El hombre que oía crecer la hierba

Yusimí Rodríguez

Joaquín Infante y Jordi Evole en el documental Recortando la Revolución. Foto: wotivi.com

HAVANA TIMES — Hace dos fines de semana vi el documental español “Recortando la Revolución” de Jordi Évoli y Ramón Lara. Aunque dudo que la televisión nacional lo exhiba, no fue un trabajo realizado a espaldas de la oficialidad cubana.

De hecho, el joven que realiza las entrevistas, intentó entrevistarse con alguien del Ministerio de Economía, para indagar sobre los cambios económicos que tienen lugar en nuestro país.

Finalmente, fue enviado a la Asociación de Economistas de Cuba. Su llegada a este sitio está acompañada por una versión algo melancólica de la Internacional, interpretada con filarmónica.

Allí pregunta por qué no lo han recibido en el Ministerio, y le explican que las opiniones que recibirá en la Asociación serán más imparciales.

Eso me despertó una duda: ¿Entonces, el Ministerio de Economía, encargado de dirigir la economía del país, no es imparcial?

Foto: lasexta.com

Lo cierto es que la imparcialidad de la Asociación y su ausencia de compromisos gubernamentales tampoco me quedaron muy claras, cuando escuché a la vicepresidenta primera afirmar que allí estaban “premiados de un amor eterno e infinito a nuestros principios y valores patrios”.

Perdónenme, el problema es que a lo largo de mi vida, desde que cursaba la primaria, me enseñaron a asociar los valores patrios con amor a la Revolución, al Socialismo, al líder, al Partido Comunista…, o sea al Partido y a la idea del partido único.

Quienes no se muestran identificados con estas cosas y desafían el poder totalitario, no tienen valores patrios.

Pero no es la directora de la Asociación quien responderá las preguntas del periodista, sino Joaquín Infante, 86, asesor de los economistas y contadores cubanos, quien ha sido además miembro no permanente de las comisiones gubernamentales que han trabajado en la elaboración de la propuesta de lineamientos para la política económica y social del Partido y la Revolución.

Este hombre se declara imparcial, excepto cuando se trata de Fidel Castro, a quien describe como un genio. “¿Sabes qué decía Raúl Roa? Que Fidel veía al doblar de la esquina, que oía crecer la hierba”.

En ese momento me vi ante una disyuntiva: O bien, el líder, con su visión de futuro, vio el fracaso de la Zafra del 70, de la siembra del Café Caturra, el error que constituía la Ofensiva Revolucionaria, el colapso del Campo Socialista, y a pesar de ello, se lanzó o más bien lanzó al país a todas esas aventuras, en cuyo caso, ¿qué sería el líder?

O simplemente nunca fue un genio, ni tuvo visión alguna del futuro, ni siquiera del más inmediato. Muchos menos oía crecer la hierba.

Fidel Castro y Hugo Chávez en La Habana. Foto: Estudios Revolución

Lo más terrible no es lo mucho que erró, los derechos que violó, las familias divididas por su causa; sino que al cabo de los años, cuando se han visto las consecuencias de sus errores, cuando se han tenido que revertir tantas decisiones equivocadas (sin reconocer que estaban equivocadas), alguien pueda continuar diciendo que Fidel Castro es un genio.

Hace un año, el Presidente Venezolano Hugo Chávez dijo que había que admirar a Fidel por su humildad al reconocer que nadie sabe cómo se construye el socialismo, ni siquiera él. Si no lo hubiese visto personalmente en el noticiero nacional de la televisión cubana, no lo habría creído.

No me asombró el hecho de que el líder nunca haya sabido cómo se construye el socialismo. Me asombró que haya tenido el valor de reconocerlo. Ahora pienso que lo asombroso hubiese sido que pidiera disculpas al pueblo por su larga cadena de errores. Eso hubiese sido noticia.

Pero después de haber visto, durante toda mi vida, el culto a la personalidad de Fidel Castro, no debió asombrarme que alguien pueda esperar que lo admiremos por su confesión tardía, tras cinco décadas de experimentar con el pueblo cubano.

7 thoughts on “El hombre que oía crecer la hierba

  • Yusi,
    Dicen que los generales victoriosos cuando entraban a Roma tenían detrás alguien que por encima de la gritería de vivas de la gente le recordaba “recuerda que eres mortal”.
    Creo que eso le ocurrió a Fidel. El se a creído infalible. Por encima de todos. Y si algo demostró fue que era tan común como cualquiera de nosotros. Aun peor por su autosuficiencia llevo un país entero a la ruina. Pronto Fidel vera que realmente es mortal y la historia no lo absorberá. La historia recogerá todas las ideas descabelladas y todos los fracasos. Recogerá su autoritarismo y el totalitarismo del sistema que creó.
    Me pregunto si crearán un mausoleo y que será de este cuando se muera Raul. Me imagino la larga cola de cubanos para maldecirles por el daño que estos dos han hecho a Cuba.

