Por Ammi
HAVANA TIMES – Hermes Hernández Santana, tiene 70 años y vive en los Zamora, toda la vida ha trabajado su tierra en la finca “La Caridad” en Juan Diaz”, en el municipio de Songo la Maya, en Santiago de Cuba.
Allí vive junto a un hermano mayor que él y un sobrino, trabaja más de 12 horas cada día. Desde el pasado año entregó 36 latas de café, equivalente a unos 9800 pesos cubanos, dinero que aún el estado cubano no le ha pagado.
Este productor, cuya finca perteneció a la cooperativa Che Guevara, de Bolaños (ya desintegrada), manifiesta haber viajado dos veces a la cabecera municipal donde radica la dirección de la agricultura, en busca del pago de su cosecha o de una explicación a lo sucedido y no recibe una explicación lógica.
“Solo me han dicho que esa forma productiva no tiene un presidente o económico y que al no haber personal capacitado, debo esperar”. Eso dice Hermes ya casi sin esperanza, pero este año volvió a aportar de su producción, aspirando a que le paguen las dos cosechas juntas.
En tanto se gestiona la forma para que esta familia reciba el pago de su trabajo, cómo viven mientras esperan?
La esposa de Hermes, Georgina Mustelier Ortiz, tiene 65 años, las manos callosas del trabajo duro en el campo y sus ojos apagados por cataratas. Ella quedó ciega hace años y sin embargo aún no recibe su jubilación, sus ojos muestran tristeza.
Este matrimonio solo pide respeto por lo suyo y que la burocracia no siga haciendo estragos con las familias vulnerables cubanas, mientras la prensa oficialista sigue vendiendo la propaganda de que “Todo está garantizado”.
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