Una familia disidente nicaragüense se reencuentra en EE.UU.

Former political prisoner Carlos Valle was able to reunite with his daughter Elsa, who had also been a political prisoner, and with his wife and grandson in the United States. Courtesy photo / La Prensa

Carlos y Elsa Valle, padre e hija, fueron encarcelados por protestar contra la dictadura de Daniel Ortega.

Por La Prensa

HAVANA TIMES – Eran apróximadamente las cuatro de la mañana del pasado 9 de febrero, cuando la ex rea política, Elsa Valle, recibió una llamada de un amigo de su familia, para informale que un grupo de presos políticos en Nicaragua serían liberados, incluido su padre Carlos Valle, recapturado en vísperas de la farsa electoral del 6 de noviembre de 2022.

Elsa junto a su madre Rebeca Montenegro, su hermana y su hijo Leandro, de entonces 3 meses de nacido, habían emigrado hacia Estados Unidos.

Una vez que el régimen de Daniel Ortega dio a conocer la excarcelación y deportación hacia Estados Unidos de 222 presos políticos, a quienes el tribunal orteguista los despojó de la nacionalidad nicaragüense, Elsa buscó con desesperación a su padre, quien ocupaba el número 219 en la lista de desterrados.

Carlos Valle estuvo seis meses preso por demandar la libertad de su hija Elsa. LA PRENSA/Archivo

“No lo encontraba porque era uno de los últimos, y cuando lo vimos fue un total alivio para nosotros, porque estábamos solas en este país, no sabíamos nada de él, y no sabíamos si lo íbamos a volver a ver, entonces, eso fue un peso que nos quitamos de encima”, expresó la joven opositora, quien se encotraba con su madre y su hijo en un albergue en California.

La llegada de los desterrados a Washington

El grupo de 222 presos políticos que estaban divididos en diferentes cárceles del país fue trasladado en un vuelo de Omni Air International que partió de Managua a las 6:31 a.m. y llegaría a las 11:33 al aeropuerto Dulles de Washington, es decir 10:33 de la mañana hora de Managua.

Elsa no pudo ir a recibir a su padre porque no contaba con los recursos económicos para trasladarse de California a Washington. Sin embargo, “estaba pendiente de todo el viaje, llamando a contactos y cuando el avión de los desterrados aterrizó, llamé por videollamada a otros preso político (que venía en el vuelo) y él me pasó a mi papá. Hablamos, lloramos de felicidad. Fue un boom, de repente, pero súper alegres, porque íbamos a estar juntos de nuevo y él estaba bien, sano y salvo”, agregó.

Carlos Valle viajó a California a encontrarse con su familia y actualmente están viviendo en Florida.

Se le llevaron más de 60 mil córdobas

Carlos Valle fue recapturado el 5 de noviembre de 2022, cuando regresaba de dejar a su familia en la terminal donde saldría la excursión que los llevaría a Honduras, para empezar su travesía hacia Estados Unidos.

Fue detenido sin orden judicial y al menos por un mes se desconoció su paradero. Valle había sido detenido en dos ocasiones anteriores. La primera vez fue capturado por demandar la libertad de Elsa en septiembre de 2018, y la segunda ocasión fue en octubre de 2019, por supuestamente haber colisionado a una agente policial.

“Yo siento que la Policía me tenía intervenido (el celular), porque el bus salió a las 3 de la mañana (de Managua), entonces calculando la llegada a la frontera (entre Honduras y Nicaragua, el Guasaule) a las 7 de la mañana llamo a la Elsa y me dice ‘acabamos de cruzar la frontera’, yo respiré profundo, me sentí tranquilo, como yo tenía tenía visa, pensaba llegar en un mes a verlas”, contó Valle.

Carlos Valle, padre de la joven presa política Elsa Valle, al momento de ser presentado por la Policía orteguista. LA PRENSA/ Tomada de El 19 Digital

Luego de comunicarse con Elsa se fue a dormir. “No había pasado ni media hora cuando escuché la ‘latidera’ de los perros, cuando salgo a ver qué pasa veo las patrullas afuera y a los policías que estaban buscando como ingresar, intentando abrir el portón, entonces me puse un short y una camisa, cuando salí me esposaron”, recordó.

Valle dice que la Policía “lo primero que buscan cuando te agarran son los celulares, pero cuando yo me fui a mudar, porque estaba acostado en boxer, tiré al cielo raso el teléfono y la billetera, pero no me pidieron nada, porque me doy cuenta que se llevan 68 mil córdobas que tenía en un sobre que era lo que yo le iba a mandar a Elsa cuando estuvieran en México para pagar el viaje, porque era peligroso que ellas se fueran con esa cantidad de dinero”, agregó.

Llevado al Chipote

Ese mismo día indica que fue llevado a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, mejor conocido como el nuevo Chipote. “Ahí no me dijeron ni me preguntaron nada. Me metieron a la preventiva, estuve ahí todo el día, y por la noche me llevaron a la celda de castigo que estuve con el preso político Javier Álvarez, que tenía problemas en la vista y el oído, en aislamiento total”, expresó.

Al mes de su detención fue trasladado a la celda 18, “donde estaba un periodista de la Diócesis de Matagalpa, Wilberto Artola, también en aislamiento y sin derecho a hablar”.

Aunque dice que no sufrió tortura física, denunció que sufrió maltrato sicológico y verbal. “Estuve un mes en la celda con la luz encendida 24 horas y otro mes con la luz apagada”, expresó.

Del destierro a la unión familiar

Al igual que el resto de ex presos políticos, Valle no se imaginaba que serían liberados, aunque dice que desde diciembre la situación y los tratos en la cárcel ya venían cambiando, pues recuerda que les mejoraron la comida y los sacaban a tomar sol 4 horas al día.

“El 8 de febrero, un día antes (del destierro) un oficial llegó y me preguntó esta ropa y estos zapatos son tuyos y yo le dije que sí, y me dijo ‘quitate el uniforme y ponete esta ropa’, yo pensé nos van a indultar, aunque también pensábamos que nos iban a llevar a La Modelo, pero al llegar a la Fuerza Naval y nos entregan el documento para firmar la autorización de salida del país, firmé, y cuando ese avión despegó me sentí libre”, manifestó Valle.

Para entonces Valle no tenía información de su familia, solo sabía que habían llegado a Estados Unidos y que habían sufrido y pasado muchas necesidades en el trayecto.

“Al llegar a Washington me entero que están en un albergue, yo me fui a Miami porque en los ochenta ya había estado exiliado en Estados Unidos seis años, vine, busqué e hice contactos, y preparé para traérmelas, en California me ayudó un amigo económicamente, una iglesia evangélica a las que ellas pertenecen y un organismo que está apoyando a los desterrados”, agradeció Valle.

El encuentro con su familia y su nieto, hijo de Elsa, al que ve como un hijo, “fue grandioso”, destacó Valle, quien ya tiene su permiso de trabajo por dos años.

Carlos Valle y su nieto Leandro. LA PRENSA/Cortesía

“Lo importante es que estamos juntos en un país en el que podemos respirar tranquilidad, movernos y salir sin miedo a pensar que van a venir por la noche, que se van a llevar a mi papá o a mí, entonces, hemos sentido una paz y una tranquilidad inmensa”, agregó Elsa.

La familia Valle Montenegro va a solicitar asilo político en Estados Unidos, mientras tanto están felices por estar de nuevo juntos y van a iniciar de cero con sus vidas, pero aseguran que “en cuanto haya un cambio de Gobierno nos regresamos a Nicaragua”.

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