Ya hay desempleados en Guantánamo

Por Rosa Martinez

Foto: Elio Delgado

HAVANA TIMES, 6 marzo — Imagino cómo sería quedar sin trabajo. Y me digo, qué más da, de todas formas este salario no me alcanza para nada, pero la respuesta llega rápido, sin ese dinero mensual la situación económica de mi familia sería peor todavía.

Apenas comenzaron las reducciones de plantillas infladas en varios centros laborales de la provincia y ya se escuchan muchas historias de favoritismo, ajustes de cuentas e injusticias de todo tipo.

Me contó un amigo que en la fábrica de Lácteos, los militantes que quedaron fuera rompieron sus carnés de comunistas en las caras de los jefes y hubo reyertas en las que tuvo que intervenir la policía.

Algunos pocos de los que han quedado fuera en las diferentes reducciones de plantillas infladas no tendrán grandes problemas pues tienen familiares en el extranjero o algún retirado de la base que continuará sustentando a toda la familia. Otros buscarán la manera de comenzar o insertarse en algún pequeño negocio, pero evidentemente, muchos no ven el desempleo así tan simple.

Foto en Trinidad por Elio Delgado.

Hay quienes se afectarán seriamente, pues durante años solo vivieron de sus modestos salarios y no tienen otra forma de buscarse la vida.

A Magdalena, la madre de un amigo, le dijeron que tenía un mes para aumentar su producción, si no lo lograba quedaría fuera de la empresa.

La noticia que recibió de parte de su jefe inmediato la afectó de tal manera que acabó ingresada en el hospital psiquiátrico del municipio.

“Magda.” le dije, “desesperándose no resolverá nada, solo tendrá más problemas; en primer lugar todavía no quedó fuera, en segundo, si quedase fuera, usted está fuerte y hay muchas cosas que puede hacer todavía, además tiene dos hijos que la ayudarán siempre.”

Por más que intenté convencerla de no deprimirse, mis palabras no la ayudaron mucho, pero escuchar las de ella si me ayudó a ver el daño que recibirán muchos de los que queden fuera, especialmente los más viejos que todavía no están en edad de jubilación.

Foto en Trinidad por Elio Delgado.

“Yo trabajo desde jovencita.” me contó, crié a mis dos hijos sola, el padre de ellos se fue un día y nunca nos ayudó en nada. Tengo más de 20 años de trabajo en esa fábrica, toda mi vida la he pasado ahí. Cuando comencé estuve siempre entre los más productivos, pero los años no pasan por gusto, además ahora padezco de varias enfermedades. Sé que mis hijos me ayudarán, no tengo dudas de eso, pero estoy acostumbrada a tener mi dinerito y hacer lo que quiera con él.”

“De todas formas recuerde que pase lo que pase no será el fin del mundo, siempre hay algo más que podemos hacer. Además nadie quedará desamparado en Cuba.” le contesté.

“No sé si es verdad eso ultimo que dijiste, solo sé que no es justo que después de tantos años de sacrificio me dejen en la calle, solo por no ser la mujer fuerte de antes que ya no puede producir igual que los más jóvenes. Si hacen eso ¿qué clase de socialismo sería este?” contestó.

No pude convencerla, al contrario, ahora soy yo quien necesito que me convenzan.