Realidad vs. presagio: La Letra del Año en Cuba

Foto: ADN Cuba

Por El Toque

HAVANA TIMES – El primero de enero se dio a conocer la Letra del Año de 2022 emitida por los sacerdotes de Ifá adscritos a la Asociación Yoruba de Cuba. 

La Letra del Año es el resultado de un ejercicio de adivinación realizado por el Consejo de Sacerdotes Mayores de Ifá que se reúne cada 31 de diciembre. Desde 2015 se concebía de manera unificada en la sede de la Asociación Yoruba de Cuba, en La Habana; y para ello se debían respetar ciertas pautas ceremoniales.

Según declarara Víctor Betancourt, miembro del consejo, a finales de 2020 «la Asociación Cultural Yoruba incumplió con lo acordado aduciendo medidas por la pandemia» y no convocó a los jefes de grupo de la Comisión de la Letra del Año, una de las reglas pautadas para el ritual.

Ello ocasionó que, para la Apertura 2021-2022, la Comisión Organizadora de la Letra del Año Miguel Febles Padrón emitiera por primera vez una letra de manera independiente luego del conflicto con la Sociedad Cultural Yoruba. Algunos consideran que este tipo de ejercicios puede ser el resultado de las críticas que señalan a la Asociación Yoruba de Cuba como una institución cercana o dependiente del Gobierno cubano.

No obstante, a pesar de que ambas letras tienen diferencias, coinciden en el anuncio de múltiples enfermedades para 2022.

Dentro de las enfermedades pronosticadas por los sacerdotes de Ifá adscritos a la Asociación Yoruba de Cuba se encuentran las de transmisión viral y sexual. Tanto la letra emitida por la comisión Miguel Febles como la de la Asociación Yoruba de Cuba anuncian lo que ha sido una constante en los últimos dos años: el desarrollo de problemas y enfermedades respiratorias.

Entre las recomendaciones de los sacerdotes de Ifá adscritos a la Asociación Yoruba están la «paciencia y serenidad ante los problemas de la vida». También aconsejan «ser humildes y sencillos y evitar la soberbia y las malas formas». Asimismo, y en consonancia con sus augurios, sugieren «velar por el cuidado de la higiene y las medidas sanitarias para evitar la propagación de enfermedades contagiosas o producidas por vectores».

Dentro de los consejos que guardan relación con el devenir político-social del país ambas letras del año recomiendan prestar atención en el hogar «a la educación de niños y jóvenes». La de la Asociación Yoruba sugiere, además, establecer «acuerdos favorables sobre Políticas Migratorias para evitar pérdidas de vidas humanas» y «cuidar y fomentar los programas de protección materno infantil». 

En 2022 se someterá a consulta popular el nuevo Código de las Familias que debe cambiar la regulación vigente sobre el matrimonio en Cuba. Ante ese escenario, destaca la recomendación formulada por los babalaos adscritos a la Asociación Yoruba al indicar que en 2022 los cubanos deberían «respetar la institución del Matrimonio».

Una predicción de este tipo pudiese ser combustible para que algunos miembros de la comunidad yoruba cubana acompañen a los cristianos que se oponen al reconocimiento del matrimonio igualitario en la nueva regulación.

Ante la emisión de las letras del año de 2022, los invitamos a repasar algunos de los presagios y recomendaciones que fueron realizados por los sacerdotes de Ifá en 2021. Varios de esos presagios se acercaron bastante a la realidad que vivieron los cubanos durante el año que acaba de finalizar.

DESACATO A LA AUTORIDAD

En la Letra del Año de 2021, a diferencia de la de 2022, se anunciaron los «Acontecimientos de Interés Social».

El primero de esos acontecimientos hacía referencia a un «aumento del desacato a la autoridad de manera general». Esta predicción estuvo complementada por otra que vaticinaba el «incremento en las tensiones políticas, sociales y religiosas que pueden generar un conflicto».

En consonancia con lo predicho por los babalaos cubanos, 2021 fue el año en la era posrevolucionaria en el cual más personas salieron a protestar a las calles. 

Reclamos como los ocurridos frente al Ministerio de Cultura el 27 de enero o el de la calle Obispo de La Habana del 30 de abril fueron algunos de los más significativos durante los primeros meses del año. Sin embargo, el momento cumbre de enfrentamiento a la autoridad estatal sucedió el 11 y 12 de julio. La plataforma Inventario registró que entre esos días se produjeron más de 280 protestas en toda Cuba. Los datos del Observatorio Cubano de Conflictos arrojan que más de 187 000 cubanos salieron a las calles durante el estallido social del 11J.

