No basta con estar informados

Yusimi Rodriguez (photos: Caridad)

HAVANA TIMES— Me estoy volviendo monotemática. Cada vez que escribo un texto es para criticar la falta de libertad de prensa y de acceso a la información a que estamos sometidos los cubanos.

Y cuando parece que por fin voy a hablar de algo diferente, doy un rodeo y termino hablando de lo mismo, como en el cuento de la pulga.

Lo atribuyo al hecho de recibir el boletín de HT, con noticias y textos escritos por mis colegas, y a mis esporádicas oportunidades de navegar por Internet.

Cada vez que leo sobre un hecho que sé de antemano no aparecerá en la prensa escrita, la radio o la televisión, pienso en la mayoría de mis compatriotas que no tienen acceso a Internet ni correo electrónico, y solo cuentan con nuestros medios oficiales para mantenerse (des) informados.

Me siento casi obligada a compartir en lo posible lo que leo en Internet, los audiovisuales que nunca aparecerán en nuestra televisión, a riesgo de que no me crean, de ser catalogada de contrarrevolucionaria al servicio del enemigo, de sentir que estoy arando en el mar.

Para quienes han creído ciegamente, durante años, en el discurso oficial, resulta casi imposible aceptar que exista otra versión de los hechos; otra cara de la verdad.

Debo aclarar que no tomo a quienes escriben en Internet, ni siquiera a mis propios colegas, como profetas absolutos de la verdad. Pero al menos quiero tener la posibilidad de discernir y que no lo hagan otros por mí.

Por eso me parece natural desear la misma posibilidad para el resto de los cubanos.

Acceso alternativa a la información

Algunos fines de semana atrás, llegué a la casa de un matrimonio que visito con cierta frecuencia, ansiosa de ver sus caras de sorpresa cuando les contara sobre el hombre que sacó un cartel que decía “Abajo el Comunismo” durante la visita del Papa.

Para ustedes, lectoras y lectores con acceso a Internet, eso es noticia vieja. Y para mi sorpresa, también para ellos, a pesar de que no lo dijo la prensa oficial.

A veces, olvido la capacidad de mis coterráneos para colarse por el hueco de una aguja, para enterarse de lo que supone que no deben saber.

Seamos justos. En Cuba, la mayoría no tiene acceso a Internet o a correo electrónico, y la prensa, la televisión y la radio nacionales transmiten lo que permite el gobierno.

Pero desde que existe ese mágico invento llamado memoria flash y nuestros alquiladores de películas en discos de DVD, la gente cuenta con magníficas fuentes de información.

Pregúntele a cualquiera por el documental sobre el caso de Ochoa, lo que vimos y lo que no vimos en la televisión a finales de los ochenta.

Hay gente que se las arregló para ver aquella interpelación de Eliécer Avila a Ricardo Alarcón, en la UCI, y ya han visto su entrevista en Estado de Sats.

La entrevista al ex guardaespaldas de Comandante circuló por muchas computadoras y equipos de DVD. La entrevista del hijo de Ramiro Valdés es agua pasada.

Se dice que el ultra secreto material sobre Felipe Pérez Roque y Carlos Lage, no apto para cubanos comunes, solo para miembros del Partido y presidentes de los CDR, se filtró y muchos han logrado verlo en DVD.

Aquí la gente te sorprende. Llegas a una casa donde no vive nadie que cuente con correo ni Internet, personas a las que imaginas desinformadas, viviendo en la periferia de la realidad, y de pronto te sorprenden: “¿Te enteraste de la gente que demandó al Parlamento?” “¿Te enteraste del preso que hizo huelga de hambre y se murió?” (Antes de que lo dijeran los medios) “

Mientras empieza a funcionar el cable de Venezuela, si es que llega a funcionar alguna vez, los cubanos resuelven con las memorias, las antenas, las conexiones clandestinas a Internet, los boletines de la Oficina de Intereses de EE.UU., que pésele a quien le pese, circulan.

Información es dinero. Ya existen personas que se dedican a bajar materiales de Internet, de alguna forma, y te venden un paquete actualizado, lo que está sucediendo ahora mismo.

Si no tienes dinero para costear el paquetico, no te preocupes, te llegará de alguna forma porque al cubano le gusta informar, como a mí, que llego a las casas de los amigos para ponerles la “última” y salgo con información nueva.

Entonces viene la pregunta: ¿Qué hacemos con la información?

Quisiera decir que mis amigos no hicieron nada excepto decirme que ya conocían la historia del hombre y su cartel durante la visita del Papa.

Quisiera decir que cuando les conté sobre el médico que realizó una huelga de hambre, exigiendo la devolución de su licencia para ejercer la medicina y lo logró, mis amigos solo se encogieron de hombros. Eso ya sería bastante desalentador.

