Si no puedes con tu vecino… véndele algo

Cafeteria particular.  Foto: Juan Suárez
Cafeteria particular. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Orestes Barreira es dueño de una cafetería y pronto viajará a Estados Unidos para, dentro del estrecho margen “no comercial” establecido por la Aduana, traer algunos electrodomésticos, café, condimentos, y otros insumos que requiere su negocio. Aun pagando el pasaje, “cuando sacas la cuenta es mucho más barato”, afirma.

A su juicio, la posibilidad de importar desde “allá enfrente” sería una solución al postergado tema del mercado mayorista para los trabajadores por cuenta propia. “Sin duda los norteamericanos tienen muchos productos que nosotros necesitamos: el arroz, las carnes, que se pueden adquirir a menor precio porque se reduce la distancia y la transportación”. Pero mientras eso no ocurre, sabe que es uno entre los que tienen suerte: “Yo, porque puedo, ¿y el que no puede…?”.

Entretanto, el Departamento de Estado ya publicó una lista de artículos autorizados para importar desde la Isla, de procedencia no estatal exclusivamente; y varias compañías estadounidenses podrán vender equipos, materiales de construcción y diversos suministros sin la necesidad de contar con un permiso especial. Hasta el momento las autoridades cubanas no se han pronunciado al respecto.

Más allá de las expectativas y reticencias, los vínculos comerciales entre Cuba y Estados Unidos podrían acelerar la “normalización” de las relaciones entre ambos países. Por razones históricas y geográficas, uno representa el ‘mercado natural’ del otro.

Luego, ¿en qué condiciones llega a este –ansiado- momento el sector externo cubano? ¿Cuáles perspectivas existen para un intercambio mercantil sostenido entre vecinos? Al tiempo que se configuran intereses de las partes, parece claro que los esfuerzos tendrán que ser en doble sentido.

DEL MALECÓN HACIA DENTRO

Clasificar la economía cubana como “abierta” significa que el país depende directamente de su comercio exterior. Según cálculos realizados por la investigadora Nancy Quiñones, para que el PIB crezca en un uno por ciento, se necesita un aumento de 1,55 por ciento de las compras en el exterior.

Las importaciones abastecen buena parte de la demanda de alimentos, combustibles y maquinarias; e influyen de forma determinante sobre la actividad productiva y el crecimiento en general. A su vez, las exportaciones garantizan la divisa fresca que luego permite adquirir esos insumos indispensables. Tal condición provoca que Cuba sea bastante vulnerable a los altibajos del mercado internacional. Por ejemplo, en fecha reciente, la caída de los precios del níquel y el alza del costo de los alimentos.

Una característica que ha permanecido en el tiempo es la concentración en cuanto a rubros y socios comerciales, lo cual induce un factor sistémico de riesgo. Actualmente Venezuela y China abarcan la mitad de las compraventas cubanas en el extranjero. Al estar “garantizadas” las operaciones y el acceso a esos mercados, resulta difícil comprobar la competitividad y eficiencia reales de la parte nacional.

intercambio comercial cuba por paises fundamentales

Estos vínculos, al igual que aquellos con Estados Unidos, ocurren bajo condiciones atípicas: convenios intergubernamentales, otorgamiento de créditos cerrados, y “licencias especiales” para exportar, en cada caso.

Entre los bienes, el níquel y el azúcar acumulan los mayores valores, si bien los derivados del petróleo, y los productos biotecnológicos y de la industria médico-farmacéutica muestran dinámicas positivas durante los últimos años.

Por otro lado, los servicios, de salud fundamentalmente, alcanzan dos tercios de las ventas, hecho que indica una transformación hacia el sector terciario del perfil exportador cubano. Los ingresos por estas prestaciones (12 mil 600 millones en moneda convertible, en 2012) han permitido compensar en cierta medida el saldo deficitario de las ventas de mercancías.

comercio cubano de bienes

“Dentro de las empresas cubanas, sólo un reducido grupo cuenta con autorización del gobierno para realizar operaciones de comercio exterior. (…) Como mecanismo regulador adicional, el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX) limita a determinadas nomenclaturas (tipos) de productos el espectro de bienes que cada empresa puede importar o exportar, en dependencia del área en que se desempeñe y la actividad concreta para la que fue concebida”.

