Una galería para las mentes ausentes se extiende por La Habana

Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES – Los dibujos suman cientos, algunos de ellos murales pictóricos que abarcan más de veinte metros de largo, aprovechando el blanco desteñido que predomina en las paredes de viejas edificaciones parcialmente desplomadas durante las últimas décadas.

Las imágenes retan la inteligencia de vecinos y transeúntes con su meticulosa y reflexiva elaboración, sin embargo, quien haga el primer descubrimiento desde entonces será vigía.

Aunque los ciudadanos son reacios a dar opiniones, siempre hay excepciones. El señor Leyva vive junto a una de tales galerías que más bien rechaza desde la primera pincelada: “Aquí llegaron dos, una parejita; fue hace menos de un año. Pidieron permiso por aquello de la cortesía y se pusieron a garabatear la pared del fondo. Se demoraron, de seguro alguna autorización tenían porque aquí—en Cuba—nada se puede hacer sin la orden.”

Leyva termina indicando la existencia de otros dibujos cercanos, estamos en la calle División, esquina a Peñalver, Centro Habana.

Se trata de conjuntos complejos en cuya factura se emplearon convenientemente entrantes y salientes propios de un material cementoso en burdo, probablemente porque los escasos recursos de quiénes viven allí no les dio para más. Es curioso, la puerta estaba abierta, había una silla en la acera contigua a la casa, pero en el país de los entrometidos nadie salió a ver qué sucedía.

Pero siempre hay almas sensibles, Nerys, ingeniero mecánico, mata el tiempo esperando al barbero informal, ocasión del debate porque él es excepción, tanto de observador como de intuitivo opinante:

“Me llama mucho la atención el hombre con el rostro tapado, al estilo de los policías que persiguen el narcotráfico, ocultándose de los peligrosos  capos de la droga.”

No es para menos, el mensaje esta vez es fuerte, se reitera en numerosos dibujos en los que resalta  una sencilla cuenta aritmética: 2+2=5, en ocasiones acompañada por el signo ¿?

“Es que en Cuba la cuenta no da—explica Nerys—, aquí los salarios se quedan así—cierra los dedos pulgar e índice de su mano derecha—, la gente desfalca en su trabajo, muchísimos viven de cuanto le mandan desde otro país capitalista, mayormente Estados Unidos, sin embargo, de los dientes para fuera gritan consignas contradictorias con sus fuentes de ingresos y estilos de vida.”

Es el momento para la pregunta caliente: ¿de ese dilema vendrá acaso el Che de rostro maldito, lo digo en sentido de ironía?

El interlocutor sonríe muy parecido al propio Ernesto Guevara reproducido vistosamente en la calle Infanta, el largo debate escapa al espacio de un corto reportaje en la web. Otros detalles llaman la atención, por ejemplo, las frases ilegibles repetidas, tal vez firmas y mensajes a la vez, excepto el caso de Yulier P quien se presenta como mujer en un pequeño, pero muy llamativo retrato, parte de sus dotes pictóricas expresadas en otras obras.

Hay de sobra para quedarse largo rato observando. Esos dibujos hechos no hace aún un año, bien merecen ese lente tan accionado de los millones de teléfonos móviles que diariamente captan innumerables trivialidades en la capital cubana.

De alguna parte viene la indiferencia de ese señor que pasa de largo frente a la pared cuajada de imágenes, tan sugerentes como enigmáticas. Quizás el viejo no entienda de dibujos, porque la vida no le ha dado respuestas adecuadas, en tanto los niños juegan al lado de los monstruos sin reparar que la aritmética de sus escuelas no sirve para nada.

Vicente Morín Aguado: [email protected]

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2 thoughts on “Una galería para las mentes ausentes se extiende por La Habana

  • He visto los grafitis y me parecen horrorosos, sin ningun valor artístico. No son Jean Michel Basquiat. Propongo borrarlos todos.

  • Hola, vamos a invitar a Jean Michel a la habana, ojala le den el permiso y que nos pinte tantas paredes abandonadas con peligro de derrumbe, y asi La Habana tal vez un dia sea ciudad maravilla. Por el momento estan estos locos incognitos que al menos proponen ideas para reflexionar.

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