Se nota un «apagón estadístico» en datos oficiales en Cuba

El primer ministro, Manuel Marrero, admitió que este sector es uno de los más asociados a la corrupción por los ciudadanos / Estudios Revolución

Por 14ymedio

HAVANA TIMES – El balance sobre el desempeño del Comercio Interior en Cuba durante 2023, publicado por el Gobierno este miércoles, aportó un solo dato específico sobre el sector: se cumplió el 70% del plan de entrega de materiales de construcción. El resto del encuentro consistió en un cúmulo de “formulaciones enigmáticas, abundantes exhortaciones, sequedad de datos y escasez de detalles sobre programas concretos”, estimó el economista cubano Pedro Monreal. 

La ineficiencia administrativa del Ministerio de Comercio Interior motivó apenas un debate ligero entre los funcionarios, que mencionaron de pasada las principales problemáticas del sector: “la proliferación de vendedores ilegales, la desviación de la venta minorista como actividad secundaria en empresas productoras, la escasa e inestable oferta de productos y servicios en la gastronomía, la fluctuación y deficiente preparación de cuadros y reservas, así como la poca efectividad de las medidas implementadas para prevenir y enfrentar el delito, las ilegalidades y los hechos de corrupción”.

Según la página de la Presidencia cubana, que resumió el encuentro, “los principales resultados alcanzados en el 2023, así como problemas que persisten en el sector y cómo se han propuesto solucionarlos” fueron expuestos en un “audiovisual” que no se hizo público. “Sería conveniente divulgarlo porque existe un llamativo ‘apagón estadístico’ respecto al Comercio Interior, con ausencia de los datos físicos de oferta de 2022”, comentó al respecto Monreal mientras mostraba el listado vacío para ese año de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei).

Pese a que el Gobierno mantiene las cifras reales a buen recaudo, las últimas intervenciones públicas –casi todas sobre la distribución de la canasta básica– de la titular del ministerio, Betsy Díaz Velázquez, dejan entrever un panorama más caótico del que el régimen está dispuesto a admitir. 

En febrero, la ministra reconoció que existían dificultades graves con la compra y distribución de la leche en polvo por los altos costos del producto en el mercado internacional y la baja disponibilidad de combustible para entregarla a las bodegas, por lo que la distribución de ese momento dependía principalmente de donaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Semanas después, el Gobierno cubano solicitó por primera vez ayuda al PMA ante la falta acuciante del producto, destinado a niños, embarazadas y ancianos principalmente.

Situaciones similares han ocurrido con otros alimentos normados, como el pan, el arroz y el café, que han obligado a Comercio Interior y al ministerio de la Industria Alimentaria a ofrecer explicaciones en Televisión Cubana.

En cuanto a la corrupción, otro tema obligado en el balance tras el anuncio de que se investiga al ex ministro de Economía por “graves errores cometidos en el desempeño de sus funciones” –aunque se siga implementando el “paquetazo” propuesto durante su manejo de la cartera–, el Gobierno no ofreció números de pérdidas globales, planes de recuperación ni cifras de sancionados. 

No obstante, la reciente divulgación por la prensa oficial de casos relacionados con desfalcos o ventas ilegales de productos por dirigentes de empresas estatales –como el desvío de yogur en los productos lácteos Río Zaza, en Sancti Spíritus, o el robo de 133 toneladas de pollo de un almacén estatal– dan la medida del estado actual de la situación. .

“Este sector es uno de los que más la población asocia con la corrupción y es necesario trabajar para eliminar esos hechos”, admitió el primer ministro, Manuel Marrero.

Solo un elemento, la circulación mercantil, “mes tras mes se sobrecumple”, dijo Marrero, aunque la causa es “el incremento de los precios y no mayores ofertas de productos y satisfacción de las demandas del pueblo”, reconoció. El comentario fue criticado por Monreal, que señaló que “el Gobierno se refiere a la distorsión derivada de su propia estadística como si no fuera su responsabilidad. No habría espejismo de “sobrecumplimientos” de circulación mercantil si la estadística oficial incluyera valores ajustados a la inflación y datos físicos actualizados”.

Una vez más, la estrategia de justificar los errores del Gobierno alegando “la asfixia económica y la intoxicación mediática” de Estados Unidos para “perjudicar a la Revolución” le fue encomendada al presidente Miguel Díaz-Canel que, frente al informe de fracasos del Comercio Interior, pidió, paradójicamente, “romper el mito de que todo lo estatal es ineficiente”.

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