¿Cómo me ven mis compatriotas? (I)

Por Yusimí Rodríguez 

HAVANA TIMES — La respuesta a esa pregunta ha variado con los años, las circunstancias, los compatriotas que me miran.

En la década del noventa yo vestía casi como cualquier adolescente o veinte añera: jeans a la cadera, sayas cortas, camisetas, unos botines de tacón cuadrado que me encantaban.

La del noventa fue la década de la liberación del dólar, del incremento del turismo y de nuestro vocabulario con palabras cómo “jinetera”, “pepe (con un nuevo significado: extranjero)”, pinguero… Al menos, eran nuevas para mí.

Nunca tuve nada en contra de las jineteras. Conocí a algunas y trabajé con otras que aunque no “jineteaban” de forma oficial, y tenían modus operandis más discretos, compartían las aspiraciones de las chicas que estaban de lleno en el asunto.

Aunque las comprendía, estaba segura de no tener nada en común con las jineteras hasta la tercera o cuarta vez que me detuvo un policía para mirarme de arriba abajo, pedirme identificación y comprobar mis antecedentes penales.

Llegué a acostumbrarme, como te acostumbras a un montón de cosas en este país, lo que no quiere decir que dejara de molestarme. Una vez perdí la guagua porque me detuvo un policía… de tránsito, para pedir mi identificación. Eran más de las diez de la noche. Era modelo de La Maisón en aquel momento y salía de trabajar. Debí esperar hasta las doce de la noche para coger otra guagua.

Una tarde caminaba por la calle Obispo y una muchacha me preguntó si había muchos policías al final de la calle, si estaban pidiendo carné de identidad. Lucía tan alarmada que me contagió su preocupación.

“¿Hubo algún robo, algún asalto; mataron a alguien?”, con absoluta ingenuidad. “¿Qué asalto de qué, me preguntó ella, tú no estás en la lucha?” Y yo sin caerme de la mata: “¿Cuál lucha?”. “La de los yumas, ¿tú no eres jinetera?

Parece que mis compatriotas policías no andaban tan mal encaminados, algo tenía yo cuando aquella muchacha me tomó por una del gremio. ¿Qué teníamos en común ella y yo? Que teníamos menos de veinticinco años, que éramos delgadas, que éramos… negras.

En el 2005, viajaba en un taxi con tres amigas extranjeras: una galesa, una argentina y una norteamericana. La galesa viajaba en el asiento delantero junto al chofer. Yo viajaba detrás entre la argentina y la norteamericana.

Un policía detuvo el taxi justo cuando el chofer lo ponia en marcha. Al mirar a Gwenn, uno no podía adivinar que era galesa, pero sí que era una mujer extranjera. La argentina y la norteamericana podían pasar por cubanas blancas, pero adivinen a quién le solicitó identificación mi compatriota policía.

Tengo muchos ejemplos. Ya conté en “La Revolución hizo a los negros personas” (mi primer texto publicado en el sitio) que en una ocasión recogía caracoles con una amiga blanca (cubana como yo) en la playa, y un policía me pidió identificación… sólo a mí. A mi amiga la tomó por extranjera y me dijo que era responsable de ella.

¿Será que todas las jineteras en el país eran negras? ¿Las únicas personas con suficiente necesidad económica como para “jinetear” eran las negras? ¿Y en ese caso, por qué serían solo las negras?

¿En este país, donde se garantizó la igualdad social con el triunfo de la revolución, donde se eliminó todo vestigio de discriminación racial, cómo es posible que solo las negras se vieran obligadas a prostituirse para proveer a sus familias de cosas elementales, para aspirar a una vida mejor fuera de este país, o simplemente para entrar a sitios que de otra forma les estaban vedados?