Así describe el modus operandi del sector externo la oficina de ProChile en La Habana, de acuerdo con el documento Cómo hacer negocios con Cuba, de 2013. Este año la lista –ampliada- de empresas importadoras y/o exportadoras, según la Cámara de Comercio, incluyó 125 entidades, de más de 2400 aproximadamente en todo el país.

“Se debe tener en cuenta que las contrapartes cubanas deoran un tiempo largo para la toma de decisiones, –continúa el texto de ProChile- por lo que debe considerarse este punto para el desarrollo de una estrategia de negocios.” La observación coincide con algunos problemas que ha reconocido el MINCEX.

Según declarara a la prensa dos años atrás Antonio Luis Carricarte, viceministro primero de ese organismo, es insuficiente la capacidad de respuesta para aprovechar coyunturas favorables, y las entidades productoras carecen de una estrategia integral y flexible de cara a los mercados.

Asimismo, Vivian Herrera, directora de Comercio Exterior del MINCEX, ha referido que la desconexión entre fabricantes y clientes nacionales provoca que se efectúen importaciones por desconocimiento de la oferta doméstica.

No obstante, las causas fundamentales radican en la poca productividad y descapitalización de la agricultura y la industria, junto a mecanismos burocráticos, centralización y discrecionalidad de los procesos.

dificultades en las exportaciones MINCEX

SE VENDE, SE COMPRA

“Si no viene el barco de los viernes…”, bromeaba alguien refiriéndose al buque que entraba semanalmente a la bahía habanera, sobre las 10 de la mañana, procedente de Estados Unidos, cargado de pollo congelado, soya, maíz, y otros víveres.

A pesar de las restricciones del bloqueo, en virtud de la Trade Sanctions Reform and Export Enhancement Act (TSREEA, aprobada en el 2000), las empresas norteamericanas “privilegiadas” con licencias para exportar a la Isla, han colocado a su país en el top ten de los socios comerciales de Cuba, y entre los primeros proveedores de alimentos. Además, la Cuban Democracy Act (CDA), de1992, permite la venta de medicamentos, instrumental y equipos médicos.

Todo ello bajo condiciones diabólicas, que implican fuertes recargos por demoras en puerto, y exigen pagos en efectivo y por adelantado. De acuerdo con el criterio de Jorge Mario Sánchez, profesor del Centro de Investigaciones de Economía Internacional (CIEI), tal modo de liquidación hace de Cuba “el único país del mundo que tiene una alta clasificación del riesgo financiero y, al mismo tiempo, cero riesgo efectivo en las operaciones con exportadores norteamericanos”.

Según el informe publicado en marzo por el Consejo Comercial y Económico Estados Unidos-Cuba (U.S.-Cuba Trade and Economic Council), las ventas totales hacia la Isla, desde 2001 e incluyendo las previsiones para este año, superan los cinco billones de dólares.

exportaciones eeuu cuba

¿DANDO Y DANDO?

Los líderes de la Coalición Agrícola no perdieron tiempo, y marcaron la avanzada en sopesar el mercado cubano y establecer contactos de negocio. La conjunción de oferta estadounidense y demanda cubana, más los precedentes establecidos, ubican a los agro-business como punta de lanza en materia de acercamientos comerciales.

“Lo primero que habría que traer son los utensilios agrícolas, tractores, arados”, opina Darlene Mantecón, miembro de una Cooperativa de Créditos y Servicios en Guáimaro, Camagüey. Aun así, confiesa que no se siente muy optimista. “Se sabe que a nivel de empresarios las relaciones van a avanzar, pero de eso, a que llegue a la población, me parece que va ser un proceso largo”.

Tampoco hay certidumbre respecto a la posibilidad de exportar cerámicas, pieles, bisutería, calzado, manufacturas, y demás artículos fijados por la lista del Departamento de Estado. Los interesados solo podrán comprar a los cuentapropistas, pues la artesanía ‘profesional’ se comercializa mediante el Fondo Cubano de Bienes Culturales y otras instituciones afines.

