La Mulán que nunca regresó
Crecí en Jinotepe, una pequeña ciudad a 45 minutos de Managua. Vivía en una casa muy grande con mi abuela materna, papá, mamá, cuatro hermanxs, dos gatos, una lora y cuatro perros. Una casa donde no existía el silencio. Sin embargo, las tardes de mi infancia recuerdo pasarlas en la casa de mi abuela Mamarrú y mi abuelo Papa Armando.