Pero uno de mis amigos, el esposo, me dijo que si en realidad aquel médico había obtenido esa victoria, debía lamentarlo. “Ya encontrarán la forma de desaparecerlo. O le caerán a golpes como al que se atrevió a sacar el cartelito cuando vino el Papa”.

El hijo de este matrimonio dijo que lo importante no era haber sacado el cartel, sino cuanto tiempo logró sostenerlo, y enseguida los tres, padres e hijo, se echaron a reír.

Yo también reí… con tristeza.

¿Qué hace la mayoría de los cubanos con la información? De todo: mirarla, comentarla, compartirla, volverla a mirar, divertirnos. O sea, nada que vaya a cambiar las cosas en el país; nada que vaya a mejorar un ápice nuestra sociedad.

La información que circula en discos y memorias flash es más o menos como la pornografía. Ilícita, pero inofensiva para el poder.

Los cubanos somos desinformados a nivel oficial y altos consumidores de información clandestina.

¿El gobierno lo sabe? Apuesto que sí, pero no creo que le preocupe. Después de la visita a mis amigos hace algunos fines de semana, quedé convencida de que no basta con que los cubanos tengamos acceso a la información (pero no debemos dejar de exigir el acceso a la información).

Mientras, sabemos que un médico hizo huelga de hambre; sabemos que a un compatriota lo golpearon, lo encarcelaron por portar un cartel que decía “Abajo el Comunismo”. Que lo volvieron a encarcelar. Que sus derechos fueron violados. Sabemos que se violan los derechos todos los días.

Y no haremos absolutamente nada.

Con eso justamente cuenta nuestro invicto gobierno: iba a escribir “nuestra pasividad”, pero me retracto. Es con nuestra falta de conciencia, de responsabilidad, que cuenta nuestro gobierno.

7 thoughts on “No basta con estar informados

  • Muy buen articulo, es la realidad. He llegado a pensar que la mayoria de los cubanos, – de tanto repetirlo los personeros del regimen – esperan la invasion del ejercito de USA que les de la libertad, que tanto desean, pero que no hacen nada para conseguirla. Es lamentable ” nuestra falta de conciencia “, como tu bien dices Yusimi. Hay dictadura para rato, lo siento por Uds. los que llevan el decoro, de los tantos sin decoro.

  • Mi querida “amiga” Yusimi…..te hago una pregunta….!!! estudiastes periodismo??…sabes lo que es “un mensaje subliminal”??…existe en todas partes,no solo en Cuba,lo que cambia es la esencia del “mensaje”
    En Cuba es “politico”,aqui,”comercial”,pero el “principio” es el mismo….al “subconciente” de las “masas”…es decir “la gente”..
    Pero estos “mensajes”,estan ,tambien en las “palabras”,en los “gestos”,…en una foto ,en una “pelicula”,en las canciones….
    Pero!! cada “Estado” tienen “derecho a defenderse”….es mi criterio…!!
    Pero mi EX,nunca “quiere hablar conmigo”,dice que la “convenzo con las palabras”…no se si me “odia” o me “ama”…..hay que ver??…pero bueno tu articulo!!…..un beso…desde Berlin…

  • En economía existe el principio de los rendimientos menguantes. Para lograr aumentar la esperanza de vida de un niño africano hasta los 45 años solo hacen falta un par de euros en prevenir enfermedades contagiosas. Para elevar la esperanza de vida de 85 años a 86, hace falta gastar miles de euros en un compuesto antitumoral carísimo.

    Esto también se aplica a la comunicación. Para lograr que el 50% de los cubanos se entere de una noticia interesante solo hace falta colgarla en un blog. Para lograr que el 99% de los cubanos se enteren de la última reflexión de Fidel, hay que ponerla mil veces en la radio y la televisión.

    La lucha propagandística entre la disidencia y el régimen es asimétrica. La disidencia alcanza a muchos cubanos con muy pocos medios, mientras que el régimen necesita de muchísimos mas recursos para llegar a todos.

