Los hondureños y su peculiar obsesión con los Estados Unidos

Por Ben Anson

Una caravana de hondureños en el largo camino hacía Estados Unidos. Foto Orlando Estrada – AFP – Getty Images

HAVANA TIMES – A veces, me siento prácticamente sin palabras.

Así de esa manera me encontré hace poco, mientras daba clases de Inglés en mi trabajo de medio tiempo, en una academia de idiomas.

La conversación con los estudiantes, naturalmente, tiende a centrarse en cuestiones personales y nacionales. Mis alumnos hondureños, adolescentes y adultos jóvenes, están muy interesados ​​en hablar bien de los Estados Unidos de América.

Según ellos, es la tierra de las oportunidades, donde uno simplemente cruza la frontera, consigue un trabajo de manera inmediata, gana miles de dólares al día, y después de seis meses caga oro.

Estoy exagerando un poco por una cuestión de humor, sin embargo, he escuchado algunas historias que están para premios.

“Yo hice billete allá, me pagaban tres mil diarios”, dijo Mario, un “trabajador de la construcción” que fue deportado.

Mario dice que ganó tres mil dólares al día colocando losas de piso. Podría estar yo terriblemente equivocado, tal vez uno recibe una cantidad tan grande así en un solo día de trabajo en los Estados Unidos.

Aunque lo dudo mucho.

Eso ciertamente no ocurre en Europa, especialmente con los inmigrantes indocumentados, como son quizás la mayoría de los hondureños en los Estados Unidos.

Si Mario hizo tanto dinero, ¿qué lo hizo unirse a una pandilla, robar y vender narcóticos? De ahí su deportación…

“Vas allá, y en seis meses ya tienes una casa y un auto”, dijo Eduardo, un estudiante, un joven que nunca pisó suelo estadounidense.

Por supuesto que sí…

“Aquí no hay nada”.

“No hay nada aquí.”

Muchos hondureños dicen eso, especialmente aquellos que ni siquiera se molestan en buscar algún trabajo. ¿Por qué entonces todos los que conozco tienen un empleo? ¿Por qué veo de manera constante anuncios y avisos de trabajo en las afueras de las empresas y en las redes sociales? En Honduras sí hay trabajo. No pueden decirme que no hay. Ahora, el hecho de que la mayoría son mal pagados y tienen horarios terriblemente largas, eso es otra cosa.

¿Por qué el hondureño pagará a un Coyote (traficante de personas) y arriesgará su vida para cruzar las fronteras para ir a trabajar, digamos en un Burger King, por esos mismos turnos que también son terriblemente largos en los Estados Unidos, sin embargo, no lo hacen en su propio país?

¿Eso tiene algún sentido?

Sencillamente no están ganando miles de dólares al día como a muchos les gusta decir. Viven cinco en una misma habitación entre mexicanos, nicaragüenses, dominicanos y quién sabe quién más; ganan un salario mínimo y buscan a alguien que les haga el “favor”.

Un gringo/a o hispano nacida en los Estados Unidos que fantasee con el matrimonio.

Honduras lo tiene todo.

El hecho de que son incapaces de expulsar a un dictador o de elegir un presidente decente es algo que deben resolver.

He dejado de preguntar a los estudiantes cómo han sido sus días y fines de semana. También he dejado de preguntarles qué han estado haciendo. Siempre es la misma respuesta.

“No… pues nada señor”.

“No… bueno, nada Sr.”

“En mi casa.”

“En mi casa.”

Mi favorito en particular es: “Descansando”. Descansando

¿Descansando de qué demonios?

Una vez que los hondureños se den cuenta de lo que tienen aquí, y decidan realizar los cambios necesarios, las cosas mejorarán. Los Estados Unidos no son la respuesta para todo, especialmente después de considerar lo que ese país ha hecho históricamente a Honduras y a toda América Latina.

Después de todo, ¿no fue la CIA quien respaldó y entrenó a los que llevaron a cabo el golpe de estado militar de 2009 contra Manuel Zelaya? Un presidente que fue mucho más popular que al títere actual de Juan Orlando Hernández, el hombre que Honduras odia con pasión. ¿Cómo uno puede emigrar a un país cuyo gobierno financia al hombre que ha hecho que en tu propio país sea “imposible vivir”?

¿Y por qué querrías ir a algún lugar donde los hispanos se topan con el racismo y la intolerancia?

Además, si voltear hamburguesas o poner ladrillos es la mejor oferta para la mayoría … seguramente eso lo dice todo.

Bueno, no lo sé. Cada uno a lo suyo. Aunque diré lo siguiente…

Mis queridos amigos, en Honduras, la educación es decididamente más importante que los dólares.

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