Marlene Azor Hernández

El escarnio ordinario en Cuba

Durante los gobiernos de Fidel Castro y de su hermano Raúl Castro, la práctica de la propaganda del culto a la personalidad se ha afianzado gracias al paralelo despliegue de la represión de la opinión pública, el monopolio estatal y partidario de los medios masivos de información y la práctica sistemática de los intentos de asesinatos de reputación a los que no muestren sumisión al discurso oficial.

El culto mediático

Siempre me ha parecido que “el culto a la personalidad”, es una forma de embrutecer a la ciudadanía. Se exageran méritos, se ocultan errores y represiones, se endiosan a funcionarios públicos que lejos de servir a sus naciones, se convierten en seres intocables cuya palabra está por encima de la ley y al margen de ella.