Según las cifras manejadas por el colectivo de mujeres Justicia11J, más de 1 300 cubanos fueron detenidos en el contexto de las protestas de julio o luego de ellas. De acuerdo con esos registros, aún permanecen detenidas más de 700 personas, incluidos 14 menores de edad.

La mayor muestra de desacato durante el año fue la popularización, sobre todo durante el 11J, de la frase «Díaz-Canel, singao»; por su uso durante las protestas muchos cubanos enfrentan hoy la posibilidad de permanecer varios años en prisión.

La Letra del Año sugirió que existiría, además, un incremento de las violaciones jurídicas. 

A tono con lo presagiado, puede entenderse que el uso arbitrario de la legislación cubana para legitimar la represión política y las limitaciones a los derechos humanos de los cubanos son una muestra de esas violaciones. El Gobierno empleó las leyes a conveniencia y con fines ejemplarizantes para evitar futuras revueltas y garantizar la inactividad de la ciudadanía.

Fueron comunes durante 2021 el impulso de procesos penales sin fundamento para mantener recluidas en sus domicilios a activistas como Carolina Barrero o Camila Acosta. Asimismo, los manifestantes del 11J han sido injustamente procesados por delitos como la instigación a delinquir o desórdenes públicos por el hecho de pedir a otros que gritaran «patria y vida» durante las manifestaciones. Manifestarse de manera pública contra del Gobierno, por otro lado, ha sido reprimido mediante la consideración de algunas de estas expresiones como «ultraje sexual».

HUIR, MIGRAR. EL FUTURO LEJOS DE CASA

La crisis económica, política y social cubana acrecentada con la pandemia del coronavirus ha sido detonante en la decisión migratoria de miles de cubanos. Esto también lo vaticinaron los religiosos yorubas, quienes anunciaron un «aumento del flujo migratorio» y de las «pérdidas de vidas humanas como consecuencia de la emigración ilegal». Ciertamente, durante 2021 la emigración cubana aumentó y con ello las pérdidas de vidas en rutas peligrosas. 

Según el director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá, Oriel Ortega, más de 15 000 cubanos transitaron por la selva del Tapón del Darién que comunica a Colombia con Panamá en el año que termina.

Otros cruzaron el Río Bravo, y muchos viajaron a Rusia para desde allí llegar a países como España e Italia, a expensas del maltrato y extorsión de los cuerpos policiales bielorrusos. Cientos se aventuraron, además, por la vía marítima para ingresar en territorio estadounidense aunque no contaban con leyes que los protegieran.

Estas cifras podrían ser mayores. Muchos migrantes no transitan por las cercanías de puntos de control fronterizos y logran evadir el contacto con las autoridades.

Una de las muertes más recordadas ocurrió en noviembre de 2021. Un menor de 14 años de edad perdió la vida de un infarto mientras atravesaba la selva del Darién junto a su familia. El niño había sobrevivido, un mes antes, al naufragio de una embarcación que llevaba migrantes desde Colombia a Panamá. Su madre perdió la vida en ese accidente.

Las estadísticas de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas para Refugiados indican que en 2021 unos 2 895 cubanos pidieron asilo político en Estados Unidos, cifra solo superada por México con unas 5 147 peticiones.

Sin embargo, datos difundidos por el diario Los Angeles Times detallan que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos comprobó que 26 186 cubanos intentaron ingresar de manera irregular entre octubre de 2020 y junio de 2021 a ese país.

Un informe posterior de Telemundo subraya que, durante los últimos tres meses de 2021, 15 000 cubanos han llegado a las fronteras estadounidenses con el fin de regularizarse.

Desde enero de 2017 los cubanos no cuentan con la protección de la política «pies secos, pies mojados», aun así el número de cubanos repatriados por la Guardia Costera de Estados Unidos en 2021 fue superior a la de años anteriores.

Los números de balseros cubanos interceptados también aumentaron de un año para otro. En 2020 solo 49 fueron detectados, sin embargo, en el año fiscal 2021 (del 1 de octubre de 2020 al 30 de septiembre de 2021) 838 migrantes cubanos fueron detenidos en alta mar y regresados a la isla. Entre octubre y diciembre de 2021, 462 cubanos vieron truncados sus intentos de llegar a Estados Unidos en embarcaciones rústicas.

