Viven muy felices, no digo yo

Dariela Aquique

Foto: Elio Delgado

Silvio Rodríguez, dice en una de sus canciones: Viven muy felices, No digo yo, los que repiten la lección como aprendices, los que no buscan más allá de sus narices.

Esto habla de estar inmerso en la ignorancia, sin grandes aspiraciones, conformes con una elemental vida, aceptando una cotidianidad tan común, como creyendo que no existe otra cosa.  “Coexistir y ser con tan poco.” (mejor dicho: y creer que con tan poco) se es feliz.  El hombre mediocre no se interesa por explorar más allá, su radio de acción se hace tan pequeño, como escasos sus campos de neuronas.

Leyendo un texto, descubrí aproximación entre la canción de Silvio y aquellas geniales sentencias del lingüista Noam Chomsky.  El argumento consiste en una lista, donde explica las “10 Estrategias de manipulación.” mediática. Sería acertadísimo hacer un artículo, deteniéndose uno a uno en estos puntos dados por el intelectual y establecer sus contactos con nuestra realidad.

Esto exigiría un extenso trabajo, que por razones de pronta comunicación, desecho.  Voto entonces por este comentario, deteniéndome solo en 2 de los 10 elementos citados:

7.  Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.  Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.” La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores, debe ser la más pobre y mediocre posible…, (ver-Armas silenciosas para guerras tranquilas-)”

8-Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

En Cuba: Somos un pueblo alfabetizado, más no educado.  Somos un pueblo instruido, más no culto.  Somos un pueblo comunicado, más no informado.  Las estadísticas de promoción educacional en el país dan la impresión de que la gran mayoría de la población cuenta con un nivel considerable de aprendizaje.  Pero no pasa de ser solo apariencias, en realidad no hay tal eminencia.  La educación aquí es ampulosa cuantitativamente, más que cualitativamente.  ¡Tenemos muchos profesionales!, sí, pero en un gran número mediocres.

Esto quedó demostrado en los recientes exámenes de comprobación (de español), aplicados a cursantes de los últimos años de carreras universitarias, los que arrojaron resultados alarmantes, al constatar que una cifra elevada de casi profesionales, desconocía las más elementales reglas ortográficas, sin hablar de los problemas de redacción, estilo, caligrafía e interpretación que fueron detectados (elementos estos propios de las más primarios niveles de instrucción).

Podría estar ejemplificando todo un día, más solo pretendo llamar la atención en el asunto, del acceso, conocimiento y capacidad para operar las tecnologías y las más novedosas técnicas de comunicación en Cuba, ni comentar, es totalmente insuficiente.

La cultura del mal gusto pulula, los más jóvenes se regodean en la preferencia por la cursilería, el melodrama, el lenguaje chabacano, la mala educación formal, la moda kisch, el esnobismo y el más prosaico reguetón.  Estas son difundidas y estimuladas por los medios.

La posibilidad del debate es inexistente.  Así la gran masa termina por acostumbrarse a su pequeñito mundo estival sempiterno, Así perduran sistemas totalitarios y no saben más allá y no exigen más allá y no luchan por llegar más allá y sus gentes viven muy felices, no digo yo.

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