Los enemigos de la unidad de la oposición en Nicaragua
Estos quites malignos que llevamos dentro son los verdaderos enemigos de la unidad. Enemigos nuestros pero amigos de Ortega.
Estos quites malignos que llevamos dentro son los verdaderos enemigos de la unidad. Enemigos nuestros pero amigos de Ortega.
Todo gobierno totalitario tiene como propósito final penetrar en las mentes de la población para estar en condiciones de manipular a su gusto y antojo.
A lo largo de estos borrascosos meses, la Alianza Cívica estuvo al frente de las negociaciones con el régimen, teniendo sobre la mesa nada menos que el presente y el futuro del país entero…
Después de transcurrido más de un año de que reventara la crisis sociopolítica en Nicaragua, ahora agravada con la crisis económica, el jefe del Ejército ofreció declaraciones a medios de comunicación.
Cuando sintió que se le apretaba la soga al cuello, aflojó. Cuando sintió que la soga se aflojaba, apretó. Verdaderamente, la capacidad de Ortega para la hipocresía y los embustes no tiene límites. Difícilmente alguien puede superarlo.
A lo largo del período de apogeo, la cooperación petrolera venezolana desempeñó, a todas luces, un papel clave. Fue su palanca más fuerte. Con toda razón puede afirmarse que jamás Ortega podía haber construido su régimen sin los cuantiosos recursos que le proporcionó el chavismo.
El diario La Prensa publicó en días recientes un reportaje que retrata con nitidez la forma de operar de los miembros de la camarilla gobernante para saquear los fondos públicos y, desde el uso y abuso del poder político, amasar gigantescas fortunas.
Uno de los temas que genera más contrastes de opinión a todo nivel entre los nicaragüenses es la realización de elecciones anticipadas, con Ortega en el poder. Por supuesto, también se plantean otras opciones.
Siempre la palabra se quedará corta para calificar la conducta reiterada de los voceros del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, comenzando por el mandamás: mentir, mentir y mentir es su consigna.
Los hechos recientes parecen indicar que estamos entrando en una nueva etapa. Se rompió el estancamiento, se está retomando la iniciativa política y la estrategia de Ortega comienza a mostrar fisuras. Es momento pues de esmerarse por interpretar el momento, tomar las decisiones correctas y, sobre todo, de mantener firme el timón.