Un texto publicado por el diario cubano Granma especificaba a finales de octubre de 2021 que 1 137 cubanos habían sido deportados durante ese año.

MORTALIDAD INFANTIL

Otro de los augurios de los babalaos cubanos fue un probable aumento de la mortalidad infantil por malos procedimientos

A mediados de diciembre de 2021, el ministro de Salud Pública cubano, José Ángel Portal Miranda, señaló que la tasa de mortalidad infantil ascendió de 4.9 (registrada en 2020) a 7.5 por cada mil nacidos vivos. En 2021 unos 690 niños de menos de un año fallecieron en Cuba de un total de 93 733 nacidos vivos; 207 muertes más que en 2020. En 2021 la tasa de natalidad también decreció en 5 747 nacimientos con respecto al año precedente.

La provincia con peores índices de mortalidad infantil fue Ciego de Ávila, con una tasa de 13.8 por cada mil nacidos vivos. Las autoridades cubanas han achacado a la COVID-19 el aumento en los índices de mortalidad infantil. El periódico Invasor de Ciego de Ávila reportó otras razones. Los 45 menores de un año que fallecieron en 2021 estuvieron relacionados con «el bajo peso al nacer y la prematuridad (…), asociados, fundamentalmente, a la hipertensión arterial, el crecimiento intrauterino retardado y el embarazo en la adolescencia». El rotativo declaró también que muchas de las gestantes no recibieron el seguimiento médico preciso en sus embarazos.

CRISIS Y CRIMINALIDAD

La Letra del Año de 2021 anunció un «aumento en los índices de estafa, robos y asaltos». Asimismo, presagió un «aumento de los hechos delictivos».

Aunque no existen referencias oficiales que certifiquen el aumento de la criminalidad en Cuba durante 2021, las denuncias ciudadanas indican la existencia de un clima de inseguridad en las calles del archipiélago.

En 2020 la base de datos mundial sobre delincuencia Numbeo refería que Cuba era el país más seguro en las Américas. En julio de ese año el índice de criminalidad del país era de 29.02 según un informe de esa plataforma.

Sin embargo, en los últimos meses de 2021 varios cubanos han denunciado en redes una serie de asaltos en las calles, en especial a motoristas, con el fin de sustraer pertenencias, ya sean vehículos, celulares, prendas o dinero.

Algunos motoristas refirieron que han sido asaltados a pedradas mientras se detenían en semáforos.

Esas denuncias dieron lugar a una nota oficial del Ministerio del Interior que declaró que algunos de los casos denunciados «son sucesos ocurridos en años anteriores o noticias falsas, con la pretensión de generar un clima de impunidad e inseguridad ciudadana en medio de las festividades de fin de año».

LA FE EN 2021

La Letra del Año de 2021 anunció también un «incremento de las falsas consagraciones y de las profanaciones religiosas».

En este contexto, el hecho más cercano a lo que los hombres religiosos de la Asociación Yoruba de Cuba consideran un irrespeto a su fe sería la revelación de la Letra del Año de las Iyanifás, grupo de mujeres iniciadas en la Regla de Ifá, quienes a inicios de 2021 revelaron sus augurios amparadas en el «derecho que les concede Olodumare y la Constitución de la República de Cuba».

La Asociación Yoruba de Cuba rechazó la existencia de este grupo y subrayó en 2020 que desde 2003 habían declarado que no aceptaban mujeres babalaos aunque sí santeras, espiritistas, paleras y todo lo que consintiera la Regla de Osha e Ifá.

La «Declaración Protesta» publicada por la Asociación provocó que estas mujeres fueran acosadas. El 11 de enero de 2021 las Iyanifás comunicaron las amenazas de las cuales eran víctimas. 

No sabemos si en 2022 las Iyanifás emitirán también su Letra del Año. En cualquier caso, sería bueno que lo hicieran y la publicitaran en igual medida que la de los sacerdotes varones. A lo mejor aclaran extremos no esclarecidos ni por la Asociación Yoruba ni por Comisión Miguel Febles.

Por ejemplo, los sacerdotes varones no han dejado claro que el signo Baba Eyiogbe que rige el 2022 es un signo relacionado con golpes de Estado y cambios gubernamentales según el tratado de Ifá.

¿Qué significa eso para 2022 en Cuba? Aún no lo sabemos. 

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