De la doble moral

Dariela Aquique

Hace unos días leía el comentario: Mandaron un anónimo, de Alfredo Fernández.  Eso entre otras cosas me hizo cavilar en la doble moral que como práctica de vida prolifera en nuestro país por estos tiempos.

Definamos el término Moral: Conjunto de reglas o principios que rigen el comportamiento personal o colectivo y que son propuesta por una establecida doctrina o propias de una época o cultura.

Decía mi amigo que era bochornoso el tener que apelar al anonimato para denunciar arbitrariedades o legalidades, solo porque hacerlo limpia y abiertamente, como decimos los cubanos: dando la cara, no garantizaba para quién lo hiciese, más que buscarse problemas (otra frase también muy de moda).

Hemos llegado a un punto de escepticismo tal, que la mayoría prefiere abstenerse de emitir un criterio o de tomar partido, porque, ¿para qué?

Por el contrario está la opción de hacerlo soterrado y eso es sinónimo de falta de valentía o de libertad.  Las gentes hablan por detrás, se quejan, critican, maldicen, mas pocos son capaces de votar en contra de una propuesta que crea indebida, de emplazar a un mal dirigente, de denunciar un acto antisocial.

No sé sabe donde fueron a parar nuestros derechos a la libre expresión: ¡esta es mi opinión y quiero darla! No hay que tener miedo a las palabras.  Lo peor es que muchos se prestan al macabro juego de disfrazar la verdad y callar o hacerlo ocultamente.

Por ejemplo, estoy teniendo una experiencia.  Algunos de mis materiales publicados en este sitio han tenido comentarios de alguien con el seudónimo de la giraldilla, quien es además bastante cáustico en sus apuntes para con mis puntos de vista.

Ha sido irrespetuoso(a), me ha llamado poco profesional, desinformada, etc.  Lo curioso es que no me refuta con propiedad, se limita a la crítica gratuita, a buscar el detalle que considera vulnerable.

Perfectamente esta persona puede ser:

– Un trabajador(a) del Ministerio de Interior, que tienen como misión leer estos artículos, para tenerte fichado y hacer sus esbozos provocadores para ver hasta donde puedes llegar.

– Alguien que frecuenta el sitio, (pero como no es gubernamental) su posición o cargo o simplemente el miedo a ser identificado no le permite dar sus señas.

– Uno o una que le duele aceptar las verdades y las rebate hasta el cansancio, porque creyó tanto en su utopía, que es terrible a estas alturas tener que reconocerla.

– Sencillamente cualquiera (y aclaro, que esto sería lo que me diera mayor satisfacción) que no esta de acuerdo conmigo.

De ser la última de las posibilidades, lo acepto, pero me encantaría que fuera menos irreverente y no me dejara con el beneficio de la duda, que dé su nombre, que no le haga el juego a la doble moral.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Diarios
  • Verónica Vega

El mundo en blanco y negro

En la Cuba de los 70 no había videocaseteras, computadoras, ni grabadoras... Cada momento era…

  • Mundo
  • Reportajes

Mujeres indígenas de Perú denuncian violencias del Estado

"He llegado hasta aquí a denunciar que en mi comunidad consumimos agua con metales pesados…

  • Mundo
  • Noticias
  • SOS para Periodistas

Periodista mexicano Roberto Figueroa asesinado en Morelos

Figueroa fue secuestrado por hombres armados la mañana del 26 de abril después de dejar…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.