El problema de Alexis

Irina Echarry

Foto: Franco Alberto Sangles Fonseca

Alexis es mi amigo hace mucho más de una década, tiene 36 años y ha vivido siempre en la casa de su abuela.  Pero su abuela tiene un hijo (que no es el padre de Alexis) que a su vez tiene esposa y dos hijos.  Además su abuela tiene un esposo, Arcadio.  En la casa solo hay tres cuartos: uno para el matrimonio joven, otro para los hijos y un tercero para la abuela, su esposo y Alexis.

Hacía casi dos años que Alexis no hacía estancia en su casa, pero ha tenido que regresar.  Otras veces ha preferido dormir en la sala, ahora no quiere debido a una dolencia lumbar que lo aqueja a cada rato y que el piso recrudecería.  Entonces no ha tenido otra opción que soportar la mala cara de Arcadio que ya se sentía dueño del cuarto y ahora ve afectada su privacidad.

Alexis es Licenciado en Rehabilitación Física y trabaja en un policlínico.  Su salario es de 418 pesos mensuales, lo que equivale a 17 cuc.  No tiene familiares en el extranjero que le envíen dinero, o sea, tiene que arreglárselas con el que gana; de vez en cuando hace algún masaje fuera de la jornada laboral por el que le pagan algo, no lo que vale.

Con esa cantidad de dinero no puede pagar un alquiler.  Hace rato solicitó una misión en Venezuela y ahora espera que lo citen, pero el tiempo pasa y la llamada no llega.  El objetivo de su viaje sería ahorrar dinero para comprar una casa.  Mientras tanto sigue compartiendo el cuarto, sin comodidad para leer, escuchar música o hacer ejercicios.

La mayoría de las veces la rutina lo agobia.  Llega del trabajo, se baña, come y sale a caminar por las calles de Alamar pensando en que apenas le quedan amigos para visitar, casi todos se han ido del país y los que se quedaron están sumidos en su vorágine diaria por lo que se acuestan temprano.  Los escasos parques que hay en el reparto tienen pocos bancos donde sentarse a pasar un rato y ninguno está alumbrado, así que no podría leer.

Anoche la abuela pidió tener una conversación de “abuela a nieto.”   Le dijo que Arcadio necesita “desahogar,”  “yo ya no necesito hombre, pero debo complacerlo; no te preocupes eso no ocurre tantas veces en el mes.”

Alexis espera en mi casa a que terminen su sesión de “desahogo” y luego vuelve a la habitación compartida pensando que llegará el día que pueda pagarse con su salario un sitio donde dormir en paz.

Eso quiere decir un lugar donde no lo molesten ni él perturbe a los demás, algo que todos deseamos.

Articulos recientes:

  • Foto del dia
  • Noticias

Estación de Pra Loup, Provence, Francia – Foto del día

Xavier Anaise de Francia tomó nuestra foto del día: "Estación de montaña Pra Loup" en…

  • Cuba
  • Diarios
  • Eduardo N. Cordovi

La Habana de nuestro tiempo

No que los humanos tengan que inmolarse o sacrificarse, para que las ideologías prevalezcan a…

  • Mundo
  • Noticias

Miles de personas se manifiestan en diferentes ciudades de Australia para exigir el fin de la “epidemia” de la violencia contra las mujeres y más noticias internacionales

Presentamos las noticias internacionales en breve recopilada por Democracy Now el lunes 29 de abril de 2024.

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.