Y ahora… la ruina

Por Yusimí Rodríguez, fotos: Irina Echarry

HAVANA TIMES, 6 marzo — Descubrí este edificio en el año 2010, cuando caminaba por la calle Carmen hacia la casa de un amigo y me detuvo la curiosidad.   Por supuesto, quería saber qué había sido antes aquella construcción enorme, ahora medio destruida y abandonada.

Eso se volvió irrelevante en cuanto vi salir a una mujer de allí dentro y me acerqué para confirmar lo que resultaba increíble.  “Sí, contestó ella a mi pregunta con la mayor naturalidad, en este edificio vive gente, once núcleos familiares en total; incluyendo a dos personas que llevan aquí más de treinta y cinco años.”

He regresado casi un año después para conocer sobre el edificio y sus habitantes.  ¿Cuándo se construyó? ¿Cuál era su función y cómo llegó a estar en estas condiciones?  ¿Por qué viven estas personas aquí?

Un vecino de los alrededores satisface parte de mi curiosidad: “Estudié aquí.  Primero fue un colegio religioso, después una escuela primaria.   Y ahora… la ruina.”

Unas personas muy ancianas que viven al frente me cuentan que la edificación fue donada a una institución religiosa por los hermanos Inclán, a principios de la década del veinte del pasado siglo, para que existiera allí una escuela de niños pobres.

Gladys, maestra retirada tras 33 años de trabajo en el sector de Educación, habitante del edificio hace más de treinta y cinco años, me cuenta: “Esto era una escuela de monjas y curas.  Vivían e impartían clases aquí.  Después del triunfo de la Revolución, se intervino y pasó a ser el Centro de Superación de la Mujer, aquí estudiaban muchachas de diferentes provincias…

“Después las pasaron para otro centro y esto se convirtió en un internado de primaria, los niños vivían aquí… y después se convirtió en un semi-internado de primaria, los niños venían por la mañana y se iban por la tarde.

“La escuela no recibió el mantenimiento necesario durante mucho tiempo; desde que yo empecé a trabajar aquí no recibió mantenimiento, y hace unos veinte años o veinticinco años se cerró para repararla.   Pero la reparación fue solo fachada, mucha pintura, cristales, una belleza…

“Al cabo de los cinco años, hubo que cerrar la escuela de nuevo porque el trabajo que hicieron no sirvió, y no había nadie que controlara ese trabajo para ver la calidad… Hubo que cerrarla nuevamente… hicieron algunas cosas, tumbaron algunos pedazos.  Pero no habían pasado diez años y la escuela se cerró nuevamente, hasta la fecha… Un crimen…

“Esto era una escuela grandísima, tenía teatro, comedor, almacenes, el área de Educación Física, salones de gimnasia, y llegamos a tener aquí 1400 alumnos.  Yo fui profesora de aquí de primer a cuarto grado, de todas las asignaturas… Entonces, mira en las condiciones que está la escuela… Una escuela tan antigua, mira la construcción que tiene.  Si se le hubiera dado el mantenimiento que necesitaba, no estuviera en estas condiciones…”

¿Pero cómo vinieron estas personas a vivir en este lugar que nunca fue un edificio de vivienda y se encuentra casi destruido?

Estrella (quince años viviendo en el edificio): “Yo me casé con un profesor que trabajaba en esta escuela, él lleva aquí 19 años; el apartamento era un medio básico que le dieron cuando era trabajador de aquí.”

Gladys: “Yo empecé a vivir aquí desde antes de trabajar en esta escuela.  Trabajaba en otra y me dieron este local como medio básico.  Entonces me pasaron para acá para fortalecer el núcleo del Partido.”

