VI Congreso del PCC, un espacio para criticar y proponer

Daisy Valera

Foto: Caridad

Para ningún cubano pasa desapercibido la importancia de las relaciones económicas que mantiene la isla con la República Bolivariana de Venezuela.

Las experiencias del pueblo venezolano, actualmente inmerso en la trasformación de su sociedad nos podrían perfectamente servir a los cubanos que esperamos el VI Congreso del PCC.

El Congreso tendrá como objetivo principal cambiar las condiciones en las que desarrolla la economía de la isla.

Muchos de los cambios se nos han presentado a los cubanos antes de que la cita tenga lugar y las transformaciones sean aprobadas por los militantes, que asistirían en representación de todos los que están en las filas del PCC.

Se nos ha venido encima la entrega de miles de licencias para el trabajo por cuenta propia, las resoluciones que permiten a los privados contratar a un máximo de 20 asalariados y un gran número de disponibles (desempleados).

Aunque el pasado 1ro de marzo el presidente cubano anunció que las anteriores disposiciones se llevaría a cabo más lentamente, no dejó evidenciado con claridad que estas cambiarían o habría otras propuestas.

Es en este punto en que algunos cambios que ha realizado Venezuela en su constitución podrían servirnos como lugar de partida para un análisis.

A pesar de que este 16 de abril se cumple medio siglo de que  en Cuba se asumiera un proyecto socialista la jornada laboral se ha mantenido estática en 8 horas diarias.

No ha disminuido como debiera ser en un sistema que tiene como base que las personas dejen de ser esclavas del trabajo y tengan tiempo para un adecuado desarrollo humano.

Venezuela en mucho menos tiempo ha logrado una disminución de la jornada de trabajo a 6 horas diarias.

En la actualidad se fomenta la contrata de personal sin crear leyes que impidan la explotación de estas personas que pasarán de trabajar para el Estado a tener patrones, no se ha fijado un límite de tiempo de trabajo ni un salario mínimo.

En las leyes venezolanas reza que los patrones no pueden obligar a sus empleados a trabajar horas extras.

En estos momentos se potencia el desarrollo de negocios en la isla basados en el binomio: dueño del negocio – empleado asalariado; en lugar de mostrar las ventajas de la asociación en cooperativas.

Por otra parte salta a la vista que el número de desempleos disminuiría si se acortara la jornada laboral, por algún motivo esta opción no se a tenido en cuenta.

Como se puede notar Cuba se queda rezagada en proponer cambios socializantes.

No es difícil descubrir que todos los fallos de los lineamientos que se aprobarán en el venidero Congreso serán sufridos por los trabajadores de nuestro país.

Ningún militante puede, por respeto al pueblo cubano, darse el lujo de callar y obedecer, los verdaderos comunistas deben ser críticos y propositivos, no `pueden permitir que los trabajadores cubanos sean arrastrados a las explotación capitalista.

No es el futuro de unos pocos lo que está en juego.

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