“La dificultad está en que la parte norteamericana no quiera entenderse con la empresa”, apunta José Antonio Bormey, talabartero. “Se podrían negociar los porcientos, varias cosas; pero hasta hoy la vía que existe es esa”. Coincidiendo con el investigador del CIEI, “se trata de un contexto en que los elementos de inercia y ruptura conviven superpuestos”.

Sánchez sugiere que ahora puede ocurrir una “sobre-reacción de interés”, un alud de visitas y tanteos motivados por múltiples razones: curiosidad, posicionamiento estratégico… Sin embargo, al cabo de cierto plazo la atención decaerá, por divergencias en la cultura de negocios, los tiempos y costos de implementación, la estructura institucional, etcétera. “En general, el empresario norteamericano, salvo que tenga experiencia en América Latina, no está en condiciones de sintonizar con la frecuencia en que nosotros establecemos los diálogos, por lo menos a corto plazo”.

Además de los renglones tradicionales (tabaco, ron, frutas), la biotecnología, los servicios médicos, las telecomunicaciones y la actividad petrolera –reexportación de derivados y exploración en el Golfo de México- devienen potenciales áreas de acuerdo mutuo.

Diversas valoraciones apuntan que las consecuencias más inmediatas emergerán en el turismo y las remesas. Reportes de Visit Florida, dan cuenta de más de 40 mil embarcaciones que están preparándose para cubrir el tramo a Cuba en una jornada náutica. José Luis Perelló, profesor de la facultad de Turismo de la Universidad de La Habana refiere tendencias como el “comercio nostálgico” y el “turismo étnico”, relacionados con la compra de productos autóctonos y las frecuentes visitas realizadas por los migrantes.

“Otros efectos serán más indirectos, y recaen en la señal que emite a la comunidad económica y financiera internacional, el restablecimiento de relaciones entre ambos países –ha escrito el economista Pável Vidal–. (…) No obstante, para conocer la velocidad y la magnitud de este impacto, habrá que esperar a que se emitan los reglamentos y los detalles de la implementación”.

En el camino, gravitan las dificultades cubanas para acceder a financiamiento, el marco legal aún prohibitivo y una confianza mínima en construcción. Gradualidad y cautela se erigen como el sino de los cambios. Pero –dirían los viejos- si ves las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo.

2 thoughts on “Si no puedes con tu vecino… véndele algo

  • Lo primero que necesita Cuba es que el gobierno levante el bloqueo interno a las iniciativas económicas del pueblo, incluyendo la liberacion del comercio exterior y darles los mismos derechos y oportunidades que a los extranjeros. Pero que va, los pichones como la elite llama a los cubanos, no tienen derecho a prosperar sin la tutela del gobierno. Mejor tenerlos de rehenes para sufran el embargo que esta dirigido solo a la dictadura y hacerse las víctimas ante el mundo.

    Pero el pueblo ya esta entendiendo quien el verdadero bloqueador de su bienestar. Recientemente han aplicado una encuesta y los cubanos sienten mas admiración por Obama que por los Castro.

  • Un buen articulo informativo. La solución, todo el mundo la sabe. Liberar las fuerzas productivas de los cubanos. Dejar que los cubanos hagan y darle esa oportunidad. Quitar el bloque interno. Entonces veremos al cubano moverse de verdad y un nuevo espíritu en el país.. De ser así, otro gallo cantaría y el nivel de vida de los hogares cubanos mejoraría sustancialmente. En ultima instancia, como dicen las Encíclicas Papales; “La Economía es para el Hombre, no el Hombre para La Economía”

    De paso, el dolar cada día mas fuerte. Hasta se espera que para el 2017, $0.85 = 1€. Razón mas que suficiente para incrementar las relaciones comerciales con los EEUU y los cubanos-americanos. No hay otra; Ir “a caballito” con Obama. Esto también lo saben ya todos los cubanos. Mas claro ni el agua. ¡ ARRE, ARRE, CABALLITO!

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