Yoel (nueve años viviendo en el edificio): “Yo vine aquí a trabajar por el Comité Militar.  Esto antes era un almacén de caretas antigás de ese Comité y yo era cocinero allí.  Yo no tenía vivienda, porque me separé después de más de veinte años de matrimonio y me dejaron fuera de la casa”

Sonia (más de cuarenta años en el edificio, trabajadora de Salud Pública): “Mi madre llegó aquí como directora en el año 1962.  Era un internado de varones, de niños pobres.  Antes del triunfo de la Revolución, también era de niños pobres, pero lo atendían los curas, era una escuela eclesiástica.

“Aquí había, por ejemplo, muchachos con problemas de conducta… Eso fue antes de que esto fuera el Centro de Superación para la Mujer.  Como mi madre era la directora, vino a vivir aquí.   Luego pasó a trabajar en otra escuela, pero continuó viviendo aquí.  Después de eso hemos luchado por la vivienda… nos han dicho que sí, que la van a dar…

“Esto en realidad es un medio básico, primero de Educación y ahora creo que del Poder Popular.  Esta era la vivienda del cura, así es que tiene su baño y su cocina, pero está afectada porque, como han dicho los arquitectos, los cimientos han cedido.

Amilkar, (presidente del Comité de Defensa de la Revolución, CDR, hijo del esposo de Estrella, dieciséis años viviendo en el edificio): “En el año 1992 este edificio se desocupó como escuela, en aquel momento mi padre estaba casado y vivía en Párraga y al vaciarse esto ellos vinieron a vivir acá.  Ella es la hija de Gladys, que era profesora de esta escuela y aún vive aquí.

Amilkar

“En 1994 murió mi mamá, yo vivía en Bayamo, y un año después vine a vivir con mi papá.   El sufrió una lectospirosis en el año 94, y cuando salió del hospital fue a la Dirección Municipal de Educación a hablar con la persona que atendía del Departamento de Atención al Hombre, porque se había separado de su esposa, y le dijeron que se quedara aquí, sin documentos, lo que fue un gran error.

“Por eso se dice que nosotros estamos aquí legal e ilegalmente.  Legal de palabra e ilegal de documentos.  Aquí nadie tiene propiedad, ni las que llevan más de cuarenta años.  Ellos tienen autorizaciones, por ejemplo, como la de Sonia, de la Asamblea Nacional o del Ministerio de Educación; un hombre que está ahora en España la tenía de la Dirección Municipal de Educación.

“Todos ellos fueron maestros, los más jóvenes que vivimos aquí, venimos de familias de maestros.  En el año 95 yo vine a vivir con mi papá y en el 2000 decidí vivir solo.  Este local estaba vacío y yo vine para acá.  Mi expediente como caso de la vivienda es aparte del de mi papá.  Cuando vinieron a gasificar la ciudad, se gasificaron todos los apartamentos del edificio.”

¿Y la libreta de abastecimiento?

Amilkar: “Solo la tienen las personas que llevan más de cuarenta años viviendo aquí.   La mía está en la casa de mi tía, que es además la dirección que tengo en el carné de identidad.  Todo eso está en mi expediente como caso de vivienda, que está firmado por todas las autoridades del gobierno del municipio, el Secretario del Partido, la coordinadora de los Comités de Defensa de la Revolución, etc.   Yo voy todos los meses allá a buscar mis mandados.”

Si el edificio ofrecía peligro para los estudiantes, ¿cómo dejaron viviendo aquí a las familias que tenían locales como medio básico, y cómo es que vinieron otras?

Estrella: “Como todo; la necesidad.  La necesidad de vivienda que tenemos aquí hace parir hijos machos.”

¿Qué pasó con los alumnos y maestros cuando cerró la escuela?

Gladys: “Nos regamos por todo el municipio de Diez de Octubre.  Actualmente, la escuela Pedro María Rodríguez está funcionando en otro local.  Eran diferentes casas y a mí me tocó trabajar en una que hay cerca del parque Juan Delgado; ahí me retiré.”

¿Qué ocurre en tiempo de ciclones?

