Resultados del viaje de Díaz Canel a países aliados

¿Mucha gira y pocas nueces?

Miguel Díaz Canel

Por José Manuel González Rubines (La Joven Cuba) 

HAVANA TIMES – Uno de los viajes más peculiares de un mandatario que la historia recuerde, fue el de Mansa Musa I, monarca de Tombuctú, a La Meca. Se cuenta que el rey era tan rico y generoso, que a su paso por El Cairo dio oro en limosnas en tal medida, que causó una masiva inflación. En las antípodas de ese relato podría ubicarse la reciente gira del presidente Miguel Díaz-Canel por Argelia, Rusia, Turquía y China.

Su periplo, en el Airbus 340-600, matrícula YV3535 de la aerolínea estatal venezolana Conviasa, ha sido catalogado por la prensa estatal como un «viaje a la luz»; otros, por el contrario, lo califican como la «gira de las limosnas» o «de la misericordia».

Un análisis de las declaraciones realizadas en cada país, permite develar las motivaciones que transversalizan el viaje: renegociar una vez más la deuda cubana —que según el último informe publicado en 2019 ascendía a 19.6 mil millones de dólares—; pedir ayuda para resolver la desesperada crisis energética y atraer inversiones a los pocos sectores clave medianamente atractivos.

Determinar lo realmente conseguido es complejo, pues la opacidad y la inexactitud se ciernen sobre muchos de los acuerdos. Según la periodista Arleen Rodríguez Derivet, quien reseñó en cinco melosos textos el periplo, ello tiene una explicación: «Desde José Martí y la Guerra Necesaria hasta estos largos años de guerra económica sin frenos, “hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas…”».

Más allá del secretismo, que ya es práctica acostumbrada por estos lares, ¿qué se sabe o puede inferirse del mediático viaje?

Primera parada: Argelia (16 – 19 de noviembre)

Tras 4482 kilómetros y nueve horas de vuelo, la comitiva arribó a las 22:00 a Argel, capital de la economía número 58 del mundo por volumen de PIB. Sobre la visita a esta nación, primera en su calidad de Jefe de Estado, el presidente Díaz-Canel aseguró el 17 de noviembre, en un tuit de felicitación a los estudiantes cubanos: «logramos excelentes acuerdos para nuestra economía con hermanos argelinos».

Algunos de esos arreglos se resumen en la reestructuración de la deuda de Cuba con Argelia —cuyo monto se desconoce—, así como la eliminación del pago de todos los intereses atrasados y el aplazamiento de su reembolso «para otro momento», con el fin de «aliviar un poco el contexto económico cubano», dijo benévolo el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune.

Asimismo se habló de la donación a La Habana de un parque de energía solar a través de una empresa mixta; de reanudar el envío de combustible para abastecer las termoeléctricas, de ampliar la colaboración médica y del trabajo conjunto en la producción azucarera, tema en el que no se profundizó más allá de la enunciación.

El presidente Tebboune congratuló que se retomara la cooperación con Cuba, «lamentablemente interrumpida en 2019», según dijo sin ofrecer otras explicaciones. No obstante, es evidente que la interrupción coincidió con el fin de las dos décadas de mandato de su predecesor, Abdelaziz Bouteflika, que a los ochenta y dos años debió abandonar las intenciones de reelegirse por quinta vez debido a manifestaciones populares de oposición.

 Miguel Díaz-Canel y Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia. (Foto: Al Mayadeen Net)

Las relaciones entre ambos estados en materia energética se remontan a 2016. Una nota publicada el 9 de septiembre de ese año en el periódico argelino Echorouk, aseguraba que por primera vez en la historia, la petrolera nacional Sonatrach llevaría crudo a la Isla, con el fin de compensar la falta de abastecimiento producida por la crisis de Venezuela.

También sobre el tema energético, debe ponerse en contexto —despojado de los habituales triunfalismos— lo que representaría en términos prácticos la donación de un parque fotovoltaico que se instalará en La Habana, pero que, según el ministro de Energía y Minas, «estará interconectado al Sistema Electroenergético Nacional y beneficiará a todo el pueblo de Cuba, desde Pinar del Río hasta Guantánamo».

