El Jesús de Cuba

Por Graham Sowa

Vengan a Mi

HAVANA TIMES – Che Guevara, Camilo Cienfuegos y Jesucristo. Aunque sea de forma temporal, el Salvador cristiano es la tercera persona en ser inmortalizada en un lado de un edificio (en este caso el de la Biblioteca Nacional) en la Plaza de la Revolución.

De pie, con los brazos abiertos, encima de una pancarta que dice “Venid a Mí”, el Mesías le exige a los turistas que llegan en autobuses que alejen sus cámaras del revolucionario argentino y la dirijan hacia el Hijo de Dios con aspecto nórdico.

Desde la imagen de la película cubana Fresa y Chocolate, donde se encontraba cerca los coloridos bustos de Jesús y Karl Marx, después destruidos, no le habían puesto a un comunista y un deidad tan cerca en un lugar público.

La Plaza de la Revolución es un gran pedazo de hormigón expuesto al sol, rodeado de ejemplos insulsos de arquitectura civil que albergan importantes organismos gubernamentales.

Imagínese si el Capitolio de Estados Unidos, el West Wing, el cuartel general J. Edgar Hoover del FBI, la sede Langley de la CIA, el Pentágono, el centro Kennedy y la Biblioteca del Congreso estuvieran todos en un radio de dos cuadras. Básicamente, eso es la Plaza de la Revolución, el centro neurálgico de las organizaciones políticas, culturales y militares de Cuba.

Y ahora agreguemos a Jesús, mirando hacia abajo, a la espera de cientos de miles, tanto de fieles como de curiosos, que verán al papa Francisco este fin de semana.

Si pensabas que el comunismo y el cristianismo eran incompatibles, entonces prepárate para nacer otra vez en la Cuba del siglo 21.

Incluso después de seis años de vivir en La Habana, todavía me sorprende lo rápido que lo inesperado puede suceder. Si usted me hubiera preguntado la semana pasada “¿Cuándo un cartel gigante de Jesucristo se desplegaría en la Plaza de la Revolución?”, Me habría encogido los hombros y le hubiera dicho: “Tal vez en una década.” Esa es la respuesta habitual que doy cuando la gente me pregunta cuándo ocurrirán grandes cambios en Cuba.

Pero en un examen más minucioso creo que todavía doy demasiado margen a esos viejos cuentos de que la Isla es un lugar estancado e inmutable. A menudo, este mensaje es propagado por aquellos que quieren evitar el intercambio y la curiosidad. Su mensaje de miedo es fácil de escuchar, porque se ajusta a nuestras suposiciones acerca de lo que se presume que es el comunismo. Al mismo tiempo esto nos obliga a tener que aprender realmente sobre la cultura o la sociedad cubana.

Desde que vivo aquí he visto a 130 presos políticos a los que se les han conmutado sus condenas; al jefe de Estado, Raúl Castro, anunciar un plazo límite para su cargo (acabará su mandato en el año 2018); la posibilidad de viajes internacionales para los cubanos sin tener que pedir permiso al Gobierno; un par de candidatos de la oposición participando en las elecciones de los delegados municipales (perdieron); la liberalización del comercio en pequeña escala y la industria de servicios (crecimiento rápido); la compra y venta de casas, automóviles y artículos electrónicos (todavía muy caros); la inclusión de las personas LGBT en un discurso público sobre género e igualdad sexual, y una invitación abierta a los capitalistas y socialistas por igual a invertir, visitar y disfrutar de la isla. Esto es sin mencionar la gran cantidad de otras reformas que pasan desapercibidas, fallan o se quedan en el camino.

Así que cuando los políticos y los especialistas digan a los Estados Unidos y a Barack Obama que están dando demasiado margen de acción a Cuba, digo a nuestro Presidente que apenas está comenzando.

Cuba tiene mucho que perder si no es lo suficientemente ágil como para saber cuándo hay que hacer cambios. Estados Unidos tiene relativamente poco que perder si mantiene sin cambios la política que mantiene desde mediados de la década de 1960, que ahora ya tiene 10 presidentes de edad.

Cuba, en silencio, fue de un estado que no permitía que los religiosos participaran en la política partidista a una nación en la que una imagen gigantesca de Jesucristo cuelga ahora en la santa Plaza de la Revolución. ¿Adónde hemos llegado? Los Estados Unidos siguen restringiendo a sus ciudadanos de viajar y negociar libremente con la Isla.

Mientras tanto, Cuba sigue el mensaje de Jesucristo: Ven a Mí, como eres.

Ahora pongan esa música gospel a ritmo de salsa y comiencen a pasar las canastas de recolección, pues será otro año récord para el turismo.

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