Miguel Coyula

Yaltus y la pérdida de la inocencia

Era el final del verano de 1988, yo tenía 11 años, y el Trianón era todavía un cine. Oscuridad. Primera imagen: la neblina se disipa mientras amanece desde un faro donde el protagonista contempla las olas: “El mar… Está contaminado con radioactividad… ¿Volverá a ser azul alguna vez?”

La libertad, el miedo, y la locura

No puedo recordar cuándo me di cuenta de que era libre. No fue una revelación repentina, ni grandiosa. Cuando pienso en la cárcel o hasta en la muerte como consecuencia de mi trabajo, sin sentir ninguna preocupación, siento que no se trata de valentía. Simplemente es el hecho de que mi vida no vale nada, si no puedo hacer lo que me gusta y decir lo que pienso.