Una despedida desde el cariño para Tato Quiñones

El movimiento contra la discriminación racial en Cuba pierde a uno de sus fundadores emblemáticos

IPS Cuba

Tato Quiñones activista antirracista cubano, miembro activo de la Cofradía de la Negritud, defendió desde su obra intelectual y de activismo social, el tema del antirracismo en Cuba.  Foto: Archivo IPS Cuba

HAVANA TIMES – Familiares, amigos, comunidad religiosa y colegas de la causa antirracista despidieron con música, sentidas palabras y el compromiso de continuar la lucha, al investigador e historiador autodidacta Serafín (Tato) Quiñones, quien falleció el día 13, a los 77 años.

Escritor, guionista, promotor cultural y babalawo (sacerdote yoruba), Quiñones se dedicó al estudio y la promoción del legado africano en la cultura cubana y la participación de la hermandad masculina abakuá en las luchas por la independencia de Cuba, así como al activismo contra la discriminación racial.

Hace menos de un año, en un intercambio acerca del documental Raza (2008), del realizador Eric Corvalán, Tato consideró que, sobre el antirracismo, “en el ámbito intelectual ha habido avances significativos, con más investigaciones y ponencias sobre el asunto”.

Y consideró que, aunque “no hay cifras, es evidente que las desigualdades sociales se han profundizado en los últimos 10 años. Cada vez es más nítida la nueva clase de ricos y también otra hacia abajo –sobre todo de negras y negros- que sigue profundizándose en la pobreza”.

“Tato deja un vacio difícil de llenar”, dijo la escritora Gisela Arandia.  Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

Último adiós

En un apartado espacio de la necrópolis de Colón, después del responso en la capilla, muchas voces recordaron la víspera al Tato amigo, mentor, guía, consejero y luz para continuar la lucha contra la discriminación.

Tal vez una de las descripciones más certeras sobre Quiñones, la escribió el ensayista Roberto Zurbano en artículo publicado en el blog Negra cubana tenía que ser:

    “Es uno de los almacenes vivos de nuestra cultura”, cuya “obra oral y escrita dignifica una trayectoria singular en defensa de los mejores valores de nuestra cultura afrodescendiente”.

    “Tato supo aglutinar a personas sencillas y a otras complejas en su profesión, juntando los esfuerzos de unos y otros en pos de un solo ideal: la lucha contra la discriminación racial y por la hermandad de todos los cubanos”.

    “Nos ha enseñado el significado de la palabra resistencia en todas sus variantes, en una carrera de larga duración que no termina con una generación, sino que debe extenderse con toda ética y compromiso arraigados en el legado que dejaron nuestros ancestros.”

La investigadora, escritora y activista antirracista, Gisela Arandia, declaró a la Redacción IPS Cuba que su muerte deja “un vacío que no es posible llenar, salvo que tengamos la capacidad de concluir esa utopía, de acercarnos mucho más”.

Arandia recordó cómo Quiñones, proveniente del movimiento obrero, “tuvo la capacidad de ser autodidacta, irse formando, seguir leyendo, seguir profundizando, buscar las esencias de los problemas y conflictos”.

La percusionista Melena Francis Valdés, quien lo conoció cuando vino a Cuba desde Estados Unidos para investigar sobre las contribuciones de los abakuá a la rumba, recordó: “Me ayudó mucho con mi maestría, fue mi mentor, mi maestro y me enseñó cómo llevar una línea correcta, de dignidad, de respeto y sin miedo”.

De acuerdo con Nicolás Hernández Guillén, “Tato es una figura imprescindible del esfuerzo por comprender mejor los prejuicios, que al final se traducen en discriminaciones vinculadas al color de la piel”.

Tato supo “aglutinar a personas sencillas y a otras complejas en su profesión, juntando los esfuerzos de unos y otros en pos de un solo ideal: la lucha contra la discriminación racial y por la hermandad de todos los cubanos”, expresó el investigador Roberto Zurbano. Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

Enumeró que lo distinguieron su enorme honestidad intelectual, el rigor y la tremenda dedicación en todo lo que abordó y su capacidad de poner delante de los ojos de las personas cosas que habían visto, pero no identificaron como manifestaciones de racismo.

“Está en nosotros, los jóvenes. Es ahora nuestro compromiso de seguir adelante y honrar su memoria, trabajando en la lucha contra la discriminación racial”, dijo Raúl Soublett, coordinador del proyecto Alianza Afro-cubana.

Y recordó la investigación que Quiñones llevaba a cabo antes de su deceso sobre la presencia de la homosexualidad en las religiones afrocubanas, que probablemente quedó inconclusa.

Al despedir el duelo, el investigador Mario Castillo llamó a que el espíritu de Quiñones “se mantenga activo, alimentando nuestros esfuerzos, empeños y alimentando todo ese sentido que Tato puso a la idea de la descolonización de la memoria histórica popular de Cuba”.

Castillo expresó: “Lo mejor que podemos decirle a ese espíritu es que no descanse en paz, porque hay muchísimo por hacer, hay muchísimos retos en este país y Tato nos va a acompañar, aportando informaciones, ideas, sentido y energía”.

El médico, abakuá, babalawo y diputado, Orlando Gutiérrez, quien elogió a Tato por su incansable búsqueda de la verdad histórica, insistió en la urgencia de luchar “contra todo tipo de discriminación, independientemente de cualquier filosofía que podamos tener”.

Ante personas diversas, el poeta Sinesio Verdecia consideró que Quiñones hizo un aporte a la creación de una fraternidad por la cultura cubana y llamó a los presentes a un abrazo, bajo cielo abierto.

Para el activista, investigador y escritor, Tomás Fernández Robaina, en la lucha antirracista en Cuba Tato es “un paradigma, un machete que sigue vivo, porque nosotros somos Tato también”.