Una estudiante curando las heridas de su padre

Por James Daly*

Allison Rodríguez (d) se reúne con el actual inquilino de la casa donde vivió su padre, antes de ser enviado a los Estados Unidos a la edad de 7 años.

HAVANA TIMES, 25 de febrero – Cuando Allison Rodríguez solicitó participar en “Historia 244: La Cuba revolucionaria”, un curso en el extranjero ofrecido el pasado trimestre por la Universidad Saint Olaf College de Minnesota, solo se lo dijo a su padre.

Él llegó a los Estados Unidos hace 50 años, a través de la Operación Peter Pan (un programa secreto de evacuación dirigido por el Departamento de Estado de EE.UU., la CIA, y la Oficina Católica de Bienestar Social de la Arquidiócesis de Miami, que trasladaron niños cubanos hacia Estados Unidos para escapar del régimen de Fidel Castro.

La operación duró desde noviembre de 1960 hasta octubre de 1962, y llevó a  más de 14.000 niños cubanos hacia este país.

Al padre de Allison no le gusta hablar sobre su experiencia. De hecho, no fue sino hasta su primer año en St. Olaf que comenzó a escribir sobre esto. No obstante, se mostró “encantado” cuando ella le contó su decisión de visitar a Cuba, como parte de una clase. Pero cuando otros familiares se enteraron mostraron cierta preocupación y consternación inicial, e incluso uno le pidió que lo reconsiderara.

Ellos todavía están muy molestos con la Revolución”, explica Allison. “Hay una gran cantidad de asuntos emocionales arraigados.” Pero ella estaba decidida a romper la barrera psicológica que había impedido que su familia viajara a Cuba durante los últimos 50 años.

“Yo estaba terminantemente decidida a visitar la ciudad natal de mi familia, quería ser la representante de ellos, ver las cosas por ellos y tomar fotografías para ellos”, dice.

Y como parte de la segunda generación de la primera ola de exiliados cubanos, también esperaba explorar sus raíces. “Siempre ha sido bastante difícil para mí, pues no parezco cubana”, explica. “Quería consolidar lo que he estado sintiendo desde hace 20 años como parte importante de mi herencia.”

En 1961, Ubaldo Rodríguez, con solo 7 años, fue enviado a los Estados Unidos porque sus padres, al igual que otros miles en toda Cuba, temían que el gobierno cubano le quitara sus hijos. El catalizador de su viaje llegó a finales de 1960, cuando una estación de radio operada por la CIA comenzó a difundir falsas afirmaciones de que el régimen Castrista quitaría la patria potestad a los padres cubanos, la autoridad legal sobre sus hijos.

Después de llegar a Miami, el joven Rodríguez fue colocado en un orfanato durante varios meses, antes de ser enviado a Detroit, donde vivió cuatro años con una familia de acogida. Después se reunió con su madre (su padre había muerto en Cuba) y se establecieron en el sur de California.

“¿Se puede imaginar a un niño cubano, que no hablan Inglés, dirigiéndose hacia Detroit a vivir con una familia de acogida? Estoy segura de que mucho de lo que es mi papá ahora, estuvo afectado por eso”, explica su hija.

Haciéndolo realidad

Debido a las restricciones de viaje, que sólo recientemente se han aliviado, habían pasado ocho años desde que el último grupo de la clase Historia 244 visitara la Isla.

Durante su estancia en Cuba, Allison y sus compañeros de clase, dirigidos por el profesor asociado de Historia Jeane Delaney, realizaron una excursión de un día a Ciego de Ávila, la ciudad natal de la familia de Rodríguez. Allí, ella encontró la iglesia de su familia, el último apartamento donde vivió su padre, y la tienda  familiar. La emoción de la jornada sólo disminuyó cuando ella encontró el cementerio de su abuelo, pero no pudo encontrar su tumba.

Rodríguez se aleja del cementerio donde está enterrado su abuelo.

De vuelta a casa, en California, su padre organizó una gran fiesta familiar para que su hija mostrara las fotos. Unos 40 parientes se amontonaron en una habitación y observaron con entusiasmo mientras ella narró las imágenes. Fue un momento profundo para la familia, que sabía muy poco sobre la Cuba moderna, y le dio la oportunidad a Allison de reflexionar sobre lo que significó el viaje para ella.

“Ahora tengo más confianza en mi legado”, dijo. “Encontré muchos cubanos entusiasmados con mi historia, y me aceptaron abiertamente como una cubana”.

Al descubrir sus propias raíces, Allison Rodríguez ayudó a que su padre aceptara su pasado.

“Mi experiencia fue real para él. Él se siente en conflicto con su identidad cubana, porque tuvo que americanizarse muy rápidamente. Se emocionó mucho cuando se enteró de que iba para Cuba. Para mí ese es el mejor indicador de que él está listo emocionalmente para visitar la Isla, y quiere hacerlo. Voy a trabajar en base a que lo logre. Un viaje así sería increíble”.
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*Una traducción autorizada de HT del original publicado en ingles.

One thought on “Una estudiante curando las heridas de su padre

  • Si le hubiese tocado vivir de verdad lo que es el régimen totalitario castro-comunista no tuviera deseo de visitar la Isla.

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