Te compro tus dólares

¿Algo bueno?

Los probables perdedores. Foto: Brewster Gisbourne

Por Miguel Alejandro Hayes Martínez (El Toque)

HAVANA TIMES – La nueva medida del Gobierno cubano de aceptar otra vez USD en efectivo en los bancos e instituciones financieras es coherente con la política gubernamental de recaudar divisas a toda costa. Nada que sorprenda en esta crisis.

El Gobierno no puede darse el lujo de ignorar el segmento del mercado informal de bienes y servicios que opera en USD cuando su aparato económico monopolista está sangrando por la falta de divisas. Por esa razón llega la medida, otra que busca que una parte de los USD que no salen de los privados y ciudadanos termine en los bancos cubanos.

La efectividad dependerá de los incentivos que tenga la ciudadanía que posee USD para depositar una parte de estos en los bancos. Las instituciones bancarias cubanas no ofrecen los incentivos tradicionales para que los clientes guarden sus divisas, como puede ser el cuidado del poder adquisitivo del dinero de los clientes ante modificaciones en la tasa de cambio u ofrecer intereses para valorizar el depósito (por no mencionar la capacidad de extracción).

Hasta ahora, el principal incentivo para que un ciudadano X vaya al banco a hacer un depósito es que necesite MLC para comprar bienes. Sin embargo, la nueva disposición parece haber dado un giro en ese sentido.

Hasta la publicación de la Gaceta Oficial Extraordinaria 26 del 10 de abril de 2023 quien poseía dólares y quería MLC tenía la opción de vender los primeros y con el CUP adquirido comprar MLC. Demasiado engorroso. También podía dar, por ejemplo, 100 USD a un vendedor de MLC (o un remesador privado) y este le entregaba cerca de 90 MLC. La relación en el mercado informal del USD-MLC era desfavorable para el USD (1 USD = 0.90 MLC, según este caso, que es uno de los que se puede encontrar en el mercado informal).

Con la habilitación de los depósitos en USD (que al ser bancarizado se convierte en MLC), la relación ahora será 1×1, o cercana.

La nueva medida ofrece a los propietarios de USD un incentivo para abandonar el canje de USD por MLC en el mercado informal y acudir a instituciones oficiales, igual que como hacen con el euro. Aunque las colas pueden hacer que cambien de opinión y prefieran un remesador privado.

Otra vez se trata de la guerra gubernamental contra el mercado informal para recaudar una divisa ¿que usarán para seguir construyendo el socialismo asintomático? La salvedad es que podría ser beneficioso para quien tenga USD. Pero ¿cuánto gana el ciudadano, si apenas hay qué comprar?

Los complementos de la medida

¿Qué otros incentivos —más bien cañonas— podría proponer el Gobierno para aumentar la recaudación de USD?

  • Reducir la extinta oferta en CUP de alimentos y pasarla a MLC; pero ¿qué alimentos quedan en CUP? No sería significativo.
  • En estos días parece darse una discreta apertura a la importación privada —al menos es un poco menos difícil que antes— de vehículos eléctricos e híbridos. Permitir depósitos de USD sería funcional para ese nuevo y potencial mercado de personas que demandan vehículos y tienen USD. Quien posea USD y quiera un carro, que haga el depósito.
  • Algunas pymes experimentan una faceta importadora. Dejarlas hacer depósitos (sea como persona jurídica o mediante sus dueños como personas naturales) permitiría un aumento de las importaciones y de la comisión recaudada por el monopolio de comercio exterior.
  • Actualmente existe una crisis severa en la venta de combustible para vehículos. Si la venta pasara total o parcialmente —fomentando privilegios— a MLC estarían «incentivando» o forzando a los ciudadanos con acceso a USD a aumentar sus depósitos bancarios en divisas. Lo anterior incluye el aumento de la demanda de divisas para quienes no tengan fuente directa. No hay garantía de que una medida así traiga consigo un estallido social. No pasó cuando los alimentos básicos comenzaron a venderse en MLC. Aun así, de suceder la “emelecificación” del combustible —que esperemos que no sea— los choferes transferirán el costo del combustible al precio del pasaje, como han hecho toda la vida. (La nueva medida opaca en el debate público la crisis del combustible, sobre la cual las autoridades no se han dignado a informar o dar una explicación).
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Los escenarios antes descritos bien podrían complementar la nueva medida, en tanto forzarían a quienes tienen USD a gastar un poco más. Serían, además, un “aliciente” para el aumento de la demanda de USD y EUR en el mercado informal, como paso intermedio para que después los ciudadanos hagan depósitos.