Gladys: “Bueno, yo voy para la casa de mi hermana.  Otras familias recogen al resto de las personas, o si no el Estado… viene la brigada de albergues.  Aquí no se queda nadie.  Y si alguien se queda, es bajo su responsabilidad…”

Amilkar: “…en tiempo de huracanes nadie viene aquí a saber qué va a ocurrir con nosotros.”

Sin embargo, ayer, una vecina me dijo que aquí viene la Defensa Civil y nadie quiere irse…

Amilkar: “Viene la Defensa Civil cuando les parece…”

Estrella: “En este último, que nos cogió de sorpresa, aquí se cayeron pedazos de techo y los niños empezaron a gritar.  Una vecina tiene teléfono y yo fui la que llamé al puesto de mando para que vinieran, que había niños gritando, que no podíamos salir de aquí, y no vinieron… Cuando hay tiempo de ciclón, no es que nadie se quiera ir.  No nos podemos ir.  Nos vamos los niños y las mujeres.  Los hombres son los que se quedan porque en tiempo de ciclón la gente entra aquí y roba.”

¿Pero es sobre todo en tiempos de huracán que los vecinos del edificio se ayudan?

Amilkar: “Si hay que clavar un palo en forma diagonal en una ventana para que no se abra, la gente se ayuda, eso no tiene problema de ningún tipo… Aquí al final nadie tiene más problemas que los otros.  Todos estamos en la misma barca, hasta ver qué pasa.”

¿Se conoce esta situación? ¿Han escrito a alguna instancia sobre estos problemas?

Gladys: “Nosotros nos hemos quejado a todo el mundo, le hemos escrito a todo el mundo.  No solo ya por los que vivimos aquí, si no por recuperar nuestra escuela.”

Los baños.

En el año 2008, Amilkar le escribió una carta al Presidente de la República de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y a Pedro Sáez Montejo Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en la Ciudad de la Habana: “Aquí yo reflejo la historia del edificio, hay fotos… Hablo de las personas que venían a fumar marihuana en el patio, del policía que entró y efectuó los disparos…”

Estrella: “Ya nosotros hemos escrito a todos los lugares, se han tirado fotos, escribimos al Comité Central, de todo… ¿Usted ve aquello que hay allá atrás?  Ese era el baño de todas las familias que vivimos allí arriba.  Nosotros no tenemos baño dentro de las casas, las necesidades las hacemos en cubos, en jabitas de Cubalse… los baños eran colectivos.  Cuando dijeron que iban a construir los 64 apartamentos, demolieron y nos dejaron sin baño.  Antes no los teníamos dentro de las casas; ahora ni dentro ni fuera…”

Gladys: “Yo tengo un nieto que estudia ingeniería en el ITM, que también se ha quejado en todos los lugares igual que Amílcar.  Le ha escrito a todo el mundo, ha visto a todo el mundo y ha explicado mis problemas en la columna, las condiciones que yo tengo.  Por la noche cuando a una le da un dolor de estómago tiene que caminar una cuadra para ir al baño.  Estoy usando el de una vecina que vivía en una parte muy mala del edificio y no podía quedarse aquí con una hija y un niño chiquito, así es que está en la casa de su ex esposo, y nos prestó su baño a mí y a mi hija.  Los otros vecinos están usando el de una familia que se fue para España… .”

¿Qué respuestas han recibido?

Amilkar: “De la carta que le escribí a Raúl no recibí respuesta.  De la de Sáez sólo supe que se envió para el Poder Popular”

Gladys: “A mí nieto le dijeron en el gobierno del municipio, que iban a venir a hacerme un baño dentro de la casa.”

Amilkar me cuenta que previamente, hubo una inspección del Comité Militar porque las caretas antigás, que se guardaban en el antiguo teatro de la escuela estaban siendo sustraídas: “Los muchachos las cogían para fabricar tirapiedras, palomares… Además estaban en muy malas condiciones, porque el lugar dónde estaban almacenadas, se filtraba.  Todo estaba mojado; el mantenimiento de conservación que se le hacía a la escalera se dejó de hacer.”

