Reina el silencio y el dolor en Holguín, Cuba

Por José Ramírez Pantoja  (El Toque)

Familiar de víctima del vuelo DMJ092 en camino a La Habana para identificar el cuerpo. Foto: Juan Pablo Carreras (ACN)

HAVANA TIMES – Una provincia cubana ha perdido más de 60 habitantes de un golpe. Desde el viernes, las imágenes del accidente del Boeing 737-200 vuelven una y otra vez en las farmacias, barberías, cafeterías, restaurantes, en los hogares de Holguín.

Antes de decretarse el Duelo Oficial, casi todas las  instituciones culturales y recreativas de la ciudad como la Casa de la Música y la de la Trova, ya habían detenido sus servicios. Y no habrá música en esta región por varios días.

La tragedia, el duelo personal y citadino, apenas comienza y durará todo lo que tome regresar a esta tierra y dar final descanso a las decenas de víctimas holguineras. El domingo 20 de mayo llegaron las 4 primeras.

En el parque Calixto García, centro de la vida social de esta urbe, apenas se sentían el trino de los pájaros y el sonido del motor de algún que otro automóvil que pasaba.

Las personas no hablan de otra cosa que no sea el dolor por las más de cien personas, la mayoría holguineros, que perdieron la vida en las cercanías del Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana.

“Yo conocía a un matrimonio que venía en el avión, el músico José Ángel Leyva, director de la orquesta Bolero Salsa y su esposa Amparo Valdés. Ella fue a acompañarlo a un tratamiento que estaba siguiendo por una dolencia en el corazón, y mira qué desgracia. Pero no me duele solo por ellos, me pongo en el lugar de las familias que perdieron a seres queridos y de verdad que es un dolor tan grande que no tengo palabras para expresarlo.”

El dolor cala en lo más profundo y las lágrimas asoman a los ojos de las personas que están alrededor de Pura García Almaguer, vecina del reparto de Pueblo Nuevo, que a pesar del nudo en la garganta, continúa el relato:

“Supe también que la hija y la nietecita de un reconocido cardiólogo holguinero venían en ese avión, él vive cerca de mi casa, en el reparto Peralta. Me imagino lo que están viviendo esas familias y se me oprime el pecho.

En la parada del parque Julio Grave de Peralta, o “De las Flores” como más se le conoce a la céntrica plaza holguinera, apenas se ven personas. Conversan casi en un susurro sobre el siniestro.

“Muy cerca de mi casa vive la abuelita de una de las muchachas que están vivas. Esa pobre señora está destrozada, no tiene consuelo, esto ha sido algo verdaderamente desgarrador”, confiesa Claribel Martínez, vecina de Piedra Blanca.

“Creo que cada holguinero ha sentido como si hubiera perdido a un familiar, este es el momento de tender la mano amiga y sincera”, agrega.

Particular dolor, por la manera de vivirlo y de procesarlo, tienen los feligreses de la Iglesia del Nazareno. En el vuelo venían 20 de sus “hermanos de fe”, incluidos el pastor Gelover Martín Pérez Ávalo y su esposa Yoneisi Cordovez Rodríguez.

“Si Dios los llamó, entonces, como personas de fe, el dolor que sentimos se mitiga”, asegura conmovida Yolanda Pérez Aguilar, integrante de la comunidad del Nazareno.

“Ellos estaban preparados para entrar en el reino del Señor, si no, él no los hubiera llamado”, insiste, momentos antes de sumarse a las oraciones que en la sede de su congregación hacen desde el viernes en la noche.

La tragedia de esos religiosos crece cuando se sabe que el pastor y su esposa ya no estarán para sus tres hijos:

“En el barrio estamos muy conmovidos desde que conocimos la noticia”, dice Nelsis Calzada, vecina de Ciudad Jardín. “Poco antes de las doce del mediodía yo recibí la llamada del pastor. Él me llamó para que mi esposo fuera a recogerlos al aeropuerto. Casualmente en mi casa estaba uno de sus tres hijos, pero se fue una vez que su papá llamó. Cuando hablaron del accidente por el noticiero, yo no lo podía creer. Muchos vecinos nos fuimos enseguida para donde vivían el pastor y su esposa a consolar a los niños.”

Hay mucho dolor por vivir aún en esta ciudad. En La Habana, 135 familiares de la región oriental reciben todas las atenciones, mientras esperan por su turno para identificar el cadáver de su ser querido, un proceso que podría tomar días, o semanas, por el estado en que quedaron algunos de los cuerpos, como han dicho las autoridades.

Empezará entonces otra parte aún muy dura, momentos en que aquí veremos mucho dolor. Al luto en Holguín le tomará tiempo para pasar.