Las dimensiones de dicho parque no han trascendido, sin embargo, una de las principales centrales solares de Argelia es la de El Kheneg, compuesta por 240 000 módulos y con una capacidad de 60 megawatts pico. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, La Habana consumió entre enero y diciembre de 2021, 3320.6 gigawatts hora. Por lo que, suponiendo que el parque solar donado sea similar al de El Kheneg —uno de los mayores del país donante—, lo que genere no representaría un aporte vital para satisfacer la demanda de la capital, menos la del país.

En cuanto a las cuestiones relativas a los temas de salud, los vínculos son bastante más antiguos y datan de la década del sesenta. De hecho, actualmente se encuentran en las zonas menos desarrolladas de Argelia 882 colaboradores cubanos, por cuyos servicios se desconoce cuánto ingresa la Isla.

No obstante, el Diario Oficial de la República Democrática Popular de Argelia, homólogo de nuestra Gaceta Oficial, publicó el 21 de mayo de 2020 el decreto regulador de principios de la colaboración médica cubana. El texto detalla, entre otros aspectos, los montos del pago por servicios para un año de actividad en campos como la salud materno-infantil, urología, oncología y oftalmología. En total, el Estado cubano debía embolsarse 61 millones 707 367,53 euros por ese acuerdo.

A tenor con todo lo planteado, pese a que ciertamente puede haber algunas novedades en lo tocante a intercambio e inversión, la visita a Argelia supuso más el reinicio de relaciones económicas detenidas en 2019, y el perdón de los pagos de la deuda eterna que parece tener la Isla con numerosos países.

Segunda parada: Rusia (19 – 22 de noviembre)

A contrapelo de la mencionada opacidad del discurso político, más si este tiene como plataforma la brevedad de Twitter, el paso de la comitiva presidencial por Rusia, exceptuando gestos como la inauguración de una estatua de Fidel Castro en Moscú, tuvo cierto tufo gélido, y no solo porque el gigante euroasiático estuviera empezando su temido invierno.

Al aeropuerto internacional moscovita Vnùkovo 2, fue a recibir a Díaz-Canel el viceministro de Relaciones Exteriores, Serguèi Riabkov, el mismo que a inicios de año se refiriera a los intereses militares de su país sobre Cuba y Venezuela. De hecho, respecto a ese tema el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, informó que durante la visita los presidentes también examinarían la cooperación en la esfera militar. Hasta el momento, nada sobre el tema se ha hecho público.

El mandatario cubano tuvo interesantes encuentros en Rusia, nación sancionada por Occidente tras su invasión a Ucrania. Uno de ellos fue con el oligarca Igor Sechin, director ejecutivo de la empresa petrolera Rosneft, a quien agradeció «los gestos que ha tenido hacia Cuba y que han marcado soluciones en tiempos difíciles». Sechin, considerado una eminencia gris tras el trono ruso, y uno de los hombres más ricos del país, dirige la segunda empresa que más petróleo produce en el mundo.

Miguel Díaz Canel con el oligarca Igor Sechin, director ejecutivo de la empresa petrolera Rosneft

Otra reunión fue la desarrollada con el Patriarca Kirill. El religioso —a quien el periódico opositor Novaya Gazeta, del Nobel de la Paz Dimitri Muratov, calculaba en 2019 una fortuna de entre 3.800 y 7.600 millones de euros, con importantes negocios en petróleo, industria automovilística y joyería—; ha estado en el foco de atención por su apoyo a la invasión a Ucrania y sus posturas homofóbicas.

Independientemente de las abstenciones de la Isla en las votaciones en la ONU que exigían el cese inmediato de hostilidades en Ucrania y la condena al «intento de anexión ilegal» de territorios ucranianos, el presidente cubano aseguró que “Rusia sabe que podrá seguir contando con Cuba”.

Sobre la deuda, Díaz-Canel dijo durante una reunión con la presidenta del Senado, Valentina Matviyenko, que se respetarían las obligaciones financieras «en cuanto la situación económica se alivie un poco y eso sea posible». Es importante recordar que en 2014 el Parlamento ruso ratificó un acuerdo por el cual se condonó el 90% de los 35.000 millones de dólares que Cuba debía a la Unión Soviética, y en febrero pasado el mismo órgano realizó la última reestructuración de los adeudos.

