José Martí, el símbolo más alto de la Patria cubana

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – El apóstol de la independencia cubana, José Martí, es admirado y respetado en todos los rincones del mundo, no solo por haber organizado, en 1895, la reanudación de la Revolución interrumpida en 1878, para lo cual tuvo que realizar una colosal tarea en busca de la unidad de todos los cubanos patriotas, fundar un partido para dirigir la Revolución y reunir a los principales jefes que ya habían dado muestras de valor y patriotismo en la guerra de los 10 años, sino también por su enorme obra intelectual, conocida en todo el orbe y traducida a numerosos idiomas.

No existe en Cuba un niño, un joven o un adulto con dignidad y decoro que no adore y respete a Martí. Por eso podemos afirmar con toda seguridad que es el símbolo más alto de la Patria cubana, y los enemigos de la Revolución lo saben, por eso, como no han podido doblegar a nuestro pueblo, quitándole toda posibilidad de subsistencia, incluidas medicinas para salvar vidas, mandan a sus asalariados contrarrevolucionarios a que mancillen nuestro símbolo más sagrado.

Profanar un busto de Martí es la acción más aborrecible que se pueda cometer contra el pueblo cubano, y los que se prestaron a realizar semejante hecho deben recibir todo el peso de la ley y ser condenados a las mayores penas posibles, porque así lo pide la población.

El individuo que es capaz de realizar una acción de ese tipo, también es capaz de matar si se lo ordena la CIA, como hicieron los alzados en los montes de la Isla en la década del 60, armados y pagados por la CIA y que asesinaron a maestros, alfabetizadores y campesinos.

Esos son los hombres con que cuenta el imperialismo para acabar con la Revolución: sin decoro y sin moral, que pertenecen al bando de los que odian y destruyen, mientras los revolucionarios pertenecemos al bando de los que aman y construyen, según las palabras del propio Martí, quien escribió además que cuando hay hombres sin decoro hay otros que llevan en sí el decoro de muchos hombres.

Martí cayó en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895, cuando apenas recomenzaba la guerra de independencia, pero sus ideas y sus enseñanzas no murieron con él, siguieron combatiendo y ganaron la guerra, y siguen combatiendo y ganando batallas contra el imperio brutal que nos desprecia. Él fue el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada, según declaró Fidel Castro en el juicio por los sucesos del 26 de julio de 1953.

Todos los que se sientan realmente cubanos, estén donde estén, respetan a Martí. Con motivo de los hechos vandálicos contra bustos del apóstol, la Alianza Martiana de Miami dio a conocer una declaración que expresa, entre otras cosas, lo siguiente:

“Para cualquier cubano o cubana, no importa su convicción ideológica, los Símbolos Patrios: las banderas de la Patria; la de la Estrella Solitaria y la de Céspedes; el Escudo Nacional; el Himno de Bayamo, y las estatuas de nuestros próceres de la Independencia: Martí, Maceo, Máximo Gómez, Céspedes, Agramonte y los demás héroes y heroínas, muy especialmente José Martí, han sido venerados por todos los cubanos; compartidos por todos los cubanos.

 “Un número de forajidos mal nacidos en Cuba – a sueldo- han profanado bustos del Apóstol en La Habana.

“Los contrarrevolucionarios que lucran con el dinero que los gobiernos de Estados Unidos destinan para destruir la Independencia de la nación cubana, han vuelto a demostrar su imbecilidad, y en esta desgraciada ocasión, su imperdonable e insondable catadura moral.

“Las organizaciones de la emigración cubana y latinoamericana en Miami que integramos la Coalición Alianza Martiana: la Brigada Antonio Maceo; la Alianza Martiana- como organización individual-; la Asociación Cultural José Martí; el Círculo Bolivariano de Miami, Negra Hipólita-; la Asociación de Mujeres, y Radio Miami, nos unimos al sentir del resto de todos los cubanos bien nacidos, en la Patria y en cualquier rincón del mundo donde nos encontremos en condenar en los más enérgicos términos a aquellos monstruos que financian a esos engendros que cometen semejantes actos.

“¿Cuán bajo más pueden caer los delincuentes de la contrarrevolución cubana en su afán por destruir la Patria de Martí?”

Son palabras de cubanos dignos, que no viven en Cuba, pero se sienten patriotas y defienden a la Revolución socialista, porque saben que es el sistema más humano y antítesis del deshumanizado capitalismo.