¿Dónde está la superioridad del capitalismo?

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – Desde hace mucho tiempo oigo decir a la propaganda capitalista que ese sistema es el llamado a eternizarse, porque es el mejor de las opciones que existen, el que brinda más oportunidades y más libertades, el que garantiza la democracia y defiende los derechos humanos, y que el socialismo es un fracaso, que no tiene futuro.

Sin embargo, cada día vemos con más claridad cómo el capitalismo avanza hacia una crisis general que lo llevará inexorablemente a su destrucción.

Desde el punto de vista económico, no es posible que subsista un tipo de gobierno en el que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Uno en el que cada vez que hay una crisis se quedan miles de trabajadores sin empleo, que pierden sus viviendas por no poder pagar el alquiler y se quedan en la calle como indigentes.

Otros tienen que pagar la asistencia médica, que es muy cara y si se enferman de gravedad lo pierden todo o quedan endeudados para el resto de su vida.

Lo mismo ocurre con la educación, pues en casi todo el palneta la única educación de calidad es la privada y cuesta cara. Las universidades públicas no son gratis, hay que pagar y los estudiantes se endeudan por muchos años.

En cuanto a la democracia, es una mentira colosal. Se supone que la democracia es el gobierno del pueblo y para el pueblo. Sin embargo, en el capitalismo se gobierna para el capital, para los ricos, el pueblo, lo único que hace es votar en las elecciones por un candidato que generalmente no conoce y no sabe lo que hará durante su mandato.

Los gobernantes en el capitalismo lo que hacen es enriquecerse, porque casi todos son corruptos. Cuando las elecciones favorecen a otros candidatos más progresistas y preocupados por el pueblo, los de derecha desconocen los resultados y acuden a la violencia y a los golpes de Estado. ¿Es eso democracia?

Muestras podemos poner muchas, pero solo mencionaré las más destacados. Por ejemplo, hace un año, Evo Morales en Bolivia ganó las elecciones en primera vuelta y fue acusado de fraude. Eso ocurrió con la complicidad de la OEA y acudieron a las fuerzas armadas para concretar un golpe de Estado.

Recientemente, cuando se demostró que el partido de Evo Morales tenía amplia mayoría, una parte de la oposición de derecha se niega a reconocer su derrota y está causando problemas y disturbios. Incluso le hicieron un atentado al presidente electo Luis Arce.

Otro tanto ha ocurrido en Venezuela y en Nicaragua. La derecha de esos países no reconoce los resultados de las últimas elecciones, aunque estos fueron ampliamente favorables a los candidatos de la izquierda.

El caso más reciente ha sido el de Estados Unidos, donde ganó el candidato demócrata, por amplia mayoría. El republicano, Donald Trump, afirma que le robaron la elección y no reconoce el triunfo de su contrincante. Amenaza con acudir a los tribunales.

La mayoría de las personas honestas en Estados Unidos afirman que Trump ha sido el peor presidente en toda la historia de ese país. Sin embargo, él insiste en que ha sido el mejor y todo lo fundamenta con mentiras que muchos de sus partidarios le creen. Eso no es democracia.

La inferioridad del sistema capitalista quedó más que demostrada ahora con la covid-19, pues los pueblos que mejores resultados han tenido en la batalla contra la pandemia han sido los socialistas, porque los capitalistas han tenido poco éxito.

Un ejemplo que puede ilustrar lo que digo es la diferencia que ha existido entre Estados Unidos y Cuba. El primero, la nación más poderosa del mundo (en términos militares, porque en lo demás no lo es) no ha sido capaz de contener la propagación del coronavirus, pues han estado más preocupados por la economía que por la vida de las personas.

El resultado ha sido unos 10 millones de infectados y más de 240 mil fallecidos, con una tasa de fallecidos por millón de habitante de 715, y esas cifras siguen creciendo.

Sin embargo, Cuba pudo controlar la enfermedad. En estos momentos casi toda la Isla se encuentra en la nueva normalidad y la tasa de fallecidos por millón de habitantes es de solo 11. Esto a pesar del bloqueo de Estados Unidos.

A lo expresado en el párrafo anterior se puede agregar que Cuba ya tiene una vacuna en la tercera fase de ensayos clínicos. También otra en la primera fase y una tercera, que no será inyectable.

Pronto comenzará esos ensayos, lo que nos garantizará que a principio del próximo año contemos, al menos, con una vacuna. Lo que no ha logrado todavía ningún país capitalista, con la excepción de Rusia, que sigue una política de izquierda.

Por otra parte, Estados Unidos no ha ayudado a ningún otro estado, sino todo lo contrario, le retiró la cuota que debía pagar a la Organización Mundial de la Salud. Mientras, Cuba ha enviado 52 brigadas médicas a 39 países para colaborar en el enfrentamiento a la pandemia.

Podría citar muchísimas cosas más, pero no hay espacio, con lo señalado es suficiente para cuestionar la superioridad del capitalismo.

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