Sin harina y sin hostias en Cuba

Por El Toque

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HAVANA TIMES – La orden religiosa de las Madres Carmelitas Descalzas en La Habana comunicó este 2 de noviembre la paralización de la producción de hostias para todas las diócesis de Cuba por déficit de harina de trigo.

El anuncio en la página oficial en Facebook de Vida Cristiana, publicación dominical de la Compañía de Jesús, indicó: “No hay HOSTIAS a la venta. Hemos estado trabajando con la poquita harina que quedaba y ya lo que había de reserva ha llegado a su fin”.

Las Carmelitas Descalzas son una orden religiosa de clausura dedicada a la vida monacal. Parte de sus exiguos ingresos son el resultado de la venta de hostias, que elaboran desde hace décadas para ser distribuidas en los templos católicos del país. 

Los círculos de pan ácimo son imprescindibles como parte del rito católico de la Eucaristía. El historiador y religioso cubano Leonardo Fernández Otaño confirmó a elTOQUE que “sin hostias no hay misa”.

En el contexto religioso, la hostia es una hoja de masa fina, circular y seca, elaborada con harina de trigo sin levadura que se da como señal de ofrenda durante la Eucaristía. Para los católicos, durante la consagración, la hostia se convierte en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre.

Adrián Martínez Cádiz, corresponsal en Cuba de la cadena de televisión estadounidense Eternal Word Television Network, se hizo eco del comunicado de las religiosas y expresó: “Con esto la Iglesia Católica se vería en un aprieto, pues sin las formas no se puede celebrar la Eucaristía”.

Fernández Otaño agregó que tal situación no significa que el próximo domingo 6 de noviembre no se celebrarán misas en el archipiélago, pues cada parroquia compra varios paquetes del producto y los almacena. “Cuando se acaben las hostias reservadas no habrá para reponer”, agregó.

Las Carmelitas Descalzas dependen de la asignación de harina gubernamental para mantener sus producciones. Una fuente consultada por elTOQUE aseguró que existe un contrato entre el Gobierno y la Iglesia Católica para el suministro de harina de trigo: “No es gratuito, a raíz de la crisis con la harina, ese contrato no ha sido cumplido, con lo cual el servicio de producción de hostias ha sido también afectado”.

“Normalmente, la harina rinde mucho. Con un saco de harina se cubren las demandas del mes. Por lo cual la necesidad estriba en torno a los 12 sacos anuales. El número de hostias producidas no es muy fácil de precisar, pero son miles”, afirmó la fuente.

También agregó que entre las alternativas para solucionar la nueva problemática estaría que el Gobierno honrase su contrato con la Iglesia. Las demás variantes estarían en manos de la sociedad civil y los creyentes: donativos a las cuentas en moneda libremente convertible (MLC) para acceder a la harina de esas tiendas e importación de hostias por parte de ciudadanos naturales, para que las Carmelitas pudieran venderlas. “Realmente las venden muy baratas. Y así también ellas se sustentan un poco. Son mujeres que viven en pobreza casi extrema por sus votos”, acotó.

La hostia es una pieza plana de pan ácimo, redonda y muy fina, que el sacerdote católico consagra durante la misa y da a los fieles en la comunión.

OTRA CRISIS, LA ESCASEZ DE HARINA

La invasión rusa a Ucrania ha incidido en la economía mundial. Ucrania es uno de los mayores productores de cereales del mundo y sus producciones de trigo representan el 10 % del mercado mundial del producto.

El Gobierno cubano es un consabido aliado del Kremlin, pero la crisis generada por la guerra llegó al Caribe para acrecentar la carestía y el desasosiego. De tal forma, el precio de un buque de trigo a finales de octubre de 2022 oscilaba entre 14 y 16 millones de dólares. Cuba necesita importar entre tres y cuatro cargamentos mensuales para suplir la demanda nacional, aseguró Yanet Lomba Estupiñán, directora técnica de la Empresa Cubana de Molinería, a Cubadebate. Pero por falta de fondos solo se reciben entre uno y dos buques al mes.

La escasez de harina en Cuba ha estado presente en los titulares de la prensa oficial y de la independiente durante meses. No es un fenómeno nuevo. El 26 de octubre de 2022 Cubadebate admitió en un reportaje que el abastecimiento de harina era “crítico”. Lomba Estupiñán sostuvo que se debe a que “no existe en estos momentos un financiamiento estable a nivel de país en la compra del trigo”.

En adición, el cereal entregado en los molinos cubanos no posee los parámetros requeridos: “tiene muy mala calidad, mucha paja e impurezas”, dijo Yuneisi Tamayo Lamorú, jefa técnica de la UEB Cereales “José Antonio Echeverría”.

El texto arguye que varias son las causas del incremento del precio del trigo en el mercado global, entre ellos el encarecimiento de los fletes y agrega que, en el caso de Cuba, se suma como agravante el embargo de Estados Unidos.

En agosto de 2022 se corrió el rumor en La Habana de que no había harina y que la producción de pizzas, galletas y pan liberado se afectaría. A mediados de mes, en la reunión del Grupo Temporal de Trabajo (GTT) de la capital, el coordinador del Gobierno provincial Julio Martínez Roque informó que solo se garantizaría “la canasta familiar normada, la población penal, y un nivel para Salud Pública, los niños sin amparo familiar, hogar de ancianos, hospitales psiquiátricos y el de la Cadena Cubana del Pan”.

Días más tarde, el Ministerio de Comercio Interior confirmó el desabastecimiento al decir: “se han agudizado las dificultades para la importación de trigo, lo que ha incidido en la disponibilidad de este producto”.

Hasta el día de hoy la realidad es que la escasez de trigo, los problemas de calidad y otros factores derivados de una pésima gestión económica del Gobierno inciden en que los cubanos puedan llevarse o no un pan a la boca, cuando este alimento constituye en muchos casos la comida diaria de miles. El desabastecimiento afecta ahora, además, los cultos católicos en el país. 

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