Apuntes de un cine reflexivo

Por Irina Pino

HAVANA TIMES — Revisando sitios digitales, me encontré con un artículo que hablaba sobre las cifras millonarias que se recaudarían este año por concepto de venta de películas –solo en los Estados Unidos y en Europa–, y no pude nada menos que asombrarme. Las cintas recaudadoras, entre otras, son Jurassic World, Avengers, Los juegos del hambre y la última entrega de la saga del agente James Bond.

Tal parece una fábrica de chorizos, donde el aparataje y los efectos especiales son lo único trascendental; los mensajes de entendimiento, de no violencia, crecimiento personal y valores éticos quedan relegados. El entretenimiento puede ser útil y aportar, no solo debe ser cáscara de emociones vacías, donde lo efímero sustituye a lo profundo.

Una enseñanza humana, algo de qué aferrarse, puede transformarse en una experiencia salvadora. El acercamiento entre los seres humanos, la belleza, el amor, necesitan ser reflejados y ganar mucho más adeptos en un público cinéfilo.

Hace poco vi el filme inglés Still Life, escrito y dirigido por Uberto Pasolini, que cuenta la historia de un hombre que prepara funerales para personas especiales, seres excluidos del medio familiar, algunos que vivían acompañados de sus mascotas, personas tristes, con profesiones y vidas anónimas, que durante un momento de su existencia tuvieron un punto de giro que los colocó en una situación desesperada; vidas oscuras que a nadie inquieta, sin glamour, ni publicidad. El actor escogido no poseía los atributos físicos del galán. Con mínimos gestos y pocas palabras se evidenciaba el carácter introvertido del personaje, la contención era su arma expresiva.

El protagonista es un empleado que inspecciona las viviendas de los fallecidos, hurgando en los detalles que los rodea, y de esta manera reúne evidencias con los lazos del pasado. Su sistema de organización lo hace archivar a esta gente como “casos”. También él es un solitario, y su propia vida es como la de aquellos desconocidos, esta analogía transcurre a lo largo de la película como una suerte de hilo conductor.

Contacta a familiares y amigos para convocarlos a la despedida final, y en disímiles ocasiones tropieza con hijos indiferentes, con lejanos amigos que apenas los recuerdan. La ceremonia para despedir el duelo es la historia resumida del que ya no está, contada poéticamente a partir de sus hallazgos: fotos de familia, cartas, tarjetas de felicitación, un simple objeto, como una parte preciosa de la vida que se apagó.

La muerte aquí tiene dos aristas: la de los empleados que les urge deshacerse de esos muertos molestos, y la de John May, que la asume y le rinde su homenaje póstumo a los que se van “passaway“.

Después de valorar este “otro cine”, acude Chaplin y su ingenio, con el que aprendimos a reír y a llorar, además de reflexionar, no solo a ver el continente, sino la parte de la naturaleza humana que suele estar escondida.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

  • Cancion del Dia
  • Mundo
  • Noticias
  • Segmentos

Mayra Andrade – Canción del día

La artista destacada de hoy es Mayra Andrade de Cabo Verde con la canción Tan…

  • Mundo
  • Noticias

Haití estrena presidencia colegiada de nueve miembros

De los 11,5 millones de habitantes en este país, unos 4,5 millones necesitan ayuda humanitaria…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.