En Cuba, el Partido no necesita ir a elecciones

Yusimí Rodríguez

HAVANA TIMES, 15 mar — Qué bueno que existan personas que nos recuerden que en Cuba el sistema político esta organizado de manera tal que no se necesitan ni los partidos, ni la propaganda, ni dinero para ganar una elección.

Algunos podrían decir que en Cuba,  solo un partido político tiene la posibilidad de concurrir a elecciones y por tanto no necesita ni propaganda ni dinero. Incurrirían en un grave error. El Partido Comunista de Cuba, o sea, el Partido, para no ser redundantes y ahorrar palabras, no es un partido político tradicional creado con fines electorales. Ni lo necesita.

Cuando un partido político es la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado, como establece el artículo quinto de nuestra Constitución, no necesita ir a elecciones. Cuando ese partido político es quien organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista, no necesita ir a elecciones.

Es verdad que muchos cubanos confían aún en el Partido; que los que dejaron de confiar hace tiempo confían menos aún en lo desconocido, ¿pero para qué arriesgarse? ¿Para qué permitir que los cubanos que no se sientan representados por el Partido, tengan el derecho de organizarse en torno a otro partido? ¿Para qué permitir a los ciudadanos que se oponen al gobierno hacer uso de los medios de comunicación para dirigirse al pueblo?

Pero existe un hecho innegable: el Partido no propone candidatos a las asambleas municipales, provinciales ni la nacional del Poder Popular, que constituye el poder legislativo y órgano supremo del poder del Estado (el mismo Estado cuya fuerza superior y dirigente es el Partido).

Cualquier ciudadano puede proponer y ser propuesto a asamblea del poder popular en cualquiera de sus instancias, lo que constituye la mayor muestra de democracia en todo el mundo (según algunos); o al menos, toda la democracia a la que podemos aspirar los cubanos.

No podemos aspirar a la creación de un partido político, no podemos aspirar a la libertad de expresión y de prensa, a no ser dentro del marco del socialismo, pero cualquiera puede ser electo a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

¿También quienes estén en desacuerdo con el gobierno y tengan propuestas como la libertad de prensa y de crear  partidos políticos? ¿También quienes estén en desacuerdo con el socialismo?

Personalmente, si mañana, los partidos políticos de oposición, que ya existen, recibieran reconocimiento legal y exisitiera la libertad de crear otros, aplaudiría porque se estaría reconociendo un legítimo derecho de los ciudadanos. Y ejercería mi legítimo derecho, como ciudadana, de no pertenecer a ninguno.

Pero por el momento, reconozcamoslo: en Cuba, el único Partido existente no tiene fines electorales como los partidos tradicionales de otros países, que emplean sumas vergonzosas de dinero y todo un aparataje para ganar una elección.

En Cuba, al Partido no le afecta quién resulta electo a la asamblea municipal, provincial o nacional (a no ser que se proponga un candidato políticamente incorrecto). Por eso, todas y todos disfrutamos del derecho a votar. Porque eso es precisamente lo que hacemos: votar. Elegir es otra cosa.

¿Por cierto, quién designó a nuestro actual presidente? El anterior presidente.

Nosotros simplemente votamos, no como una obligación, sino como un legítimo derecho. Y como aquí se vela porque los ciudadanos pueden ejercer sus derechos, a todo el que a determinada hora del día de las votaciones no ha ejercido su derecho se le va a buscar a su casa para que lo haga.

15 thoughts on “En Cuba, el Partido no necesita ir a elecciones

  • Que partido, ellos lo llaman asi , pero eso ni partido es. Esa organizacion es solo un paripe, un paraban mas, desde donde ellos escondidos en la pluralidad del grupo ejercen sus poderes y deseos, para ni es partido ni se le parece.

  • Yusimi: Me quede esperando por las respuestas a tus preguntas “¿También [puede ser electo a la Asamblea Nacional del Poder Popular] quienes estén en desacuerdo con el gobierno y tengan propuestas como la libertad de prensa y de crear partidos políticos? ¿También quienes estén en desacuerdo con el socialismo?”

