¿Qué significa la salida de Nicaragua de la OEA?

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, reunido en Washington. Confidencial | EFE

Organismo seguirá pendiente de situación de Nicaragua y advierte que obligaciones de derechos humanos no acaban con la denuncia de la Carta de la OEA

Por Confidencial

HAVANA TIMES – El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) decidió que, después del próximo 19 de noviembre de 2023, cuando se cumplen los dos años reglamentarios para la salida de Nicaragua de la OEA, el organismo continuará “prestando especial atención a la situación en Nicaragua” y enfatizó que la salida del organismo «no deja sin efecto» las obligaciones legales y convenciones interamericanas que el país ha ratificado.

Este compromiso de los Estados miembros fue expresado mediante la resolución Medidas Consiguientes a la Denuncia de la Carta de la Organización de los Estados Americanos por la República de Nicaragua, aprobada este miércoles 8 de noviembre por consenso de las 32 delegaciones. Luego de la aprobación fueron agregados dos pie de página, uno de El Salvador y otro de Brasil.

La resolución hace énfasis en que la denuncia de la Carta de la OEA por parte de Nicaragua “no deja sin efecto las demás obligaciones legales por las cuales es responsable en virtud de su ratificación de otras convenciones interamericanas, en particular, pero no exclusivamente, aquellas relacionadas con la promoción y protección de los derechos humanos”.

También afirma que Nicaragua, aunque deje de pertenecer a la OEA, “sigue obligada a respetar todos los derechos humanos reflejados en las normas consuetudinarias; todos los derechos humanos contenidos en las convenciones multilaterales de derechos humanos de las que es parte, así como los derivados de principios generales del derecho internacional que aseguran la protección universal de la dignidad humana”.

El 19 de noviembre de 2021 el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo notificó al secretario general de la OEA, Luis Almagro, su decisión de denunciar la Carta de la OEA y anunció su retiro como miembro de la organización de conformidad con el artículo 143. 

El artículo 143 establece también que, transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la Carta cesará en sus efectos respecto del Estado denunciante, y éste quedará desligado de la organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la Carta.

La decisión de la dictadura se basó en supuestas y “constantes actitudes injerencistas” de la OEA, relacionadas a la aprobación de resoluciones referidas a la crisis de Nicaragua en las que se condenaron los atropellos del régimen. 

Ante la inminente salida de Nicaragua del organismo regional, el Consejo Permanente continuará «prestando especial atención a la situación en Nicaragua, haciendo sus mejores esfuerzos para promover y fomentar el pleno respeto de Nicaragua a los derechos humanos y libertades fundamentales de todos los ciudadanos del país», dice la resolución.

Ortega no se va a librar «tan fácil»

El representante permanente de Uruguay, el embajador Washington Abdala, sostuvo que el régimen de Ortega y Murillo «no se a librar tan fácil de la defensa de los derechos humanos» y expresó su deseo de que vuelva al sistema interamericano para decirle en la cara «lo que realmente son».

«No señor Ortega. No se va ir tan fácil de la defensa de los derechos humanos en el continente, no va a ser tan simple, no debe ser tan simple», advirtió el embajador uruguayo luego de explicar que el régimen nicaragüense ha roto todas las líneas rojas.

«Este no es un tema ni ideológico, ni de izquierdas, ni de derechas, este es un tema esencial. Estamos hablando de la defensa de la vida de nicaragüenses, no de uno ni de dos sino de cientos de nicaragüenses que la están pasando mal, muy mal, por una dictadura que es de las peores del continente», denunció Abdala.

Comunidad internacional debe seguir vigilante

La representante permanente de Costa Rica, la embajadora Alejandra Solano, recordó que la noción de garantía colectiva en los sistemas interamericanos implica un deber de los Estados interamericanos de actuar conjuntamente y  cooperar para proteger los derechos y las libertades a los que se han comprometido internacionalmente.

“Reiteramos nuestra profunda preocupación por las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, por las decisiones ilegales y arbitrarias que se realizan en perjuicio de sus propios ciudadanos, de las organizaciones no gubernamentales, contra centros de educación y contra miembros de la Iglesia católica en Nicaragua”, comentó la embajadora costarricense.

Solano también instó a la comunidad internacional a seguir vigilando de cerca la situación en Nicaragua y a trabajar en conjunto para salvaguardar los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad de todos sus ciudadanos.

El representante permanente de Canadá, el embajador Stuart Savage, expresó que su país seguirá trabajando en favor de los derechos humanos de los nicaragüenses y reiteró que “Nicaragua sigue teniendo obligaciones con diferentes convenciones de los derechos humanos” a pesar de su salida del organismo. 

“Canadá seguirá trabajando con todas las delegaciones para mantener la puerta abierta para el diálogo y para la participación genuina con el Gobierno nicaragüense. Esperamos que Nicaragua pueda volver algún día a esta organización”, subrayó el embajador canadiense.

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