“A raíz de esa inspección se hizo una reunión con los compañeros del edificio y a cuatro de ellos se les dio un plazo de 72 horas para irse, porque llevaban muy poco tiempo viviendo allí.   Al resto, se les prometió un módulo de viviendas.  Todo esto también lo recogen las cartas.

“De esas personas, una se quedó, que es Yoel, y hasta le pusieron una multa, pero no se fue.  La otra fue Leonor, que llevaba meses aquí y se fue, no sé a dónde.  Miriam se quedó también, pero se fue posteriormente.  El otro era Julián, pero él falleció.   En esa reunión se preguntó por la disposición de los vecinos para construir por esfuerzo propio y se nos prometieron los terrenos con los módulos.

“Fue la primera y la única reunión en la que se habló de ese tema.   Al cabo del tiempo vino lo de la reparación, pero nadie nos informó nada, ni se nos dijo que se iba a hacer con nosotros.  Vino la empresa SECOM, que no se hacía responsable del edificio hasta que no sacaran a las personas de aquí.

“Hicieron un derroche grandísimo de materiales, levantaron un muro alrededor del edificio, trajeron un contenedor de cemento y lo plantaron en la esquina, cabillas, la madera para el encofrado, pusieron las vigas que ves en el pasillo, hicieron un comedor, una garita, de todo.

“Supuestamente iban a ser 64 apartamentos, pero nos enteramos por los comentarios.   Allá abajo se estaba haciendo una reunión con la directora municipal de albergue, a la que no nos habían invitado, y nosotros nos colamos.  Así supimos que estábamos incluidos en los apartamentos que se iban a construir; en esa reunión se habló también de las cartas de liberación de las personas de sus centros de trabajo para construir sus viviendas.

“Pero para eso el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social exige fecha de inicio y culminación de las viviendas.  La directora municipal de albergue dijo que la construcción era inminente.  Nunca se dio fecha de inicio ni culminación.   Yo fui a ver al vicepresidente de construcciones del gobierno municipal, Rafael Duarte Martínez, para preguntarle cómo iba a ser la reparación y a dónde nos iban a llevar mientras.

“Él me dijo que se iba a reparar por partes y cuando la primera estuviera lista, llevarían a los vecinos allí para terminar el resto.  Le pedí una reunión con todos los vecinos para que todos recibieran la información y él me dijo que no tenía que reunirse con nadie.  Cuando le dije que él se debía al pueblo, accedió a venir y dar la explicación.

“Los vecinos estuvieron de acuerdo y se explicó que venía el Contingente Salvador Allende.  Yo empecé la tramitación de la carta de liberación, pero no me la concedieron por la falta de fecha de inicio y culminación.  Tres vecinos sí las recibieron, Yoel, Aida y Elvira, pero esta última al ver que la construcción no empezaba regresó a su centro de trabajo.  Los otros dos siguen trabajando en el contingente.”

La realidad de hoy

Amilkar: “Al final no se hizo nada.  Algunos materiales se los llevó el contingente y otros se los robaron.  Yo me imagino que deben haber gastado diez millones de pesos, había materiales para hacer dos edificios.”

La hermana de Gladys, que vive cerca del edificio, se muestra un poco escéptica con el reportaje de Havanatimes, pero también ofrece su testimonio: “Esto se empezó a reparar, pero producto de problemas con los cimientos, que estaban cediendo, hubo que parar la reparación.”

Amilkar: “…Pero es que ya existía un estudio según el cual los cimientos estaban cediendo, ¿para qué dijeron que se iba a hacer la construcción y trajeron todos los materiales, e ilusionaron, además, a las personas? Se está jugando con los sentimientos de la gente y sus necesidades vitales.  El problema es que ese dictamen se hizo antes de que viniera SECOM.  Allá abajo hay unos huecos grandes que se abrieron para hacer esa prueba.”

Gladys: “Llevo más de un año esperando que vengan a hacerme el baño.”

