Vacaciones en tiempos de crisis

Patricia Grogg

LA HABANA, 22 jun (IPS)  – Las tensiones económicas de Cuba aumentan las preocupaciones familiares al comienzo del período vacacional, cuando crecen las demandas de alimentos, transporte y energía eléctrica, todas áreas impactadas por recortes con miras a sortear las dificultades agravadas por la crisis global.

“Pronto tendré a todo el mundo en casa, pidiendo comida, queriendo ir a la playa, gastando más luz (.) no es fácil”, confió a IPS una mujer que hacía fila para comprar huevos “por la libre”, como se suele llamar a la venta en moneda nacional fuera de la distribución racionada.

“Mis hijos están becados (internos), pero en unos días salen de vacaciones”, dijo. Su inquietud es compartida por buena parte de la población de este país, con 11,2 millones de habitantes, que en los años 90 vivió los rigores del llamado “período especial”, tras la caída del campo socialista y la desaparición de la Unión Soviética.

En declaraciones al diario Juventud Rebelde, el ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo, admitió este domingo que se diseña un “plan de consumo” en términos de alimentación, sobre un estimado de 3.100 kilocalorías, superior a la recomendación diaria de 2.400.

“Pero con independencia de esta y otras garantías, inevitablemente se van a sentir las restricciones en el consumo”, indicó. Aunque no lo explicó, se supone que el cálculo se hace en base a la canasta básica que a precios subsidiados se distribuye a cada ciudadano mediante la libreta de abastecimiento racionado.

Ese sistema vigente desde 1962 entrega a cada persona ciertas cantidades de arroz, azúcar, frijoles y chícharos (guisantes secos), aceite, huevos, alguna proteína, pasta dental y jabón, entre otros productos. Según estudios, estos alimentos sólo aseguran alrededor de 36 por ciento de las calorías diarias por persona y cubren unos 12 días del mes.

Las proteínas -raciones de pollo, pescado o carne de res molida y mezclada con soja– no alcanzan para más de 10 días y las grasas para nueve días, según investigaciones de economistas. También existen dietas especiales para grupos vulnerables, como mujeres embarazadas, madres lactantes y enfermos con diferentes patologías.

Para completar sus necesidades, los consumidores deben acudir a los “mercados libres agropecuarios” (MLA) que a precios altos ofrecen en moneda nacional (pesos) productos  comestibles de buena calidad. La otra opción son las Tiendas Recaudadoras de Divisa (TRD), que surten de alimentos ausentes de la cartilla normada.

Que se conozca, a partir de este mes fueron eliminadas cuotas adicionales de granos que se distribuían desde 2004 a consumidores de la capital y provincias  de la región oriental del país, como parte de un plan de  reajuste de gastos que incluyen reducción en el consumo de electricidad y postergación de algunas inversiones y compras externas.

De acuerdo a medios oficiales, la contracción del crédito a nivel mundial, a consecuencia de la crisis financiera global, incrementó las dificultades de Cuba para acceder a préstamos, y también podrían disminuir este año en más de 1.000 millones de dólares los ingresos solo por turismo y la exportación de níquel.

“Ha sido necesario reajustar el plan de crecimiento, lo que implica reducir consumos como el de la energía eléctrica, y en consecuencia, de combustible. Porque el país no puede sacar más del bolsillo de lo que le entra”, reconoció el viceministro de Economía y Planificación Julio Vázquez Roque.

Para expertos, resulta además  “imprescindible priorizar las inversiones de carácter estratégico” y aquellas que permitan crear capacidades para disminuir importaciones, como es el caso de la agricultura, cuyo desarrollo requiere sistemas de riego, fertilizantes y otros insumos.

La compra externa de alimentos requirió en 2008 un desembolso que rondó los 2.500 millones de dólares, debido, entre otras razones, a la baja productividad del campo cubano y a las adquisiciones de emergencia destinadas a minimizar el impacto de los tres huracanes que azotaron el país, con pérdidas estimadas oficialmente en unos 10.000 millones de dólares.

El país recibió de enero a mayo 1,2 millones de turistas, 2,1 por ciento más respecto de igual período del año anterior, pero los visitantes dejaron menos dinero, pues informes oficiales indican que la captación de divisas de ese sector descendió en 13,7 por ciento durante los tres primeros meses.

Sólo el desplome de los precios del níquel en el mercado internacional, que pasó de unos 33.000 dólares por tonelada en 2007 a poco más de 15.000 por estos días– significará para Cuba recibir unos 720 millones menos que en 2008. También hay disminución de ingresos por menores exportaciones del tabaco, langosta y camarón.

En ese contexto, el gobierno de Raúl Castro aplicó al sector estatal un drástico recorte en el consumo de energía eléctrica, en cuya generación se gasta aproximadamente 50 por ciento del combustible importado. Medios oficiales argumentaron que, de no mediar esa medida de ajuste, quedaría comprometida la capacidad de compra de alimentos y medicinas.

En tanto, para el sector agropecuario, sometido al reto de producir para disminuir las importaciones alimenticias, el primer cuatrimestre resultó inestable, con alzas en las cosechas de papa y tomate y bajas en renglones tan importantes para la mesa familiar cubana como la carne de cerdo y el huevo, por citar casos más representativos.

Las autoridades esperan poner en marcha en agosto próximo un sistema que busca evitar que se pierdan producciones agrícolas por fallos y carencias de todo tipo en la compra estatal a los productores y posterior venta a los consumidores. La reorganización pasa la comercialización desde el ministerio de Agricultura al de Comercio Interior, pero tiene sus detractores aún desde antes de ser aplicada.

“Ver para creer, aunque yo creo que no se acabará con la burocracia. En cuanto a mí, si me obligan a venderle al Estado en vez de venir acá directo con mis productos, no trabajo más. Con 63 años, ya puedo descansar”, dijo a IPS un campesino de los alrededores de La Habana que ofrece diariamente en un mercado urbano un surtido de vegetales variado y de buena calidad, aunque a precios más altos que la media.

Por otra parte, expertos temen que la crisis comprometa las necesarias reformas en la agricultura que van desde la descentralización administrativa y fortalecimiento de los municipios en la organización y toma de decisiones, hasta la entrega de tierras ociosas, bajo régimen  en usufructo, con el fin declarado de aumentar la producción.

Según estimados del viceministro de Agricultura, Alcides López, hasta la fecha suman unas 100.000 las solicitudes “recibidas y tramitadas” y se entregó ya 38 por ciento del fondo ocioso, del cual 20 por ciento ya está en explotación o sembrado. La pregunta ahora es si habrá recursos para que estos nuevos campesinos produzcan.