La Lupe, un animal musical

Dariela Aquique

HAVANA TIMES — Con el objetivo de que las nuevas generaciones conozcan y que las más viejas recuerden a los músicos y cantantes cubanos más relevantes.  La radio y la TV nacionales, tienen espacios diseñados para transmitir lo que fue más notable de nuestra cancionística en todos los tiempos.

Hay programas dedicados a Bola de Nieve, el Benny Moré, Elena Burque, Vicentico Valdez, entre muchos. Pero hay otros que se difunden escasamente, con cierto cuido, o en lo absoluto. Y esto se debe fundamentalmente a que decidieron vivir fuera de Cuba, podemos mencionar a Pérez Prado, Celia Cruz, Olga Guillot, Blanca Rosa Gil, por citar algunos.

Existen todavía estos prejuicios que hacen que la trayectoria de grandes estrellas de nuestra música, sean prácticamente olvidadas o desconocidas por generaciones enteras. Este post quiero dedicarlo a una de esas artistas reverenciadas amen del tiempo en muchos lugares del mundo y casi omitida para los cubanos.

Guadalupe Victoria Yolí Raymond, será solo un nombre largo y ajeno. En cambio sí decimos La Lupe, estamos hablando del personaje de la novela La isla de los amores infinitos (Grijalbo, 2006), de la escritora cubana Daína Chaviano, una obra premiada y traducida a 20 idiomas.

O la película  La Mala y protagonizada por Lena Burke y Jorge Perugorría. O al libro Con el diablo en el cuerpo, del escritor dominicano Rafael Darío Durán. O a “La Lupe Way”, nombre con se bautizó en el 2002 a la antigua calle East 140 del Bronx, en la ciudad de Nueva York.

O en las bandas sonoras de las películas Mujeres al borde de un ataque de nervios o La ley del deseo, del controversial director de cine español Pedro Almodóvar. O en las casa y en shows de travestis y transformistas, esforzados en imitar el peculiar estilo escénico de la cantante de Puro teatro, Fever o Si vuelves tú.

En Cuba apenas se conoce o se escucha a esta asombrosa artista fuera de las dos piezas de teatro protagonizadas por las actrices Montse Duany, o María Teresa Pina, dirigidas por Bárbara Rivero o Verónica Lynn respectivamente.  La reivindicación que le ha hecho parte de la comunidad gay.

Y su tema Qué te pedí al inicio de la película Nada (2001) del director Juan Carlos Cremata.

Es lamentable que una virtuosa de su talla, sea excluida para tantos en la tierra donde nació, vivió, e inicio su carrera como cantante. Vio la luz en diciembre de 1936 en el reparto santiaguero de San Pedrito, hija de una un obrero de la fábrica de ron Bacardí.

A finales de los 50 se fue a La Habana y dejó atrás su carrera de magisterio. Entró en el mundo de la música cantando en distintos locales habaneros. En 1959 formó, junto a su primer esposo, Eulogio “Yoyo” Reyes, el Trío Tropicuba, que se presentaba en un legendario bar de La Habana, llamado La Red.

Su forma de cantar, llena de ardor y con un cierto toque estrafalario, la hizo famosa rápidamente en la ciudad.  Cuentan que era toda acción en la tarima, pero era tan bajita que algunas veces en sus arranques emotivos se salía y cantaba junto a las banquetas que tenía la barra, se quitaba los zapatos y le daba de zapatazos al pianista.

En los 60 exiliada de Cuba, porque su forma de cantar no era bien vista por el nuevo régimen. Viajó a México y luego a Nueva York, donde empezó a trabajar en un bar de Midtown: La Barraca, cobrando 30 dólares por función.

En poco tiempo tuvo un éxito inaudito que la catapultó al estrellato. Fue la primera cantante latina que actuó en el Carnegie Hall y el Madison Square Garden, tal y como lo recuerdan muchas publicaciones, entre ellas The Village Voice.

Sin embargo, en los 70 su vida personal  festina, convulsa y sus hábitos despilfarradores de dinero, más la consolidación de la salsa, contribuyeron a que sus producciones musicales fuesen perdiendo preeminencia y su estrellato decayó.

Pobre, con su mansión hipotecada, se mudó a Puerto Rico. Este viaje le trajo problemas con algunas cadenas televisivas. Su distintivo estilo de interpretar las canciones, fueron más allá de lo consentido. En una presentación para el Canal WAPA, se desprendió de toda su ropa. Eso fue todo para ella y tuvo que regresar a Nueva York.

En los 80, abandonó la Santería y se convirtió a la religión evangelista, compuso e interpretó canciones que probablemente sean editadas algún día.

Conocida como La Reina del Latin Soul, La Yiyiyi, o simplemente La Lupe, el 29 de febrero de 1992 murió  de un paro cardiaco en un pequeño apartamento en el Bronx.

Sería bueno que alguien en nuestros medio audiovisuales, le haga justicia. A la que fue calificada por Hemingway como “La creadora del arte del frenesí”. Llamada por Guillermo Cabrera Infante, “Fenómeno fenomenológico”. Denominada, “Un genio”, por Pablo Picasso. Y  considerada “Un animal musical”, por Jean Paul Sartre.

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