Respecto a resultados concretos de la visita, no trascendió demasiado de las más de dos horas que estuvieron reunidos los presidentes. El ministro Malmierca, a su arribo a Turquía, señaló que, entre otros temas, se había llegado a acuerdos en la modernización de Antillana de Acero, inversiones en el yacimiento petrolero de Boca de Jaruco, rehabilitación de la Planta Mecánica de Santa Clara, y puesta en funcionamiento de un centro de diagnóstico y mantenimiento de equipos Kamaz en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel.

Lo curioso es que, del mismo modo que sucedió con algunos de los temas abordados en Argelia, muchos de esos proyectos no son nuevos. Por ejemplo, la inversión en la Antillana de Acero, inicialmente de 165 millones de dólares a ejecutar en dos partes, data de 2018; las de Boca de Jaruco y la Planta Mecánica de Santa Clara ya habían sido presentadas en la pasada Feria Internacional de La Habana, y el establecimiento de centros de la productora de camiones Kamaz en la ZEDM, es un hecho desde 2019.

Esta parte de la gira no fue calificada por Díaz-Canel, aunque afirmó sentirse feliz por lo logrado. También la despedida presidencial en Twitter fue bastante menos efusiva que la dedicada a su estancia anterior: «Hasta luego, querida #Rusia. Jamás olvidaremos tu mano extendida cada vez que la necesitamos. Ni estas breves pero intensas jornadas en #Moscú. Gracias».

Tercera parada: Turquía (22 – 24 / 26 de noviembre)

En contraste con el frío eslavo, la visita a la nación del Bósforo parece haber sido mucho más satisfactoria. Pese a que solo se hicieron públicas cuestiones generales, se conocen los acuerdos logrados con el gobierno turco, aunque no lo conversado en el encuentro con empresarios organizado por la Junta de Relaciones Económicas Exteriores (DEIK), organismo especializado en diplomacia empresarial que agrupa al sector privado.

Según Recep Tayyip Erdoğan —que desde 2003 detenta el poder, inicialmente como Primer Ministro (2003-2014) y luego como Presidente—, Cuba es de sus principales socios en la región de América Latina y el Caribe. Por ello, uno de los acuerdos fue aumentar el volumen del comercio bilateral a 200 millones de dólares anuales, en consonancia con la política exterior que ha incrementado el comercio entre Turquía y LATAM de mil millones de dólares en 2002, a 15 mil millones en 2021, señaló el periódico turco Daily Sabah.

De los intercambios con el sonriente mandatario otomano, resultaron seis documentos. Las áreas identificadas de mayor interés mutuo fueron: biotecnología, energías renovables, turismo y agricultura. Si bien del encuentro con empresarios no ha trascendido demasiado, se sabe que estaban representantes de Karadeniz Holding AS, propietaria de treinta y seis buques de generación eléctrica, siete de los cuales se encuentran en Cuba.

El Presidente cubano con Recep Tayyip Erdogan, mandatario turco. (Foto: Twitter/ @DiazCanelB)

Curiosamente, muchos de los quince destinos donde opera la referida compañía son algunas de las naciones más pobres del mundo: Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Mozambique, Senegal, Costa de Marfil o Sierra Leona.

No fue mencionada durante la visita la Global Ports Holding (GPH), mayor compañía del mundo operadora de puertos para cruceros, que en 2018 firmó un acuerdo que le permite gestionar durante tres lustros la terminal habanera.

Esperemos que la ejecución de lo pactado en este acto de amor turco no sea como las novelas de ese país que trae el Paquete semanal y que han invadido el consumo cultural de muchas casas cubanas: vitrinas hermosas e infinitas de contenidos vacíos.

China (24 – 25 de noviembre)

Muy destacable resulta que la parada más corta de la gira presidencial haya sido justamente en el país considerado segundo socio comercial de Cuba en los últimos quince años. Ankara y Pekín están separadas por 6 833 kilómetros, por lo que el Airbus 340-600 que trasladó la comitiva, tardaría alrededor de ocho horas en cubrir el trayecto, para una estancia que se aproximó a las veinticuatro horas.

