Relatos acerca del himno nacional

Janis Hernandez

La Bayamesa. Imagen:tvcamaguey.co.cu

HAVANA TIMES — El 20 de octubre es el día de la cultura nacional, y esto tiene que ver con que en esa fecha por primera vez, fueron entonadas las notas del Himno de Bayamo, el que es hoy nuestro Himno Nacional.

Compuesto por Pedro Figueredo (Perucho), e instrumentado por Manuel Muñoz Cedeño. Es un himno de combate, surgido en el estrépito de las luchas independentistas contra el coloniaje español.

Al abogado bayamés, le fue encomendado componer nuestra Marsellesa. El 8 de mayo de 1868 ya la había creado. Y le solicitó al músico Muñoz Cedeño la orquestación de aquella marcha épica.

Como muy pocos saben, el 11 de junio de 1868, mucho antes del estallido de la guerra, Perucho logró que se tocase el Himno en la Iglesia Mayor de Bayamo.

Tras pactar con el padre José Batista para interpretarla al finalizar la misa, aprovechando que las festividades del Corpus Christie culminarían con un Te Déum al que asistiría el gobernador español, casado con una cubana, Julián Udaeta.

El gobernador atónito al escuchar la marcha, mandó a buscar al director de la orquesta quien le informó que era una tonada del señor Figueredo. El gobernante señaló a Perucho que la marcha no tenía nada de religiosa y sí mucho de guerrera a lo que este respondió: “Usted no puede determinar que este sea un canto de guerra puesto que no es músico”.

La marcha creada se popularizó, se silbaba por las calles, y presidió los actos de la Sociedad La Filarmónica. Catorce meses después de creada la melodía del himno, fue que Perucho le incluyó la letra.

Iniciada la contienda el 10 de octubre de 1868, el alto mando mambí acordó la toma de Bayamo, lugar más estratégico de la provincia para propinar el primer golpe certero a las fuerzas españolas.

Diez días después es tomada la ciudad por las fuerzas insurrectas mambisas al mando de Carlos Manuel de Céspedes. La capitulación se firmó a las once de la noche del 20 de octubre de 1868 y marcó para la historia cubana, la primera victoria del ejército mambí.

En medio del entusiasmo y la algarabía de las tropas y los pobladores de Bayamo, montado en su caballo Figueredo escuchar al pueblo la cuando se entonaba su marcha. Extrajo una hoja de su cartera, cruzó una pierna sobre la montura del caballo y escribió la letra. La hoja escrita pasó de mano en mano y el canto se multiplicó.

Así, el 20 de octubre de 1868, en la primera ciudad libre de Cuba, se completó el nacimiento del Himno Nacional.

Variaciones

Con el tiempo, y al no contar con la partitura original, la melodía sufrió alteraciones. Incluso, recibió dos versiones de armonización e introducción, una de Antonio Rodríguez Ferrer y la otra de José Marín Varona.

Finalmente se obtuvo el original, de puño y letra de Figueredo, hasta que se acordara mantener la versión de Rodríguez Ferrer, aunque la misma seguía recibiendo varias interpretaciones.

No fue hasta 1983, que el investigador y musicólogo Odilio Urfé presentó una ponencia a la Asamblea Nacional del Poder Popular con la versión definitiva del Himno, la que fue aprobada e inmediatamente se procedió a la edición en partitura y fonograma para conocimiento público.

La versión actual de La Bayamesa, refrendada por la Ley de los Símbolos Nacionales es la que José Martí publicó el 25 de junio de1892 en su periódico Patria, armonizada por Emilio Agramonte, y que fuera revisada en 1898 por Antonio Rodríguez Ferrer.

La partitura y letra originales del himno desaparecieron en el incendio de Bayamo, pero el autor repitió la escritura de la partitura para voz y piano a petición de una amiga, y ésta, también original, se conserva en los fondos del Museo Nacional de la Música.

Permanentemente se muestra una copia junto a la efigie en plumilla de Perucho Figueredo y a una Bandera cubana.
Dicha composición poética está conformada por seis estrofas o cuartetas de veinticuatro versos, que transgreden el molde clásico de la redondilla. El autor se sirve de la polimetría, prescindiendo de estructuras métricas cerradas y de la rima tradicional.

La letra original de La Bayamesa era la siguiente:

¡Al combate corred bayameses,
que la patria os contempla orgullosa;
no temáis una muerte gloriosa,
que morir por la patria es vivir!
En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!
No temáis; los feroces iberos
son cobardes cual todo tirano
no resiste al brazo cubano
para siempre su imperio cayó.
¡Cuba libre! Ya España murió,
su poder y su orgullo ¿do es ido?
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas, valientes, corred!
¡Contemplad nuestras huestes triunfantes
contempladlos a ellos caídos,
por cobardes huyen vencidos,
por valientes, supimos triunfar!
¡Cuba libre! podemos gritar
del cañón al terrible estampido.
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas, valientes, corred!

Al oficializarse como Himno Nacional de Cuba, una vez independizada la isla, se suprimieron las estrofas que herían la sensibilidad del pueblo español, al cual los cubanos hemos permanecido siempre muy unidos por lazos de sangre y de cultura.

Junto a la Bandera y al Escudo, El Himno de Bayamo, conforma nuestros símbolos patrios. Cualquier cubano, donde quiera que este, siente una emoción indescriptible si ve ondear nuestro estandarte o escucha las notas de nuestro himno.

El que será entonado una vez más, este 20 de octubre en la ciudad de Bayamo. Celebrando nuestro día de la cultura nacional.