Pobre de Trípoli

Dariela Aquique

Mapa historico de Tripoli por Piri Reis, wikipedia.org

Las diferencias raciales se hacen sentir en Libia, hoy el rencor y las desigualdades entre etnias y distritos son la realidad que vive este pueblo tras la desaparición de Gaddafi. Comunidades negras desplazadas deambulan por las calles de Trípoli.

La capital del país se convierte en refugio de numerosos grupos venidos desde los barracones de Tarik Matar, en las afueras de la ciudad. Ellos son negros, la discriminación aflora y esto tiene su génesis en el pasado.

Como dije en un post de hace algunos meses, los regímenes dictatoriales, emplean muy bien la máxima de Maquiavelo: “Divide y vencerás”. Así estuvo por más de cuatro décadas el pueblo libio, dividido, albergando resentimientos y diferencias y obviamente ahora emerge en tiempos de contingencia y confusión, como lo es toda resaca tras el derrocamiento de un tirano y el desequilibrio social que experimenta cualquier sociedad después de un brusco cambio.

Resulta que la gran mayoría de estos hombres y mujeres provienen de una región nombrada Tawergha, una localidad que fue base gaddafista para el terrible asedio puesto durante la guerra a Misurata, ciudad situada 190 kilómetros al este de Trípoli y que fue escenario principal de la insurrección.

Es que el señor Gaddafi ante las manifestaciones de oposición armó un ejercito que estaba conformado en casi su totalidad por hombres de Tawergha y el que fue llamado los negros, haciendo alusión a su color de piel. Al los insurrectos ocupar casi toda Libia, la localidad de Tawergha fue hostilmente sitiada y sus habitantes huyeron a guarecerse en las afueras de Trípoli, viviendo en barracones.

Ahora los desplazados sufren las represiones de los guerrilleros de Misurata (los opositores), los que experimentan ánimos caldeados, contradicciones y confusión, pero en los que prima el rencor.

Las violaciones, los secuestros y linchamientos, son el día a día en Trípoli, allí se ha posado el desaliento y la mala fe entre seres de una misma nación. Algunas localidades no podrán superar ni con el paso del tiempo haber sido victimas de los capítulos más dramáticos y espeluznantes de la guerra civil Libia. Ellas son la occidental Sirte, localidad natal y bastión del asesinado Gaddafi, y la opositora Misurata.

Pero también Tawergha es hoy una ciudad fantasma, sus antiguos residentes se dirigen hacia cualquier parte con la sola esperanza de preservar la vida. Algunas agencias precisan que 27 000 es el número de tawerghíes dispersos principalmente entre Trípoli y la oriental Bengasi, la segunda ciudad de Libia.

Los tawerghíes son llamados gadafistas, pero también son rechazados y menospreciados por ser negros. Los de Misurata los acusan a todos, sin distinción alguna, de los crímenes más horribles cometidos en su pueblo. Bajo el texto sarcástico de: “Levanta la cabeza, eres un libio libre”, los que se alzaron en febrero contra el régimen de Muammar Gaddafi, toman venganzas contra todos los que apoyaron al ex presidente y combatieron la insurrección.

Este es el triste panorama de un país dividido, después del derrocamiento de un totalitario régimen que bien aprovechó las diferencias, para sostenerse en el poder. Pobre de Trípoli.

 

 

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