  • El “caso Castro” es aún peor: En 1986 advirtió del posible desplome de la URSS; por supuesto no lo supo porque oía crecer la hierba en la taigá rusa, si no porque los subsidios rusos disminuían y el CAME demoraba los envíos.
    Pero el tipo escogió mantener su poder personal y sus privilegios, sabiendo la crisis que se avecinaba: el “Período Especial”.
    Fidel Castro es un psicópata, un narcisista que desprecia al pueblo, y la junta militar y “enguayaberados” que lo rodean son una pandilla de criminales amorales.
    La nomenklatura y los hnos. Castro tuvieron 4 años -antes de Agosto de 1990- para descentralizar la economía, iniciar una transición a la democracia y evitarnos 2 décadas de penurias y represión; pero prefirieron dejarnos hundir en la miseria (moral y material) antes de renunciar a “las mieles del poder”.
    Hoy el daño material y moral a 3 generaciones es irreversible por métodos no-violentos; no hay lugar para “revoluciones de terciopelo” en Cuba.
    Bajo los comunistas fuimos sometidos al clásico tratamiento para someter a una nación: Desmoralización, Desestabiliozación, Crisis y Normalización. Ya esta última se está resquebrajando y no hay valores morales en la población para asumir responsablemente el camino a la democracia, ni voluntad política de la élite comunista para ceder pacíficamente el poder.
    Tal escenario puede conducir a desórdenes sociales, más represión y finalmente la Guerra Civil.

  • A Fidel nunca le intereso el bienestar del pueblo a el lo unico que le interesaba era el y basta ver crecer su fama no solo en Cuba sino internacionalmente, hombre egoista dispuesto a quitar del medio a quien le podia hacer sombra

  • Acuerdense que en Cuba, en los monumentos, los ninos juegan pelota, las palomas cagan y los perros mean. El de Fidel no va a ser diferente, seguro que no!!! A menos que lo hagan allá en el Parque Lenin, bien lejos de la ciudad. En ese caso, lo usarán las parejitas de la zona, despues que oscurezca, porque seguiremos sin poder pagar Hotel ni posada…

  • Por Moisés
    Esto es realmente muy triste. Yo realmente no entiendo la profunda admiración de muchos años hacia Fidel. Él ha sido un tirano y un matón. Sus aparentemente nobles intenciones para con la Isla en 1959 fueron reemplazadas pronto con su ambiciones despóticas y su crueldad. Su paranoia personal, que sin embargo ha sido justificada, ha paralizado toda una cultura. Sus fracasos económicos han convertido a una economía próspera, en una Isla llena de proxenetas, prostitutas, ladrones y mentirosos.

    Las personas tienen derecho a tener sus propias creencias. Si alguien escoge glorificar a este dictador, esa es su elección. Pero nadie tiene derecho a imponer su creencia a los demás. Los peores aspectos del capitalismo, la propaganda, el comercialismo, las “infomerciales” son siempre voluntarios. Si no le gusta, no tiene que ver, escuchar, o comprarlo. ¿Cuántos millones de cubanos se han visto obligados a beber el refresco de ese hombre?

    Se ha comentado que deseo la muerte para este déspota, pero eso no es cierto. No tengo que desearla en lo absoluto; la muerte nos llega a todos a pesar de los deseos a favor y en contra. Tampoco quiero una muerte antes de su hora designada. Sólo me consuela saber que la muerte llegará, y con ella la esperanza de un cambio en el futuro de la Isla.

  • Los medios estadounidenses no ignoran a los Cinco. Es que a excepción de unos pocos activistas sensibles, la mayoría de los ciudadanos de este país están contentos con la conclusión de que, efectivamente, ellos eran agentes de la inteligencia cubana, que infringieron la ley americana y fueron condenados debidamente.

  • La inmensa mayoría de los norteamericanos no tiene idea de quienes son los Cinco. Mientras la prensa de Miami hizo retumbar la ciudad con una cruzada brutal para ayudar a condenarlos en el resto del país el juicio más largo por espionaje de la historia americana, que ventilaba asuntos de terrorismo y “seguridad nacional”, fue absolutamente silenciado.

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