Que facil cortar un arbol

Alfredo Fernández Rodríguez

Una amiga aeromoza me contó que cuando su avión procedente de Londres hizo escala en Holguín (en el oriente cubano) antes de continuar para La Habana, el piloto había parqueado mal y una de alas quedo frente a un árbol concretándose automáticamente la operación de derribo de este.

Luego de una hora el árbol no existía y aunque se hubiera podido acudir a otros métodos para resolver el problema, se optó por el más rápido y menos costoso para Cubana de Aviación.

Mi amiga nunca pudo darles una explicación coherente a sus espantados pasajeros londinenses que acostumbrados a atravesar un verdadero marasmo legal en caso de que tuvieran la necesidad de cortar un árbol, no podían dar crédito a lo que veían.

Por otra parte, la compañía de electricidad es hoy una de las grandes asesinas de arboles en Cuba, baste que un cable del tendido eléctrico pase cercano a la copa de un árbol para que sea podado a destajo.

Cierta vez pregunté a unos de los electricistas que podaba innecesariamente un árbol en la barriada del Vedado, por qué cortaban aquellas partes de los árboles que no afectaban al tendido eléctrico, respondiéndome que “tenía que ser así porque ellos no tenían combustible suficiente para regresar a cortar los gajos cada vez que estos crezcan.”

Por una razón o por otra la impunidad de los depredadores de árboles en las ciudades de Cuba es total (desconozco la situación en los bosques),  al punto que la “responsabilidad por delito contra el medio ambiente,” figura como anhelo de “La Estrategia Ambiental Nacional para el periodo 2011 al 2015.”