de público que, emocionado, la premió con aplausos. Ahora solo faltan los premios del jurado. Espero los consiga.

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