Break dance en Cuba: ¿un hijo bastardo?

Por Verónica Vega

HAVANA TIMES — La sugestiva y potente danza que surgió en los barrios afro y latinoamericanos de New York, inicialmente para solucionar conflictos entre pandillas, llegó a Cuba hacia 1983, gracias a videoclips como “All Night Long”, de Lionel Richie, y Rockit, de Herbie Hancock.

En la década del 90 uno de mis puntos de escape de los largos apagones era “La Piragua”, cerca del malecón, donde bailadores de break dance de distintas zonas de la Habana se desafiaban. Era una oleada de alegría y energía física que matizaba el ensombrecido paisaje. Jóvenes que escapaban a través del misterio del movimiento de la miseria, la delincuencia, la prostitución o desastres peores.

Expresión de la violenta lucha por la supremacía, fue enriqueciéndose hasta alcanzar verdadera estilización y virtuosismo. Prendió rápido tal vez porque, como el rap, tiene mucho en común con la naturaleza extrovertida y jactanciosa de los cubanos. Y también como al rap,  la oficialidad lo mira aún con recelo.

Según Iván, bailador de “la vieja escuela”, las estrellas de esa época dorada, cuando no había recursos para grabar, registrar ese pedazo de nuestra historia, fueron Miguelito la Peste, el Cochinilla, Félix el Bizco, el Johnny, el Mantilla, el Colorao… Pero a estas alturas casi todos han emigrado.

HT: ¿Cuándo empezaste a bailar y por qué?

Iván: Fue por el año 89. Yo estaba estudiando gimnástica y ballet cuando conocí el break dance. Puedo decir que por culpa del él perdí mi carrera, porque me escapaba para irme a practicar.

HT: ¿Tenías un propósito profesional o sólo lo bailabas porque te gustaba?

Iván: Imagínate, yo tenía quince años, lo que me gustó de este baile es que yo hacía “piso”, tú sabes, vueltas de cabeza, mortales… y esto se parece mucho a la gimnástica.

HT: ¿Es verdad que los molestaba la policía?

Iván: Sí, te cargaban y te ponían multas de 300 pesos…

HT: ¿Y eso por qué?

Iván: Porque decían que bailábamos por dinero.

HT: ¿Y era cierto?

Iván: Sí, se hacía, yo también lo hice. Pero la mayoría de las veces bailábamos simplemente porque nos gustaba. O porque, si estabas en una fiesta, por ejemplo, el que mejor bailara se llevaba la muchacha más linda. También hacíamos competencias por municipios, tú sabes, la gente del Cerro, de Santos Suárez, de Alamar… pero eran cosas de muchachos.

HT: ¿No sería que como el baile venía de Estados Unidos lo consideraban diversionismo ideológico?

Iván: No, no. Era por lo del dinero. Pero también porque hubo muchachos que haciendo los giros de cabeza se desnucaron, y los padres pusieron denuncias. Por eso la policía empezó a querer trancarnos.

HT: ¿Todos los que bailaban break dance eran menores de edad?

Iván: Casi todos. Miguelito La Peste era el más viejo, y tenía veinte años.

HT: ¿Alguna vez pudieron lograr un evento, un festival o algo así?

Iván: Nunca, nunca, a nosotros siempre nos negaron to’ eso.

HT: ¿Cómo han asimilado este arte las nuevas generaciones?

Iván: ¿Cómo? Que ahora todo el mundo baila igual, nosotros, los de vieja school  no, cada uno tenía un estilo propio. Nosotros bailábamos con Radio Reloj, que era lo que te daba el tranque en los movimientos -Imita el sonido del conteo de los segundos- No teníamos videos ni na’ eso, to ’ era a memoria. Y además había que ser bueno porque el público, si no le gustabas… candela.

HT: ¿Cómo conocieron el break dance?

Iván: Por los canales de afuera, los que se colaban. Y para ver una película, por ejemplo “Breaking I”, teníamos que ir lejísimo, porque nadie tenía video, nada más que los marineros. Pero éramos un montón, podíamos llenar un cine.

HT: ¿Hay algún impedimento físico en esta danza para las mujeres?

Iván: No… Hay mujeres, lo que bailan más bien por arriba, el piso puede ser un poco complicado. Pueden lastimarse. Más bien las mujeres vienen haciendo las marchas, los pateos.

HT: Ahora al menos ya no los molesta la policía…

Iván: ¿Qué no? Todavía, si nos juntamos  unos cuantos y ya, ¡se formó…! (el baile) enseguida viene la policía. Nos esposan y nos cargan pa’  la estación.

HT: ¿De verdad? ¿Y cuál es el delito?

Iván: Escándalo público. Por la música.

HT: ¿El break dance genera broncas como sucede con el reguetón?

Iván: Jamás. Yo nunca he visto una bronca en el break dance.

HT: ¿Qué crees que tendría que suceder en Cuba para que se valide más este arte?

Iván: Es que no interesa, al estado no le interesa. Lo ven como un baile callejero, y lo tronchan. No lo rescatan.

HT: Pero tú has logrado profesionalizarte de cierto modo, ¿no? ¿Vives de tu baile?

Iván: Sí, ahora soy parte de “Los Flexibles”, (un dúo) bailamos en el Parisien, en Playa Hermosa… También he bailado en la TV, en “A moverse”, en “23 y M”. Pero no nos dejan usar música americana.

HT: ¿Puede un bailarín de break dance, por ejemplo, sacar una licencia para impartir clases?

Iván: No, no dan licencias pa’ eso. Hay quien lo hace pero por fuera (de modo clandestino).

HT: ¿Qué sientes cuando bailas?

Iván: Me siento… (Se le humedecen los ojos), me siento libre, como un niño chiquito.