El Partido es la garantía de la Revolución Cubana

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – Recientemente leí un comentario que escribió uno de esos individuos que tratan de ayudar al imperio a acabar con la Revolución cubana, y decía que el Partido Comunista de Cuba estaba por encima de la Constitución y de las leyes. Nada más absurdo, mentiroso y malintencionado. El Partido, con su trabajo político-ideológico garantiza, entre otras cosas, que todos cumplan las leyes.

El Partido cubano no es masivo, porque no es electoral, ni postula ni elige, funciones estas que son exclusivas del pueblo. Ningún partido impone candidatos, como ocurre en otros países. En Cuba, cada ciudadano es un partido, porque tiene la facultad de postular, pero también de revocar el mandato, cuando es necesario, por incumplimiento de las obligaciones de los elegidos.

El Partido Comunista de Cuba está integrado por los ciudadanos más revolucionarios, que lo han demostrado con sus acciones a lo largo de su vida. Por eso a todos los niveles del país, desde centros de trabajo, municipios, provincias y nación, este vela por el cumplimiento de la legalidad y de los objetivos fundamentales de la Revolución, que se resumen en darle al pueblo la mayor suma posible de felicidad.

Los que tratan de denigrar a la Revolución cubana arremeten contra la organización de nuestra sociedad y especialmente contra el Partido; pero esa es nuestra organización, así la concebimos y así la defendemos.

Los que proponen la idea de crear varios partidos no vivieron la Cuba prerevolucionaria, con varios partidos pugnando por el poder, pero ninguno quería el poder para luchar por mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador. Todos querían mejorar sus economías particulares y las de sus amigos.

Es la mayor corrupción que puede haber existido en nuestro país, y eso tiene una lógica: se gastaban miles y hasta millones de pesos en unas elecciones, y ese dinero tenían que recuperarlo incrementado en varias veces, aunque el pueblo muriera de hambre.

Cuando triunfó la Revolución, el primero de enero de 1959, no encontró en el país ningún partido político electoral. Las organizaciones revolucionarias que participaron en la lucha contra todos los males existentes, además de la última dictadura que sufrió nuestro pueblo, apoyada hasta el último momento por el Gobierno de Estados Unidos, con armas y entrenamiento, se unieron en un frente común, porque sabían la importancia de la unidad para el éxito de la Revolución triunfante.

La unión de todas esas organizaciones trajo como resultado las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), que comenzó el trabajo de velar porque a todos los niveles se cumplieran las leyes y las disposiciones del nivel central del Gobierno.

Posteriormente, esa organización pasó a llamarse Partido Unido de la Revolución Socialista Cubana (PURSC). Cuando este tuvo su primer Congreso, el Comandante en Jefe Fidel Castro propuso cambiar ese nombre por el de Partido Comunista de Cuba, lo que fue aprobado unánimemente por el Congreso. Posteriormente, en asamblea general del pueblo, en la Plaza de la Revolución, casi un millón de personas dieron su aprobación al nuevo nombre de la organización de vanguardia de la Revolución, que lejos de estar por encima de las leyes, es celoso guardián de que estas se cumplan y, como fuerza dirigente de la sociedad, es la garantía de la continuidad de la Revolución.