Que se vaya la pandemia y que regrese mamá

Por Ammi

HAVANA TIMES – Camila tiene seis años. Ella no sabe expresar cómo el confinamiento le cambió la vida. Su madre ha tenido que hacer cambios importantes. Ya no se trata de levantarse a las cuatro de la mañana para conseguir el codiciado turno en la tienda para comprar comida; ahora el dinero se acabó.

Alina, su madre, ya no trabaja como antes en un stand de artesanías de la feria en La Habana Vieja. El negocio cerró en cuanto La Habana se declaró en cuarentena, en el pasado mes de marzo.

Camila ve partir a su madre cada mañana y no sabe adónde va. Sabe que ahora no la vestirá para llevarla a la escuela, y que regresará bien tarde en la noche y no podrá verla despierta.

Niños y niñas heroes

Camila es un ejemplo vivo de esos niños héroes cubanos, que han sido obligados a reajustar sus días. Ha sufrido depresión a su corta edad, pues todos sus hábitos han sido cambiados. Su madre ya no es dueña de su propio negocio, ahora cuida a una anciana para sobrevivir. Los cambios se ven en los llantos continuos de su pequeña, la intolerancia en el carácter y la falta de atención.

“Quiero ir a la escuela y ver a mis amigos”, dice la chiquilla reflejando un temor y preocupación de adulto.

Según sus padres hay cambios en los patrones del sueño y la alimentación. Ha disminuido su nivel de concentración. Solo mira el reloj para ver qué tiempo falta para que su madre llegue a casa.

Ambos progenitores saben que esta condición durará un poco más. Se preguntan cómo mitigar la crisis que se pudiera desatar pospandemia. Mientras, cada noche Camila mira al techo y con un suspiro pide que se vaya el virus y que regrese su mami.