A ella le gusta la gasolina

Reseña de las estadísticas energéticas para Latinoamérica

Reggaeton cornucopiano. Collage by Demian Morassi

Erasmo Calzadilla (con el ambientalista y profesor argentino Demian Morassi)

HAVANA TIMES — En los últimos diez años los cantantes de reggaetón cambiaron la idea que se tenía de la música latinoamericana. En sus videoclips abunda la adrenalina, el voltaje, la calentadera, la velocidad, las motos de alto cubicaje, los automóviles deportivos, los yates lujosos y los jóvenes hiper-sexuados. Daddy Yankee en uno de sus temas nos da la clave para comprender lo que subyace.

Hace unas semanas British Petroleum, publicó su informe anual [1] y sí, tenía razón el reggaetonero: Somos adictos al petróleo y sus derivados; el oro negro constituye casi el 50% de nuestra dieta energética y cada año consumimos más.

Una adicción peligrosa e insostenible. Si el “metabolismo” de este combustible continúa al ritmo de los últimos años, en menos de un quinquenio nuestros pozos serán incapaces de satisfacer la creciente sed. La abstinencia de petróleo tiene un rostro feo; que lo cuenten Grecia, Siria y Yemen.

La larga temporada de altos precios no fue suficiente para acelerar el bombeo de crudo más allá de cierto límite. El precio y la producción se comportaron de manera inelástica confirmando la tesis de que, más que económico, se trata de un asunto físico (geológico, energético) y con las leyes de la física es más difícil inflar los números.

El deterioro de la industria petrolera en Latinoamérica es apreciable en lo concerniente a la refinería. Tanto la capacidad como el flujo de refinería cayeron escalonadamente a lo largo de la década; recuperarlas resultará difícil para una región cuya economía desacelera desde hace varios años.

La pérdida de la capacidad de refinería se traduce en dependencia: En 2004 éramos exportadores netos de derivados del petróleo (0,6 millones de barriles diarios). Una década después importamos (neto) aproximadamente 1,6 millones de barriles diarios.

En el mundo ideal que imaginan los neoliberales esto no tendría nada de malo; en el mundo real, con el declive energético a punto de consumarse, depender de lejanas refinerías es, además de costoso, peligroso.

Diferencia entre países

La producción de petróleo, combustible clave para el desarrollo económico, está mal repartida a lo largo del continente, unos extraen mucho y otros nada.

Los productores, como era de esperar, consumen significativamente más que el resto.

Si esta desigualdad continúa, en el futuro se abrirá aún más la brecha económica y es de esperar que se intensifiquen los conflictos inter-regionales.

Fuentes de energía renovable y otras

Las renovables (en este apartado BP incluye eólica, solar, biomasa y geotérmica) crecieron exponencialmente durante los últimos años. Aun así, a la altura de 2014 su aporte al mix energético total es todavía despreciable (2,8 %). No está de más recordar que las renovables sólo producen electricidad, que constituye una parte no mayoritaria de las necesidades energéticas de las sociedades modernas. En muchos sectores los combustibles fósiles son insustituibles como fuente de energía.

Los biocombustibles también crecieron a buen ritmo en los últimos diez años, a costa de áreas naturales de altísimo valor ecológico (entre otros valores) y arrebatando terreno al cultivo de alimentos. Detrás de tantos destrozos uno esperaría encontrar una fuente de alto e insustituible aporte energético, pero no, los biocombustibles han reportado un bajísimo rendimiento (Brasil, el productor con más historia, consigue entre 2,5 y 9 litros de output por cada litro que invierte [2]) y su contribución al consumo total es más bien ridícula (2%).

Muchos se preguntan si los biocombustibles, las renovables u otras podrán compensar el declive de las fósiles en la región latinoamericana.

A continuación graficamos el consumo y la producción energética correspondiente a todas las fuentes y trazamos las líneas de tendencia suponiendo un comportamiento lineal.

El gráfico está diseñado asumiendo que la tendencia actual va a continuar, cosa muy poco probable. Poco probable porque la caída del petróleo arrastrará a las otras fuentes de energía; pero además los biocombustibles, la energía hidráulica y la nuclear se verán frenados a corto plazo por los límites físicos del sistema.

Aún asumiendo que estas “desgracias” no sucedieran, en muy poco tiempo el consumo de energía superará la producción. O para ser más exactos, el consumo (y con él la economía en su totalidad) tenderá a ajustarse al ritmo y los vaivenes de la producción, sin margen para maniobras.

El análisis poblacional saca a la luz otro agravante. Pese a la pobreza crónica, o tal vez por ella, la población latinoamericana crece a un ritmo más acelerado que la producción de energía. La producción de energía per cápita llegó a su cenit y declina desde 2006. El consumo por habitante parece haber llegado a una meseta; su caída tendrá un alto impacto social.

Conclusión

A pesar de haber sido bien dotados por la naturaleza, el panorama energético de la región luce complicado. Si el rumbo de las cosas no cambia (sólo un milagro podría) crisis económicas y políticas romperán la precaria armonía que logró el continente durante la pasada década.

Necesitamos mirar cara a cara al problema y dejar de fantasear con soluciones mágicas. Ni la lucha contra la corrupción o el narcotráfico, ni las renovables, ni el fracking, ni gobiernos progresistas podrán evitar lo inevitable.

Pero no todas son malas noticias. El reggaetón de alto voltaje y la cultura consumista que le acompaña correrá la misma suerte que la gasolina. Y mañana o pasado los sobrevivientes podrán intentar otra vez un mundo que “baile y cante” a un ritmo más humano.

Notas:

  • El informe de BP separa a Centro y Sudamérica (incluyendo a Puerto Rico) de Norteamérica, donde se encuentra México; en nuestro trabajo incluimos a los primeros y al último dentro de Latinoamérica, aunque cultural y lingüísticamente no es exacto.
  • Este trabajo fue escrito en colaboración con el ambientalista y profesor argentino Demian Morassi. Demián ha publicado varios artículos en revistas como Rebelión, SurYSur y The Crash Oil.

 

Articulos recientes:

  • Mundo
  • Nicaragua
  • Noticias

La Haya falla contra solicitud del régimen de Ortega

Corte Internacional de Justicia rechaza imponer medidas cautelares contra las exportaciones alemanas de armas a…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

En la Atenas de Cuba “todo se hace a pie”

Ni la figura de los "azules", inspectores encargados de interceptar a los vehículos y embarcar…

  • Cancion del Dia
  • Cuba
  • Noticias

Esperanza Spalding – Canción del día

La artista destacada de hoy es Esperanza Spalding con la canción Afro Blue de Mongo…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.