¿Votar o no votar? La oposición venezolana, otra vez dividida

Por Isaac Risco (dpa)

Nicolás Maduro y Henri Falcón. Foto: noticiero52.com

HAVANA TIMES – Muchos opositores venezolanos están convencidos de que las elecciones presidenciales del domingo 20 de mayo serán fraudulentas, pero el llamado de otros a votar ha dividido otra vez a los adversarios del chavismo.

La vieja alianza Mesa de Unidad Democrática (MUD) llama a boicotear lo que califica como un “fraude” electoral, pero del seno del propio grupo ha surgido el principal candidato que aspira a derrotar al presidente Nicolás Maduro y que llama a acudir a las urnas el 20 de mayo, Henri Falcón.

“La solución a la crisis está en el voto”, repite durante su campaña Falcón, un militar que fue chavista y más adelante jefe de campaña del candidato opositor Henrique Capriles en las elecciones de 2013.

Falcón está convencido de que la grave crisis económica y humanitaria en Venezuela, considerada como la peor en décadas en el hemisferio occidental, puede hacer que los venezolanos se vuelquen masivamente a las urnas y que eso impida un posible fraude.

Otros líderes opositores, sin embargo, temen que la participación sólo dé legimitidad a una elección cuestionada tanto a nivel nacional como internacional. Un dilema que ha vuelto a dividir a la oposición como en los tiempos del fallecido Hugo Chávez, cuando sus adversarios no encontraban una receta común frente a él.

“Yo diría que la oposición está dividida en tres grupos”, dice a la agencia dpa Phil Gunson, el analista en Venezuela del think tank International Crisis Group.

“El primero es el grupo alrededor de Henri Falcón, que cree que el voto es la vía. Después tienes a lo que fue la MUD”, agrega. “Y el tercer grupo es ‘Soy Venezuela’, que son los más radicales”.

El grupo en torno a la ex diputada María Corina Machado y el ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma llama a enfrentar al “régimen” con protestas y presión internacional para “liberar a Venezuela”.

La MUD apostó durante mucho tiempo por la vía electoral para derrotar al chavismo, aunque muchas figuras de lo que queda de la coalición ven agotada ahora esa posibilidad para el 20 de mayo por la falta de garantías.

La elección no es reconocida por una docena de países de la región, (el llamado Grupo de Lima), ni por Estados Unidos, Canadá ni la Unión Europea. Entre otros motivos, porque algunos de los principales líderes opositores están presos, exiliados o inhabilitados para ejercer cargos públicos.

“Eso no es una elección”, dice a dpa Lilian Tintori, esposa del opositor Leopoldo López, líder del partido centrista Voluntad Popular, miembro de la MUD. López fue condenado en 2015 a 13 años de cárcel por cargos de incitación a la violencia y está en prisión domiciliaria desde el año pasado.

“La oposición no está representada por ninguno de los candidatos que están corriendo (postulando)”, agregó la activista, que ejerce de portavoz de su esposo porque López tiene prohibido manifestarse públicamente sobre política.

“Los que están corriendo le están haciendo el juego a Maduro”, dice también Tintori.

El reproche de que Falcón es un títere del presidente se ha oído a menudo durante la campaña. El abogado y militar fue aliado de Chávez desde los 90 hasta 2010, cuando se pasó a la oposición.

La diputada Delsa Solórzano, vicepresidenta del partido socialdemócrata Un Nuevo Tiempo, otro integrante de la MUD, también está convencida de que habrá un fraude.

“Esto que va a ocurrir el 20 de mayo no es votar”, señaló Solórzano, de 46 años, considerada como una de las políticas opositoras con mayor proyección en la Asamblea Nacional.

“Yo jamás le pediría a un ciudadano que vaya a votar si no tengo cómo cuidarle su voto”, agregó Solórzano durante un encuentro con mujeres en las instalaciones del Parlamento.

El Legislativo, controlado por la oposición tras las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015, quedó en la práctica anulado con la elección el año pasado de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para elaborar una nueva Constitución.

Si Maduro tiene casi asegurado un segundo mandato de seis años el domingo para dar continuidad a 20 años de chavismo pese a la grave crisis, será también porque consiguió desactivar a la oposición.

“Hay que reconocer que la oposición lo ha hecho muy mal”, dice a dpa Gunson. “Pero no todo es culpa de la oposición”, matiza luego. “Porque evidentemente hacerle oposición a un Gobierno de este tipo es extremadamente difícil”.

“El Gobierno ha sabido dividir a la oposición. A los que realmente representan una amenaza los mete presos, los manda al exilio o los inhabilita”, resume. “Y a otros los trata de comprar”.