¿O sería que los policías solo estaban entrenados para ver jineteras negras?
—–

Cover photo by Minou Spits

6 thoughts on “¿Cómo me ven mis compatriotas? (I)

  • El problema (entre muchisimos otros que tiene la policia e cuba) es que los policias en nuestro pais son anormales, con bajisimo nivel cultural, incapaces de diferenciar el bien del mal, lo mas probable es que no sepan el significado de la palabra discriminacion o racismo ademas de no tener el mas minimo sentido comun y la gran mayoria de las veces, no pueden darse cuenta que actuan con prepotencian, arrogancia, afectando la dignidad de las personas en lugar de protegerlas

  • Yusi, yo te veo como una cubana muy inteligente y educada y deseando que una mayoría sean como tu.
    Tengo unas preguntas para ti Los policías son mayoría negros o blancos?
    Es posible que las personas que se dedican al jineterismo lo hacen por que no tienen muchas opciones para sobrevivir. Tengo entendido que hay más probabilidad de tener familia afuera para cubanos blancos que para negros todo esto contribuye a que sea más difícil buscar la vida para negros. Estadísticamente no se sí la influencia haga que exista un porciento mayor de jineterismo negro o es que exista más demanda de el. Recuerda que para los europeos posiblemente les atraiga más lo diferente. Claro que nada de esto justifica que a sólo los negros se les pida identificación. A todos debían pedírselo o mejor aún a ninguno. El jineterismo es mucho más viejo de los años 90. Ya en los 80 existía jineterismo sobre todo en la Habana. Quizás no al mismo nivel pero existía.

  • A una amiga mía de Cárdenas la cogieron en Varadero cogiendo botella, tan mala suerte que no llevaba encima el carnet de identidad. Fue un domingo y la soltaron el lunes. Negra, y empleada en contabilidad en una empresa del estado.

  • Aparte de felicitar a Yusimi por otro de sus vibrantes articulos y a Julio por su agudo comentario, quiero decir que la prostitucion en cuba existia siempre, en los 70s tambien, pues cuando una joven se entregaba a un dirigente para obtener prebendas materiales o profesionales practicaba la prostitucion. Regularmente aquellas eran blancas. Ahora varian sus formas porque la organiza el mercado. Ojala yusimi se propusiera una investigacion sobre la prostitucion postrevolucionaria en Cuba.

  • Yusimí:

    La actitud de la policía hacia los cubanos no blancos (y cuanto más oscura sea la piel mayor será la saña) no es más que reflejo del racismo que ha estado durmiendo el sueño de los justos en el subconsciente criollo por decenas y decenas de años. Ya sabemos hasta la saciedad que los decretos revolucionarios no bastaron para borrar el flagelo, y que la crisis de todo tipo que nos corroe desde los noventa no ha hecho más que exacerbar el mal. Peor aún, ahora observo que muchos cubanos que se van a otros países, se llevan con ellos como suvenir la ojeriza contra los de color “extraño”. Lo estoy viendo cada día en China, donde ciertos compatriotas parecen convenidos de la necesidad de recrear una Cuba “aria” de cara al extranjero, a la vez que echan pestes también contra los asiáticos que les han proporcionado una nueva oportunidad en la vida.

    Toda esta telenovela empezó tras la matanza de los Independientes de Color, hace cien años, pues desde entonces los medios informativos de la época (los he revisado) se dieron a la tarea de inculcar en la población el odio, miedo y desprecio al negro,a la vez que fomentaban el blanqueamiento de la sociedad, al calor del continuado flujo de inmigrantes españoles, que se mantuvo por casi tres décadas.

    Si se quiere atajar el problema, hay que ir a las bases históricas del fenómeno. O de lo contrario, seguir jugando a los fuegos artificiales.

  • Buena idea. Haroldo!
    Es posible una investigación como esta entrevistando a mujeres y hombres que se dedicaron y se dedican al jineterismo en cada uno de estos periodos. Creo que esta investigación en realidad daría para un libro muy interesante y útil para recoger un poco de la historia del periodo.

Comentarios cerrados.