En otras palabras, permitir depósitos en USD es dejar que el ciudadano X lleve la divisa al banco, pero mientras más se dolarice la economía, X buscará más USD o EUR para llevar al banco. Si el Gobierno quiere divisas, le conviene aceptar también los USD. Es lo más lógico.

En cualquier caso, que solo se pueda acceder a un bien mediante MLC, combinado con la apertura de depósitos en USD, es un excelente método para que el Gobierno logre su objetivo. Pura filosofía de marketing: conectar la necesidad de la gente con aquello que quieres que haga. Tienen mucha experiencia en ello.

El mercado de divisas y el contexto

En junio de 2021 la Administración de La Habana segmentó el mercado de divisas en correspondencia con la relación compleja entre las instituciones económicas cubanas y las monedas duras. Hasta aquel momento, quienes buscaban emigrar vía Nicaragua hasta Estados Unidos y las personas que necesitaban MLC trataban de comprar USD. La segmentación consistió en prohibir los depósitos en USD. Quienes querían MLC no tendrían que competir con quienes buscaban divisa en efectivo para salir del país.

Sin embargo, luego de la entrada en vigor del visado humanitario para cubanos en enero de 2023 la ola migratoria se ha desacelerado y así lo demuestran las cifras. Carecía de sentido la segmentación de mercado, era una limitación innecesaria.

Al mismo tiempo, las recientes medidas de la Administración Biden, que abrían paso a la reapertura de los servicios de remesas vía Western Union, no han dado hasta el momento grandes resultados. Lo anterior significa que las remesas siguen llegando por otras vías y que el Gobierno sigue sin captarlas en su totalidad. Para el objetivo recaudatorio, el autorizo de depósitos en USD puede ser mejor que nada. Si de todos modos las remesas llegarán en efectivo, el mecanismo debe apuntar a captar de ahí.

Por otro lado, la amenaza de desaparición de los negocios de remesadores privados puede significar por sí mismo una reducción de la demanda de divisas en el mercado informal. Lo que no resulta concluyente, porque el comportamiento del mercado informal también dependerá de si se dolariza más la oferta de bienes, incluso de la migración, lo que condicionaría una mayor demanda o no del USD. Es posible la opción de que la demanda de divisas solo se redistribuya un poco: que una parte de quienes tradicionalmente compran EUR ahora sean indiferentes a comprar EUR o USD en función de lo que aparezca; lo que sería factor de aumento de demanda de USD. La última palabra la tendrán los agentes que confluyen en el mercado de divisas.

Si la actual medida fuera permanente y no una búsqueda del Gobierno de moneda dura para un asunto muy puntual, quedaría sellada una relación más estable y transitiva entre USD-MLC-EUR. La dolarización ha alcanzado un estado ordenado.

¿Y los demás?

Las implicaciones del paso hacia adelante —permitir depósitos de USD— luego de un paso hacia atrás, no dan señales de mejoras para el más olvidado de los cubanos: el de a pie. El cubano al que llaman a votar por todos o le dicen que se tire pa’ la calle, ¿qué gana?

Estamos ante otra política que no tiene como centro resolver los problemas de fondo de la economía cubana que se reflejan en su crisis productiva. El pan, el transporte, la carne y el arroz no bajarán de precio con la medida. El Gobierno sigue tomando decisiones en el plano de la circulación, pero no crea condiciones para pasar a medidas de impacto productivo. Sigue dedicándose a ver cómo hace negocio, a ver qué raspa sin tener que ceder a la ciudadanía espacios de poder significativos. Continúa sin cambiar su modelo económico que es eficaz para sus intereses de permanencia en el poder, pero no para el bienestar ciudadano.