¿Qué sigue después de abril para la oposición nicaragüense?

Los opositores y expresos políticos nicaragüenses, Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga y Miguel Mendoza reunidos en el exilio. Foto tomada de Twitter

La unidad sigue siendo un pendiente de la oposición, diferentes líderes consultados coinciden en que pasan por un proceso de diálogo interno

Por La Prensa

HAVANA TIMES – La liberación y destierro de 222 presos políticos el pasado 9 de febrero cambió el panorama para Nicaragua y ha sido un empezar de cero para los liderazgos opositores que estaban prisioneros. La mayoría se han adaptado a la idea de que ahora tienen que seguir la lucha contra la dictadura de Daniel Ortega fuera del país, sin embargo, una de las barreras más grandes siguen siendo las diferencias entre los mismos opositores, encontrándose de nuevo en el mismo punto que dejaron antes de ser encarcelados.

El líder opositor de Masaya y dos veces preso político, Yubrank Suazo, manifestó que la oposición tiene que demostrar que “es capaz de afrontar con madurez, pragmatismo y claridad los errores y vacíos del pasado”, en referencia a 2018. En medio de la represión armada contra las masivas protestas civiles de 2018, los sectores opositores intentaron entablar un diálogo con Ortega, pero esta iniciativa no tuvo ningún resultado ni respuesta. Para los críticos, Ortega solo ganó tiempo para armar a sus simpatizantes y aplastar las protestas callejeras.

Primer diálogo interno

Yubrank Suazo. Foto cortesía

Suazo valoró que en este momento prima el propósito de restablecer el diálogo interno entre todas las organizaciones de oposición. Para ello se proponen “buscar unidad en acciones concretas y objetivos definidos”, “sin imposiciones ideológicas o sectarias que fragmenten el trabajo conjunto; a como se pretendió en el 2021”.

En 2021, año de votaciones presidenciales, la oposición intentó buscar un candidato único para enfrentarse a Ortega, sin embargo, este esfuerzo se dividió en dos grandes bloques opositores que fue casi imposible reconciliar por las posiciones. Al menos en público, la manzana de la discordia fueron las posiciones frente al Movimiento Renovador Sandinista (MRS), disidente del Frente Sandinista.

Finalmente ninguna de las dos plataformas opositoras tuvo siquiera la oportunidad de participar en las elecciones, pues la dictadura encarceló a los siete exaspirantes presidenciales, además de otros destacados opositores, entre ellos estudiantes universitarios, campesinos, empresarios, exdiplomáticos, periodistas, dueños de medios de comunicación, incluso sacerdotes.

El opositor nicaragüense Juan Sebastián Chamorro tras ser desterrado a Estados Unidos, el pasaedo 9 de febrero de 2022. LA PRENSA/AFP

Chamorro manifestó que desde que salió de prisión se mantiene en comunicación permanente con los demás liderazgos opositores, con quienes dijo que existe consenso de que la prioridad es la unidad frente a la dictadura, aunque se siguen trazando estrategías para lograr ese propósito.

“Hemos tenido reuniones, tanto presenciales como virtuales, para definir estrategias y se va alineando lo que puede ser una estrategia política para los próximos meses. En esto evidentemente están las organizaciones y sus representantes, tanto en el exilio como en el interior del país, pero con el objetivo principal de estar en esta unión de opositores, para hacerle frente a esta dictadura”, expresó Chamorro.

El opositor Juan Diego Barberena, vocero de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), expresó que esta organización se encuentra en un proceso de reflexión interna y de encuentro con sus liderazgos que salieron de prisión en febrero. La UNAB tenía más de 30 de sus miembros encarcelados, entre ellos el exaspirante presidencial, Félix Maradiaga.

“Nosotros también nos hemos planteado como siguientes pasos, luego de las actividades de abril, trabajar en identificar puntos de conexión y en diálogos entre los distintos liderazgos políticos, pero sobre todo también reagruparnos internamente con nuestros compañeros y compañeras que han salido de la cárcel, para robustecer la actividad dirigencial de la Unidad Azul y Blanco, pero también hacia el exterior, de cara a los siguientes pasos que nos permitan ser parte de bloques comunes y de consensos políticos para enfrentar a la dictadura”, dijo Barberena.

La UNAB es una de las organizaciones opositoras que nacieron en el furor de las protestas civiles de 2018 y que en 2021 participó en el proceso de selección de un candidato único, a través de la llamada plataforma Coalición Nacional, que integró a un grupo heterogéneo y con diferentes ideologías.

Quieren sumar a jóvenes exiliados

El también ex preso político y líder estudiantil Lesther Alemán, fundador de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) y una de las caras más visibles de este grupo, dijo que esta organización se mantiene activa desde el exilio y de manera clandestina en Nicaragua.

Alemán manifestó que en este momento el trabajo de AUN desde el exilio está centrado en canalizar a otros jóvenes nicaragüenses que están fuera del país por diferentes razones.

“Quienes estamos fuera hoy hemos asumido una lucha como la de hace cinco años, con los mismos intereses, pero con más fuerzas, sobre todo para sumar a los jóvenes que están por distintas razones en el exilio, razones económicas, razones familiares, razones políticas, razones de contexto, y que estos jóvenes con interés en participar de este proceso que estamos construyendo un país, que ha costado, nos lleva cinco años, puedan involucrarse en esta organización donde puedan encontrar una familia”, dijo Alemán.

En 2018, el liderazgo de Alemán lo llevó a ser uno de los protagonistas del fallido diálogo nacional, siendo él quien le pidió de frente a Daniel Ortega que dejara el poder.

Lesther Alemán en el exilio. Foto cortesía

El líder estudiantil recordó que desde el principio el interés de esta organización ha sido aportar a un cambio nacional desde las juventudes, pero están claros que esta es solo una fase.

“Ser joven y universitario es solo una pasantía de vida. Nos corresponde ser en este presente nicaragüenses jóvenes que estamos apostando y trabajando para construir una alternativa que supere la crisis. La etapa de juventud la vamos a agotar esforzándonos para que los jóvenes seamos sujetos activos de ese cambio. No permitiendo que pocos y desconectados de nuestras realidades tomen decisiones”, dijo el joven de 25 años.

Alemán agregó que AUN no quiere ser un ala juvenil de otro grupo mayor, sino que quieren estar en la primera línea de cambio, haciendo sus propuestas y planteando sus inquietudes.

Alemán y Max Jerez, otro fundador de AUN, estuvieron presos casi dos años por su oposición a Ortega, encerrados en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial de Managua, mejor conocida como el nuevo Chipote.

A los 222 opositores que fueron desterrados a Estados Unidos, sin nacionalidad nicaragüense, España, México, Argentina, Chile y otros países de la región latinoamericana les han ofrecido nacionalidad para que puedan tener un estatus legal, desde donde muchos han prometido seguir haciendo incidencia para la salida de Ortega y su esposa Rosario Murillo del poder.

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