Zoosadismo en Cuba

Irina Echarry

Ruben Marrero Pernas es denunciado como violador y asesino de perros. Fotos: Pagina de Facebook de Cubanos en la defensa de los animales (CEDA) /cibercuba.com

HAVANA TIMES – Como lo oyen, un caso de zoosadismo ha calentado las redes. Me enteré por la nota publicada por el grupo Cuba contra el Maltrato Animal, creado para denunciar hechos denigrantes realizados por seres humanos contra los animales. Recomiendo esa vía para estar al tanto de lo que sucede en nuestro país al respecto.

Resulta que Rubén Marrero Pernas, extrabajador del Centro de Neurociencias de Cuba, torturaba, violaba y asesinaba perros. Y no solo eso, sino que filmaba o tomaba fotografías de sus actos sádicos y los compartía en una red oculta de zoófilos llamada Beast Forum. Se escondía tras varios alias: Woof, Warg, Schwarz, Wolfss, Ulfr y Schwarzweiler.

Según la nota, “dada la magnitud de la exposición y ostentación de Marrero, algunos miembros de la red de zoosadismo comenzaron a filtrar información en otros sitios”. A muchos les llamó la atención el contenido desagradable de sus publicaciones y se dieron a la tarea de rastrearlo.

Un grupo de 50 activistas de diferentes lugares del mundo trabajaron durante un mes hasta lograr identificarlo y reunir evidencias.  La nota aclara que “el material disponible se le pasó a las autoridades competentes en Cuba hace más de un mes, PERO ese individuo sigue suelto en las calles de La Habana”. La publicación del hecho serviría para dar a conocer su rostro y evitar más sufrimiento animal.

Hacía poco que este joven de 29 años había adoptado una cachorrita al grupo Cubanos en defensa de los animales (CEDA), a la que torturó y luego mató. También “Protección a animales de la Ciudad” PAC en un comunicado reconoció que el individuo había asistido a talleres de adiestramiento y comportamiento canino ofrecidos por el grupo. Es un tipo peligroso ese que aparenta ser tranquilo, bondadoso y luego es capaz de hacer barbaridades a los seres que pretende salvar.

Hace un año y pico en Manzanillo unos jóvenes quemaron vivo a un cachorro y se filmaron riendo, disfrutando el momento en que el animalito salía envuelto en llamas. Las organizaciones defensoras de animales salieron enseguida a la calle y recogieron firmas para que no hubiera impunidad. Fueron enviadas cartas a varios organismos e instituciones, incluso, los pirómanos fueron detenidos, pero no se les castigó como merecían. ¿Qué puede suceder si en Cuba no hay una ley que los condene?

Ha pasado el tiempo y este nuevo caso confirma la necesidad de seguir exigiendo esa ley de protección animal.

Ahora Rubén Marrero Pernas está detenido, y sus perros -un pastor alemán macho y una rotweiler hembra -a los que violaba- fueron “decomisados”. CEDA se encargará de su atención veterinaria y los cuidará hasta que estén aptos para darlos en adopción, aunque serán monitoreados por largo tiempo. Según comentarios publicados en las páginas que han hablado del tema, primero los llevaron para Zoonosis. Imagino que debieron movilizarse rápido, pues, una vez allí, en 72 horas estarían condenados a morir con estricnina si nadie los rescata.

Todo eso me hace pensar en varias cosas. Una es la importancia de Internet. Aún en Cuba, con las precarias conexiones que tenemos, es una herramienta de información y movilización. Se entiende que el Gobierno le tema. Internet sirve para alertar sobre maltratos, secuestros, arbitrariedades, abusos, y generar conciencia en torno a esas denuncias, manteniendo la colaboración entre cubanos que están fuera y dentro del país. En definitiva, nos prepara para cuando en la “vida real” podamos organizarnos, asociarnos.

El otro asunto que llama mi atención es el valor de enfocarnos en un objetivo común. Las organizaciones defensoras de animales merecen todo nuestro respeto. Son capaces de organizarse y convocar a los activistas, rescatistas, protectores. De hacer un pronunciamiento concreto sobre el tema y de apoyarse mutuamente, a veces sin proponérselo.

No es que sean una sola, son varias y hay, también, protectores independientes que no están afiliados a una organización como tal, sino que trabajan por su cuenta. No hay un único pensamiento, al contrario; lo importante aquí es que se unen por la misma causa: proteger a los animales.

Entonces, cuando vemos un resultado como este, no es un acto de magia lo que ocurre, sino la consecuencia del esfuerzo y la concentración de fuerzas, energía, dedicación y amor para un mismo objetivo. Es impresionante cómo las personas reaccionan y actúan. Esto deja, sin duda, una esperanza en el ser humano. Lástima que algunas personas lo empañen incitando a la violencia, deseando la muerte, o malinterpretando palabras, claro, me dirán que cada uno es libre de expresar lo que quiera…

Por último, este caso nos ha permitido corroborar la desconexión existente entre la prensa oficialista y la vida cotidiana. El Centro de Neurociencias de Cuba se pronunció inmediatamente en su página de Facebook aclarando que Rubén Marrero Pernas “ya no es trabajador del polo científico, fue expulsado del sector al conocerse y verificarse sus actividades ilícitas y repugnantes”.

Y explicó que “esas conductas detestables son incompatibles con la pertenencia al sector. Se le ha informado del incidente a los órganos competentes para las ulteriores acciones y que procedan”. Hasta ahora ningún órgano de prensa estatal ha sacado la noticia. Resulta muy absurdo que un país que se pretende justo, solidario, etc, mantenga a sus ciudadanos ajenos a situaciones como estas.

En lo personal, el asunto me tiene perturbada. Quiero que ese individuo pague por lo que hizo, y pienso: ¿Bajo qué cargos lo detuvieron? ¿Qué sanción habría para él? ¿Es un loco o un sinvergüenza? Muchas personas quisieran respuestas a esas preguntas.

Si en Cuba no hay ley que condene a los maltratadores, no podrá ser juzgado como tal. Entonces todo se vuelve confuso: ¿Lo condenarán por crear y difundir pornografía? ¿Cuánto deberá pagar por eso? ¿Es suficiente? ¿Y los seres que torturó y asesinó?

Si no está contemplado en la ley, el hecho de dañar a animales ¿puede convertirse en agravante? Un amigo me dice que otra opción sería la ley de peligrosidad, con la que se juzga a una persona por un delito que no ha cometido, pero es posible que lo haga. Por esa ley han sufrido cárcel muchas personas que piensan diferente a la política oficial y no la creo justa. Si se juzga a Marrero Pernas por peligrosidad, ¿ahora estaría bien empleada? ¿Sería ético de mi parte aceptar que se use una ley que considero debe derogarse?

Son muchas inquietudes, quizá alguien pueda aportar alguna solución que yo no conozco. Pero todo apunta a que el Estado debe asumir una postura firme que regule las conductas lesivas contra los animales, para que quien los dañe, sea quien sea, pueda ser encausado legalmente y con justicia. Queda de nuestra parte seguir exigiéndole al Estado.

 

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