Estrella: “A nosotros en sí nos tienen engañados, nos han engañado demasiado.”

Tres moradores del edificio continúan liberados de sus centros de trabajo para construir por esfuerzo propio.  Pero al suspenderse la construcción del edificio, ellos han pasado a construir otras obras.  En sus centros no pueden recibirlos hasta que no hayan resuelto su situación de vivienda.

Amilkar: “Lo único que falta es coger todos los matules y ponernos en un lugar determinado del gobierno.  Hay quien dice que así se crearía un problema político, pero el problema político ya está… Hoy día yo no puedo convocar a los cederistas a una asamblea contra el delito.  ¿Qué asamblea contra el delito voy a convocar si aquí se cometen hechos delictivos y en definitiva no existe proyección de resolverlos? Yo tuve que gestionar por mi cuenta lo que iba a pasar con ese policía que hizo los disparos en el patio.  Lo único que habían hecho era cambiarlo de Consejo Popular.

“Si no hacemos la gestión por nuestra cuenta no pasa nada, y yo dije que un policía como ese es un peligro para la sociedad, porque le vacía la pistola a cualquiera.  Era el jefe de sector de la circunscripción 95… El colmo de toda esta situación fue que la Asamblea de Rendición de Cuentas del mandato anterior se suspendió, porque yo me negué a citar a los cederitas; yo quería una respuesta de qué había pasado con todos los recursos que se habían traído y qué había pasado después que se habían reunido con todos los vecinos para decir que se iban a construir 64 apartamentos…

“Bueno la Asamblea se pospuso y se pospuso, se constituyó la Asamblea Municipal del Poder Popular y nunca se realizó la Asamblea de Rendición de Cuentas en esta circunscripción.  Nuestra decepción no viene solamente porque no nos puedan resolver el problema.  Entendemos la situación por la que está atravesando el país, pero la falta de respeto es demasiada.”

¿Qué perspectivas tienen de lograr resolver su problema?

Yoel: “Ellos nos plantean a nosotros que tenemos un local asignado para la obra de aquí, pero no saben si el presupuesto sale este año o el próximo.  Nos dicen que puede ser por esfuerzo propio, pero aquí casi todos son personas mayores.   Yo estoy liberado de mi centro de trabajo, hace tres años para trabajar en un contingente.   Yo trabajaba como cocinero en Educación.  Estuve un año y dos meses en la microbrigada de aquí, del Municipio Diez de Octubre y ahora llevo dos años en el Contingente Salvador Allende, que era el que iba a reparar el edificio, pero no tengo derecho a vivienda por el contingente, es por aquí por el gobierno… Ahora tenemos que esperar por los materiales y el presupuesto.”

Hermana de Gladys: “Ahora ellos están esperando para trasladarse a otro lugar cuando terminen de construir.”

Gladys también se muestra optimista: “Ya todo está aprobado.  Está la planificación hecha, nos van a hacer un edificio de 12 apartamentos y estamos a la espera de eso para irnos de aquí.  No sabemos lo que van a hacer con este edificio.”

¿La construcción ya empezó?

Gladys: “Todavía, se está trabajando sobre eso… Ya está el terreno, está la planificación… Así que dentro de unos meses, o un año, o dos ya estaremos viviendo en otro lugar.”

Su hermana piensa que será para finales de este año y me pregunta qué más deseo saber.

Amilkar: “Perspectiva hasta ahora no hay ninguna.  Se han hecho promesas y más promesas.   Se dijo que había unas naves por la calle Capricho, en Luyanó, que se iban a reparar.  Pero al final, nada.  De estas naves supimos a través de la respuesta que se dio a una carta que escribió Alejandro, un vecino del edificio.  Pero según esa carta aquí sólo había diez núcleos, yo no estaba incluido.