  • ..yusimi no creo que no hagamos nada..si el mensaje llega, al menos le mueve el pensamiento a las personas y eso es ya, en nuestro pais, algo importantisimo..que lo tiren a choteo, bueno, eso puede ser desde una manisfestacion de la llevada y traida idiosincracia del cubano hasta un mecanismo de defensa a la hora de asimilar esa realidad. lo bueno es que le mensaje cala, y da argumentos que antes no se tenian….funciona, lentamente, pero de que funciona funciona…

  • Yusimi:
    Que no haya desaliento. No aras en el mar. Cada intento por informar, por pequeño que sea, nos saca poco a poco de la ignorancia, que es la madre de todos los desmanes. La conciencia ciudadana no se forja de un día para otro. Ha sido más de medio siglo de abulia cívica -así la catalogó Mañach, ese imprescindible intelectual que necesitamos rescatar y leer para entendernos-, premeditada que le conviene y sustenta el poder del régimen.
    Cada nuevo aporte nos abre los ojos al mundo, y ya eso es un mucho, entre tanto “bloqueo” infromativo por parte de las altas esferas del gobierno.
    Aliento para tí y Havana Times. No por gusto el gobierno los tiene calificados como “peligrosos” y hacen tanto para demonizar cuanto aquí publican
    No importa. ¿Recuerdas la expresión del Quijote a Sancho? Los perros ladran, señal de que avanzamos.
    Un abrazo a todos.

  • Es que llega alguna información pero no hay **mensaje polìtico**. No tenemos activistas con la necesaria capacidad polìtica. La interesante autoencuesta siguiente está disponible desde 2010 ¡y nadie se ocupa de difundirla!

    // Aspiraciones sociales cubanas, ¿sí o no? //

    Preguntas claras relacionadas con la sociedad que cada cubano podría responder. Basta con pensar “sí” o pensar “no” como respuesta.

    ¿Desearía o no que cualquier ciudadano que piense que tiene mejores ideas para el País y se sienta más capaz, que muchos de los actuales miembros de la asamblea nacional, pudiera hacer lo siguiente?

    Darse a conocer él mismo y sus ideas, con completa libertad, entre sus conciudadanos de su provincia o región. Someterse a elección por parte de éstos, y ocupar una plaza como miembro de esa asamblea si obtiene la aprobación de una amplia mayoría entre ellos.

    ¿Desearía o no que una persona que usted haya podido elegir de esa forma lo representara en la asamblea nacional? ¿Que usted pueda hacer contacto con la oficina de ese representante suyo cada vez que quiera, para preguntar y comunicar preocupaciones sobre cualquier asunto de interés nacional? ¿Y que usted pudiera, con total libertad, en cualquier momento acordar con un grupo suficiente de conciudadanos que ya no desean que su representante siga en esas funciones, y así se cumpla? ¿Desearía todo esto, sí o no?

    ¿Desearía o no que la asamblea nacional sesionara permanentemente, pudiera discutir todos los problemas de interés nacional y tuviera la última palabra en todas las decisiones básicas del funcionamiento nacional?

    ¿Desearía o no que todos los gastos presentes y pasados a nombre del País pudieran ser conocidos por cualquier ciudadano con precisión de centavo? ¿Conocer el monto exacto de las deudas y otros compromisos de pagos a nombre del País, presentes y pasados, y el nombre de las entidades que son nuestros acreedores como país? ¿Conocer el importe de los recursos obtenidos del País por cada miembro actual o pasado del gobierno para su uso personal? ¿Desearía poder conocer siempre todo lo anterior, sí o no?

    ¿Desearía o no que todos los órganos de aplicación de la ley, el orden y la seguridad del País estuvieran regidos estrictamente por el sistema de gobierno, estuvieran obligados a respetar en todo momento todos los derechos del ciudadano, incluyendo la no violación de su dignidad ni de su integridad física y emocional? En resumen, ¿desearía o no que en esos órganos estuvieran excluídas toda acción o procedimiento ilegales o abusivos?

    ¿Desearía o no que cada persona en el País pudiera desarrollar la capacidad que quisiera y de que fuera capaz, para producir bienes o servicios, pudiera recibir compensación justa por la riqueza que genera y luego pudiera emplear lo que recibe a cambio de la forma que desee siempre que no sea dañina para los demás? ¿Que cada persona pudiera agruparse con otras u organizar a otras para hacer eso mismo, y que dentro del grupo cada uno pudiera recibir igualmente compensación equivalente a lo que contribuye para que el grupo produzca riqueza? En resumen, ¿desearía o no que cada uno pudiera trabajar al máximo de su capacidad y ser dueño del fruto de su trabajo?

    ¿Desearía o no que se difundiera en el País el conocimiento de la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por todos los países representados en las Naciones Unidas en 1948 con importante participación de Cuba en ese momento? ¿Desearía o no que esa declaración fuera de estricto cumplimiento en el País?

    No responda “Sí, pero eso es muy difícil de lograr”. No responda “No, porque eso perjudicaría a ‘la revolución'”. Piense simplemente “Sí” o “No”. Estas preguntas sirven para que usted conozca más sobre sus deseos y sus aspiraciones sociales.

    ¡Y haga llegar estas preguntas a tantos cubanos en Cuba como pueda!

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  • Los cubanos nos merecemos la dictadura por carneros

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