Caracol Gigante Africano, un alienígena en Cuba

By Esther Zoza

HAVANA TIMES – El Caracol Gigante Africano no deja de ser noticia en Cuba. Su primer avistamiento fue en el año 2014, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo. Algunos especulan si su arribo fue realmente motivado por el tamaño y forma de su concha.

Si algo le gusta al cubano es coleccionar. Teniendo en cuenta lo anterior, no es para nada extraño que algunos de nuestros compatriotas coleccionen caracoles tanto marinos como terrestres.

La naturaleza pródiga en nuestra Isla nos ha obsequiado una variada gama de moluscos, entre las que destacan las polimitas: los caracoles más matizados de todas las especies, y los más conocidos por nuestros niños. A eso se suma que los caracoles terrestres poseen diversas y hermosas formas de conchas, que los hacen extremadamente llamativos, deseables y lucrativos. 

Entre las posibles causas del arribo del susodicho Caracol Gigante Africano a la Isla, se ha esgrimido la posibilidad de su llegada en la valija de algún devoto de las deidades africanas, dando curso a una de las más variopintas leyendas.

Algunos llegan a afirmar que alguien con negocios en el área de restaurantes o cafeterías, percibió su futuro como un suculento manjar, otros aseguran que su venta ornamental o religiosa hubiese sido un éxito.

Lo irrefutable es que estos macarrónicos alienígenas han invadido no solo cultivos, pastos, jardines y patios, sino que podemos encontrarlos en las aceras y escaleras, incluso frente a las puertas de las viviendas.

Se ha expandido de manera tal, que el Gobierno se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto, creando grupos para reducir y controlar sus riesgos. De que se trabaja duro, no hay duda. La prensa escrita, la radio y la televisión han difundido sin cesar las características de esta especie invasora, y alertado los diversos modos de su posible exterminio.

La gente chapea los jardines y solares yermos aledaños a sus casas, participa en su localización y enterramiento, pero… ¿cómo constatar el paso de estos depredares por los vegetales y frutas que consume la población? ¿Cómo garantizar que los diferentes espacios de juegos de nuestros niños estén a salvo de su macabra estela? ¿Cómo predecir que nuestra gente, abocada en tantas urgencias diarias, tome las medidas necesarias de higiene?

Debemos alertar que este molusco no solo pone en peligro la salud humana, al ser hospedero de un nemátodo que produce una afectación a las meninges, conocida como meningoencefalitis eosinofílica, sino también a otros moluscos.

La mayoría de los participantes en las búsquedas de exterminio, son desconocedores de la forma de su concha en los estadíos iniciales, y van por los caracoles de otras especies, más pequeños, que habitan en los jardines, y en ocasiones incursionan en las aceras.

No solo he visto gente caminado por los repartos mirando dónde ponen los pies con temor a contaminarse, también niños pequeños pisoteándolos, sin distinguir entre un ejemplar y otro.

Se dice que Cuba es el sitio del planeta donde existe mayor número, especies y clases de moluscos terrestres, ¿seremos acaso el primer lugar del planeta que contribuya a su erradicación?