Yubrank Suazo: “mi mamá dice que he nacido tres veces”

Yubrank Suazo. Foto: La Prensa / archivo

Estuvo detenido dos veces, en cada ocasión pasó nueve meses privado de libertad y es uno de los 222 ex presos políticos desterrados.

Por La Prensa

HAVANA TIMES – Yubrank Suazo, el ex reo político originario de Masaya ha estado detenido en dos períodos de la represión, ambas ocasiones han durado nueve meses. Este preso político forma parte del grupo de 222 presos políticos que fueron desterrado por el régimen de Daniel Ortega el pasado 9 de febrero de este año. Por estos tres momentos su mamá le dice que nació tres veces.

Este joven opositor recuerda los días de su infancia como días felices, principalmente porque conserva las amistades con la que estudió el preescolar y la primaria. Estas amistades él las describe como una familia que lo ha sostenido en su destierro en los Estados Unidos.

Suazo es el menor de tres hermanos, y tiene un lazo muy estrecho con su madre y padre. Haber dejado Nicaragua le dolió principalmente porque no sabe cuando podrá volver a estar junto a su familia.

Suazo fue apresado por segunda vez el 18 de mayo del 2022. Fue señalado de “conspiración para cometer menoscabo” y “propagación de noticias falsas”. Condenado a diez años de cárcel, la judicial también le impuso una pena de 800 días de multa que equivalen a 55,456 córdobas.

De medicina a psicología

Luego de haber hecho sus estudios iniciales en Masaya, Yubrank Suazo decidió estudiar un año de medicina. Al poco tiempo se dio cuenta que no era su vocación y no se sentía pleno con su decisión, por lo que cambió de carrera al área de humanismo.

Entró a la Universidad Centroamericana (UCA) a estudiar Licenciatura en Psicología. Por razones de salud pausó su carrera y se trató de reincorporar en 2017, pero por problemas administrativos no le fue posible. Posteriormente llegó 2018 y pausó completamente su carrera. Yubrank Suazo cursó hasta cuarto año de esta psicología.

Yubrank Suazo participó y lideró protestas pacíficas contra el régimen de Daniel Ortega, que inició una ola de violencia y persecución contra los ciudadanos opositores. Foto: La Prensa / archivo

Su participación política se remonta a 2008, él formaba parte del Movimiento por Nicaragua, una organización de la sociedad civil que denunciaba las violaciones a la Constitución, que ocurrían en ese momento. “Desde allá vengo inmerso en la política. Cuando estalló lo de 2018 yo ya entendía el tejido organizativo el cual yo conocía y facilitó el que pudiéramos unir esfuerzo para manifestarnos en contra de lo que estaba ocurriendo”, relató.

Este joven formó parte del Movimiento 19 de Abril, que se fundó cinco días después del inicio de la resistencia pacífica. En su participación destaca las acciones que realizaban durante la lucha en el territorio de Masaya.

En 2018, Suazo fue acusado del supuesto delito de terrorismo. Fue liberado con la controversial Ley de Amnistía el 11 de junio de 2019. No dudó en incorporarse a la plataforma opositora Alianza Cívica para continuar con su activismo por la justicia en Nicaragua.

Diferente trato policial

“Aunque el régimen manejaba una campaña de represión frontal en contra de los opositores, cuando vos pasabas a estos centros sucedía algo muy particular. Los oficiales de altos rangos como de medios se mostraban siempre dispuestos a dejar en evidencias su descontento en contra del sistema que actualmente está imperando en Nicaragua. Ellos procuraban dejar bien sentada su posición que no estaban a favor de lo que este pasaba con nosotros (presos políticos) a lo que nos pretendían someter”, relató el ex reo político.

Yubrank Suazo encontró diferencias en el sistema penitenciario esta segunda vez que estuvo detenido. Explicó que durante su primera época carcelaria existía el fanatismo de parte de los custodios y demás autoridades policiales. Pero fue diferente en este último periodo.

Afirmó que las autoridades de la cárcel no dudaban en manifestar su apoyo. “Te apoyaban pasando algún tipo de información o para mejorar mínimas condiciones tu estadía dentro de la celda, lo lograban hacer”, mencionó.

Estas acciones no ocurrían en presencia de los rangos superiores, porque los custodios cambian inmediatamente de actitud.

Suazo estuvo detenido en la celda de máxima seguridad conocida como “El Infiernillo”, ahí conoció a un oficial llamado por los reos comunes como “El maldito”. Sin embargo, entabló con él una relación cercana y llegó a mostrarle de diferentes maneras su aspecto humanitario.

“Me llegó a expresar el descontento a lo interno”, agregó. Suazo recuerda con claridad una ocasión cuando se enfermó y el custodio no pudo ocultar la preocupación por su estado de salud. “Se me acercó y me dijo: qué te pasó. Me tranquilizó y me dijo vamos a apoyarte. Recuerdo que andaban dando el desayuno y agarró mi plato de comida fue que me sirvieran, me lo llevó a la mano. Me dijo: come aunque sea un poco más, tenés que estar fuerte”, recordó el ex reo político.

El momento del destierro

Para Yubrank Suazo la noticia de que iban a ser “liberado” fue una de las situaciones más dolorosas que ha podido enfrentar a lo largo de su vida. El ex reo tenía como principio que su lucha la tenía que realizar junto a los suyos, en su lugar de origen.

Yubrank Suazo y su padre Wilfredo Suazo, artesanos de Masaya. Foto: Uriel Molina / La Prensa

Cuando llegó al Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino y entendió que iba a salir del país sin poder despedirse de su familia, Yubrank Suazo no podía contener el llanto. “Lloraba como niño y cuando logré tener contacto con mi papá recuerdo recién venido aquí a los Estados Unidos, él estaba más feliz, le embargaba la felicidad de que estaba aunque lejos pero libre. Yo lloraba de tristeza. De saber que los había dejado, que habían pasado aproximadamente nueve meses en que no les pude dar un abrazo”, comentó con la voz quebrada.

La duda que embarga a este joven es el saber si va poder regresar a Nicaragua y encontrar a su familia. Antes de subirse a escalinatas del avión, fue arrodillarse y besar el suelo, siendo para él una manifestación del beso de despedida que no le pudo dar a sus seres queridos.

Suazo ha asumido un papel activo en la lucha desde el exilio, porque no le va a dar tregua al orteguismo, aseveró. “Queda aceptar ese proceso de mi nueva realidad, plantearme un plan de vida a corto y a mediano plazo sin desenfocarme del objetivo principal que es alcanzar junto a aquellos que valientemente continúan luchando por la libertad de nuestra patria”, finalizó

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