En su encuentro con el mandatario chino, Díaz-Canel reconoció que se había incumplido con el pago de la deuda a causa de la situación económico-financiera del país, sobre todo a partir del año 2019. Igualmente, señaló que, aunque ha habido comunicaciones, «no es lo mismo cuando uno puede hablar, cuando uno puede explicar».

Frente a estas declaraciones es importante recordar que, en mayo de 2021, el ICBC Standard Bank Plc, con sede en Londres, presentó una demanda ante los tribunales contra el Banco Nacional de Cuba y el Gobierno de la República de Cuba, por aproximadamente 224.8 millones de dólares, que incluye unos intereses de mora que ascienden a 1.120 millones. El demandante es, nada más y nada menos, que la filial londinense del estatal Banco Industrial y Comercial de China, el mayor del país oriental.

Con una suma tan considerable de dinero y una demanda de por medio, es presumible que las sentimentales justificaciones del presidente cubano fueron recibidas con atención y agradecimiento por el pragmático dirigente chino.

Xi Jinping y MIguel Díaz-Canel posan para las fotos junto a sus esposas. (Foto: Infobae)

Las conversaciones dieron como resultado la firma de doce documentos, entre los que resaltan los relacionados con intercambio comercial y ciberseguridad, tema este último identificado como prioridad para Cuba  debido al mentado contexto de guerra no convencional. Incluye también, entre otros elementos, donativos de cien millones de dólares, alimentos e insumos médicos, así como uniformes escolares y utensilios de cocina.

Asimismo, según el ministro de Economía y Planificación, se planteó la reapertura de viejas inversiones detenidas: la de 34 millones de dólares del dique flotante que llegó a Cuba en octubre de 2019; la reconversión de la prensa, iniciada a mediados de 2018 y que se previó duraría solo un año; y el parque eólico de Herradura, al norte de Las Tunas, cuyas obras comenzaron a principio de 2018; entre otras.

Respecto a estos acuerdos, el presidente cubano alertó: «tiene que cumplirse bien el compromiso nuestro, de cómo hacemos bien las cosas, de cómo aprovechamos las oportunidades, cómo somos eficientes, cómo no malgastamos los recursos…». Si esas son las condiciones, dadas nuestras prácticas, malos son los augurios.

Regreso a casa

Para reforzar el simbolismo en torno al viaje del Jefe de Estado, su retorno coincidió con la celebración de elecciones para delegados a las asambleas municipales del Poder Popular. El resultado de los comicios evidenciaría una paradoja: el gobierno cubano intenta relanzar sus vínculos con el mundo, al tiempo que desoye y descalifica las demandas de una parte cada vez más creciente de su ciudadanía. Como un David suplicante se muestra al exterior, en tanto se comporta cual Goliat con sus connacionales.

Pese a la fe monacal de los medios estatales y seguidores acríticos del gobierno en la concreción de los acuerdos; el hecho de que la mayor parte de ellos se reduzca a la reactivación de viejas inversiones detenidas o a postergaciones de los pagos de la deuda eterna que aparentemente tenemos con tantos, hacen que prevalezca en muchos la incredulidad o la indiferencia.

«Por sus frutos los conoceréis», dice Jesús en el Evangelio de Mateo. Siguiendo esa lógica, entre los permanentes errores internos, los efectos del bloqueo, las medidas de Trump y las consecuencias de la pandemia de Covid-19, parece que nuestro árbol es artificial, porque en él solo florecen explicaciones y estrategias desacertadas.

Mientras los viajes, negociaciones, acuerdos y memorandos no se traduzcan en mejoras concretas de la calidad de vida de la gente, la sensación generalizada de zozobra y la necesidad de escapar a cualquier precio del barco que se hunde, permanecerán. Un pueblo no puede vivir en permanente estado de precariedad y resistencia, por muy creativa que la pinten; un país no se desarrolla con donaciones y migajas, por bienintencionadas que estas sean.

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