Rebrote de covid-19 vs reforma económica en Cuba

La pandemia amenaza el intento cubano de acelerar transformaciones profundas de la economía, pensadas en función de la diversidad de formas de propiedad sobre los medios de producción.

Por Ariel Terrero (IPS)

El Ministro de Economía Alejandro Gil inició una serie de presentaciones de ministros para informar en el programa Mesa Redonda el rumbo que seguirán las transformaciones de la economía. Foto: Tomada de Cubadebate

HAVANA TIMES – El gobierno cubano esperó al contexto económico y social más difícil para acelerar las transformaciones que había programado en años previos. Desde que anunció hace un mes la Estrategia para levantar la economía, el escenario se ha tornado más complejo por el rebrote de la covid-19 en el país y la contracción de la economía.

La combinación de varios eventos de transmisión local en las provincias de Artemisa y La Habana, incrementó los contagios a inicios del actual mes hasta alcanzar 93 confirmados el 9 de agosto, el número más alto en un día desde que aparecieron en Cuba los primeros casos el 11 de marzo.

La tendencia forzó un retroceso de las etapas de recuperación en que se encontraba la capital, que pasa ahora a la fase de transmisión autóctona limitada.

Los controles más severos para el movimiento de personas –con ausencia de transporte público- y otras limitaciones vuelven a colocar la ciudad de más dos millones de habitantes en una situación adversa para la economía de conjunto. Las previsiones son sombrías.

La contracción del comercio mundial aumentó las tensiones con que había comenzado el año para Cuba, por sanciones y mayor agresividad del bloqueo económico de Estados Unidos.

En un estudio regional actualizado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con sede en Santiago de Chile, pronosticó una caída de 9,1 por ciento en el producto interno bruto (PIB) de la región en 2020. Y una baja del 8 por ciento en Cuba.

El gobierno amplió las ventas en MLC en un esfuerzo por recaudar los ingresos que ha perdido el país en otros mercados. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Estrategia para levantar la economía

A la par que aumentan las presiones y obstáculos, la crisis otorga razones a una reforma que ha apostado a la simultaneidad de innovaciones de política económica en actividades múltiples. La integración de estos cambios plantea un desafío pero es la garantía mayor del proceso.

Para el avance de transformaciones complejas es necesario el enfoque sistémico y la articulación entre campos y actividades diversas.

En años anteriores, la visión aislada o parcial de experimentos –en empresas, políticas de precios o cooperativas, por ejemplo- acarreó tropiezos y fracasos, por no ir acompañados de pasos similares en otras áreas y actividades de la economía con las que existía conexión.

Tras hacer el 16 de julio los primeros anuncios de la Estrategia el Presidente Miguel Díaz-Canel,  y el ministro de Economía, Alejandro Gil, en días posteriores varios ministros de actividades fundamentales de la economía han comparecido en el programa televisivo Mesa Redonda para informar sobre transformaciones en marcha o de próxima aplicación.

En solo cuatro días, el mercado mayorista Mercabal registró 213 clientes entre trabajadores por cuenta propia de la actividad gastronómica.

Dolarización parcial

Las medidas de mayor repercusión social están vinculadas con la dolarización parcial de la economía, medida polémica desde varios puntos de vista: amplía una franja del comercio minorista en moneda libremente convertible.

Había comenzado en noviembre del año pasado con electrodomésticos, y se extiende ahora a productos de aseo, ferretería y alimentos, en un intento de reponer pérdidas millonarias en otros mercados, como el turismo. Los viajes de extranjeros se contrajeron casi del todo desde hace más de cuatro meses.

Para evitar barreras en la afluencia de moneda dura, las autoridades también eliminaron el gravamen que mantenían sobre el dólar.

El compromiso del gobierno es financiar con los ingresos de las tiendas en MLC los suministros de otros mercados que mantiene abiertos con precios en moneda nacional: peso cubano (CUP) y peso cubano convertible (CUC).

Pero la medida es polémica también porque implica un retroceso o enredo mayor para ordenar algún día el sistema monetario, acorde con las metas principales en la Actualización del modelo económico cubano. La dualidad monetaria y cambiaria se complica al entrar en circulación una tercera moneda, el dólar.

Mediante la creación de un banco de fomento y otras alternativas financieras, el gobierno se propone destrabar la producción de alimentos, una vieja deuda política y económica.

Actores no estatales

Con los primeros pasos, la Estrategia también ha dado entrada a cambios de impacto, al propender a un igualamiento de reglas y condiciones para entidades estatales y formas no estatales –cooperativas, trabajadores por cuenta propia y empresas privadas que actúan de facto, mientras esperan por el reconocimiento jurídico prometido.

Una vieja demanda de esos actores no estatales de la economía era el acceso a un mercado mayorista de alimentos para aprovisionarse de manera lícita. Mercabal, que ya ofrecía servicios a cooperativas no agropecuarias, abrió sus puertas ahora a los trabajadores por cuenta propia de la actividad gastronómica.

En la semana final de julio registró 213 nuevos clientes. La segunda instalación de ese tipo abrió en la provincia de Holguín, en el oriente de Cuba.

La ministra de Trabajo, Marta Elena Feitó, anunció la eliminación de una lista preestablecida de actividades posibles en el trabajo por cuenta propia. La relación limitaba la oportunidad solo a 123 actividades.

Los primeros movimientos de la Estrategia también prometen flexibilizar las normas del comercio exterior, para facilitar las exportaciones e importaciones por las cooperativas y el sector privado de la economía, a través de empresas estatales especializadas.

Incentivos fiscales e innovaciones financieras

Como sostén de la actividad productiva, comercial y de inversiones, el gobierno se ha propuesto desplegar herramientas financieras del Estado, unido a otras innovaciones del sistema financiero y bancario.

Mediante bonificaciones tributarias y otros incentivos fiscales pudiera estimular a los actores de la economía –estatales y no estatales- que produzcan o presten servicios con destino a la exportación o la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

De acuerdo con el ministro de Economía, será eliminada la asignación centralizada de recursos en la planificación. La administración pública se inclinaría hacia mecanismos indirectos para regular el mercado y otorgar mayor autonomía a las empresas estatales y los gobiernos territoriales.

Otra área de cambios igual de complejos y urgentes es el desarrollo de un mercado de deuda pública mediante Letras del Tesoro e innovaciones en las políticas de créditos pensadas para formas no estatales y gobiernos locales. La creación de un banco de fomento agropecuario se enlazaría a otro objetivo priorizado por la Estrategia: la producción de alimentos.

El desarrollo agropecuario y el alcance de una soberanía alimentaria constituyen una vieja deuda política y económica del país, que vuelve a aparecer como prioridad de este programa gubernamental. La crisis asociada a la pandemia hace más perentorio y difícil a la vez cada jugada.