  • Camilo, Las preguntas de Yusimi son preguntas retoricas.
    La respuesta es obviamente no.

    Muy oportuno tu articulo Yusimi!

    Creo que el problema es que como ciudadanos lo normal cuando un gobierno no nos satisface es poder cambiarlo con el uso de nuestro voto. Para eso existe el voto. La situación extra ordinaria es que el voto en Cuba no tiene esa función por diseño de los que están en el poder. Así se pueden perpetuar, Dan solo la apariencia al mundo de que son legítimos cuando en realidad ellos y nosotros sabemos que no los son.

  • No es necesario partido ni elecciones pues tenemos una dictadura durante mas de 50 años, felicidades por la muela …..

  • Se que no tienen como enterarse y/o no les interesa mucho saberlo, pero asi funcionan todos los regimenes totalitarios …

  • Me gustó mucho este artículo, la ironía va directo al punto. Sólo estoy extrañando a los Elpidio Valdés a ver que tiene para decir, cómo van a rebatir esto.

  • Traduccion de google.translate:

    El artículo 5 de la Constitución cubana es un grave error. Y debe ser modificado para permitir que los partidos políticos que apoyan el socialismo, sino que proponen revisiones menores y mayores con el plan estratégico nacional para la construcción del socialismo.

    Partes que puedan oponerse a socialismo, sin embargo, no debe permitirse en estos tiempos, porque Cuba está bajo un ataque constante por parte de las fuerzas del imperialismo. Estas fuerzas están en el trabajo en Cuba, como lo son en otros países de América Latina. Cualquier persona que no entiende esto le falta un factor importante en el debate en torno a los partidos políticos en el poder del Estado socialista.

  • Ya se que la respuesta a las preguntas retoricas de Yusimi es “NO”, pero pocos conocemos, incluyendome yo, los detalles de casos en que ciudadanos no aprobados por la direccion politica (entiendase PCC) hayan tratado de ser electos como delegados al Poder Popular. Un reportaje sobre este tema seria no solamente muy informativo sino tambien instructivo sobre como democratizar el sistema desde una base popular y enteramente legitima.

  • El Partido de Cuba es el mejor Partido del mundo. Ha partido en dos la economía, ha partido la sociedad, ha partido la esperanza, ha partido la familia, ha partido a los cubanos, ha partido al país. Lo único que no ha partido es la familia real que tiene puestos vitalicios y ellos son el partido, el resto son las cotorronas aduladoras porque poder no tienen ninguno.

  • me parece que el articulo tiene una dosis de sarcasmo, pero no sé, me dejo botao. al final no dice na. una lastima porque este tema da para mas.

  • jejejeje, buena esa

  • jejeje, te la comiste, Alejandro

  • Grady, el problema es que te pones a prohibir y por ahí mismo el poder totalitario prohibe a todo el mundo, pues cualquier cosa puede ser tomada para decir que “ese partido no es socialista”. Si el socialismo no resiste una democracia total en plano de igualdad con sus oponentes ideológico, está muy embarcado.

  • Obviamente, para ser electo hay que tener una mayoría de votos, pero esos individuos, ni siquiera son propuestos en las asambleas. Es más, ni van a las asambleas. Es que son una ínfima minoría en el país. Apenas el dos por ciento.

  • Si tiene la voluntad de responder a los tiempos que corren, el Partido deberá, cuando menos, dar cabida al creciente coro de voces que trasladan el cambio de mentalidad ocurrido en la Cuba actual. El cómo hacerlo equivale al clásico cascabel al gato, pero no veo otra opción, al menos para empezar. Por años, las ORI, el PURS y luego el PCC sirvieron como una especie de paraguas para soportar el chaparrón de la amenaza externa, que ha sido una realidad, y que aún prevalece y queda cerca. Pero, ya se sabe, no podemos mudar la Isla para el océano Pacífico, o la Antártida. Es preciso responder a las expectativas de tanta gente, acomodar sus intereses. Negarlos, a la larga, puede ser tan nocivo para nuestro tejido social como la propia amenaza a la cual se ha logrado sobrevivir.

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