“Nadie vino personalmente a ver en realidad cuantas familias viven aquí.  Te cuento todo esto porque nada de lo que ocurre aquí es secreto para nadie… Aquí vino incluso una inspección de la Vivienda porque allá abajo había una fábrica de plástico, aparentemente legal, que después se descubrió que no lo era.

“En la inspección vinieron desde el arquitecto de la comunidad hasta el grupo de inversión de la vivienda; el objetivo nunca fueron los vecinos que vivimos en el edificio, pero entonces les empezaron a pedir el carné de identidad a el mundo y a quien no tenía la dirección en este lugar le ponían una multa.

“Con esto te quiero decir que la Dirección de la Vivienda ha venido aquí desde a hacer censo hasta a poner multas y no ha existido una proyección de resolver el problema de los vecinos que vivimos en el edificio.   Aún no sabemos si la solución para este problema está incluida en el plan del gobierno municipal de este año.  Yoel fue al gobierno y le dijeron que no sabían; fue a la Unidad Municipal de Inversiones para la Vivienda y también le dijeron que iban a ver si estaba incluido.   Yo sospecho que no.  Pero nadie ha venido a informarnos…”

A pesar de las vicisitudes, las promesas sin cumplir, las decepciones, los vecinos no pierden la capacidad de ser solidarios.  En el edificio se han filmado video clips y escenas de películas, una de ellas “Madrigal.” de Fernando Pérez, y ellos han cooperado  brindando agua fría, ofreciendo sus cuartos para que las actrices y actores se maquillen o cambien su vestuario.  Mientras, siguen esperando por una solución.  Algunos con optimismo; otros, escépticos.

En la reunión para discutir los Lineamientos del Partido Comunista de Cuba, Amilkar volvió a plantear el problema del edificio, de la inversión que se había hecho de recursos que al final se habían perdido: “Como ocurre en miles de casos en el país, que se ponen los recursos y al final se los roban, y la inversión se queda ahí…”

La respuesta que recibió fue que aquello no era una Asamblea de Rendición de Cuentas, que debían esperar por lo que se aprobara en el congreso.  “Me dijo que este documento era el ‘qué’ y que el ‘cómo’ vendría después; entonces seguimos en lo mismo: el cómo, el cómo, el cómo… y al final no lo encontramos.”

5 thoughts on “Y ahora… la ruina

  • Mis felicicdades por este articulo periodistico, han dado espacio y voces a los que voces no tienen, Amilkar esta claro como el agua, a nadie le importa nada de la situacion en que viven, son anos que los enganan y no creo que nadie vaya hacer algo. Me permitan de darles un consejo, todos los vecinos se metan de acuerdo y con cadenas se metan delante del edificio de la vivienda o delante del consejo de estado o delante de la casa de Raul, se encadenen unos a otros, hagan huelga de hambre, empiezen a protestar y hacer sentir las voces hasta que no tengan una respuesta, acuerdense que son personas con doberes y derechos, no animales

  • Noto que el sitio está cuco, si tuvieran más plantitas eso estaría arrebatado de bello. Harta y larga vida para el instituto nacional de la vivienda, arre!

  • Yo fui alumno de la escuela desde 1953 a 1957 y lo que dicen las personas entrevistadas tienen error, a toda aquellas personas que le interezen saber la historia de la escuela me pueden escribir a mi email, [email protected] que con gusto le contestare. La escuela no era para 1400 alumnos, ella fue disenada solo para 120 alumnos becados, yo fui uno de ellos y tengo el mejor recuerdo de ella, y de su director el Dr Juan Francisco Zardival.

  • Disculpen escribi mal el apellido es Zaldivar.

  • Yo fui alumno del Colegio llamado Institucio Benefica Manuel Inclan en los anos 1948,49 y 50.
    Cuando empeze alli hera un colegio de monjas el director hera un cura, pero despues lo cogio el govierno
    y el director se llamaba Dr. Juan Francisco Zaldivar. yo estaba alli a pupilo salia una vez al mes.
    Es una lastima que el edificio se alla derumbado.

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