¿Qué pasará si Nicaragua es expulsada del CAFTA?

Investigador sostiene que habría graves consecuencias, si Estados Unidos excluye a Nicaragua del CAFTA; empresas extranjeras también se irían del país
Por Iván Olivares (Confidencial)
HAVANA TIMES – Nicaragua afrontaría graves consecuencias económicas si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, restringe o elimina los beneficios del tratado de libre comercio conocido como CAFTA-DR. También podría haber consecuencias para el resto de países del istmo de Centroamérica, valora el investigador de la Universidad de Costa Rica, Jhon Fonseca Ordóñez, quien advierte que “las consecuencias serían severas”.
A finales de enero de este año, el enviado especial del presidente Trump para América Latina, Mauricio Claver-Carone, declaró que a Estados Unidos no le interesa tener a Nicaragua como socio comercial. A raíz de eso, están buscando “opciones” con sus aliados en la región para que el país sea excluido del CAFTA.
Cualquier medida que Washington pudiera implementar tendría consecuencias para Nicaragua, por cuanto el país perdería -o vería limitado- su acceso preferencial al mercado estadounidense.
Empresas podrían irse de Nicaragua
“Sin CAFTA, los productos nicaragüenses enfrentarían aranceles elevados, reduciendo su competitividad”, asegura el catedrático. A su juicio, las exportaciones más afectadas serían las que provienen del sector textil y confección; café, tabaco y mariscos, así como los productos agrícolas y los manufacturados.
Afectar los productos del sector textil y confección, así como algunos de los que se elaboran en empresas adscritas al régimen de zona franca, conllevaría a una pérdida de empleos casi inmediata. El catedrático recuerda que “Nicaragua tiene una fuerte industria maquiladora que depende de las exportaciones a Estados Unidos”, por lo que “si las exportaciones caen, miles de trabajadores podrían perder sus empleos”.
Adicionalmente, prevé que algunas empresas multinacionales (en régimen de zona franca o no) podrían relocalizarse en otros países signatarios del tratado de libre comercio, como Honduras o El Salvador.
Otros ámbitos en los que también es previsible esperar consecuencias, es en el de la captación de inversión extranjera directa, porque “sin acceso preferencial a Estados Unidos, Nicaragua perdería atractivo como destino de inversión”. Eso podría empujar el éxodo empresarial hacia países con mejor acceso a mercados.
Aunque no se ha hablado del tema, Fonseca Ordóñez, que también es experto en Gestión, Comercio Exterior y Desarrollo, advierte que Trump podría imponer restricciones al envío de remesas, (sumaron 5243.1 millones de dólares en 2024) lo que reduciría el flujo de dinero hacia Nicaragua. Si eso pasara “la crisis económica podría forzar una mayor migración a Costa Rica y Estados Unidos”, vaticina.
Si sale Nicaragua, se afecta a Centroamérica
Si bien tanto Claver-Carone como el secretario de Estado Marco Rubio han emitido fuertes declaraciones sobre la exclusión de Nicaragua, una de las razones por la que no se ha implementado medida alguna es que parece que no se puede hacer sin afectar al resto de Centroamérica. Fonseca Ordóñez coincide en que “si Estados Unidos impone sanciones comerciales a Nicaragua, esto puede afectar de manera colateral a otros países de Centroamérica”.
Al formar el país parte de las cadenas de valor centroamericanas, aplicar restricciones comerciales a Nicaragua podría afectar la exportación de materias primas a países vecinos. También podría perjudicar la producción regional de textiles y manufactura, y dificultar la logística regional, “ya que Nicaragua es un corredor clave para el comercio intrarregional”.
El académico advierte que no se puede descartar un aumento del contrabando y desvío de comercio, a través de las fronteras con Honduras y Costa Rica. Al igual que hacen las empresas y entidades de otros países sancionados (como Rusia), las empresas nicaragüenses podrían intentar exportar sus productos a Estados Unidos “usando intermediarios en otros países del CAFTA”.
Finalmente recuerda que, como ya se ha visto en el pasado, sancionar a Nicaragua podría derivar en mayor presión migratoria y desestabilización económica en la región. “Una crisis económica en Nicaragua podría generar mayores flujos migratorios hacia Costa Rica y Estados Unidos”, además que “la inestabilidad económica podría impactar la inversión extranjera en toda la región, afectando la percepción de riesgo en Centroamérica”, concluyó.
Opciones para excluir, sin incumplir el tratado
El investigador Fonseca Ordóñez estima que a la suspensión de preferencias arancelarias, se le podría añadir otra represalia: restricciones financieras y de inversión. Al respecto, señala que “Estados Unidos puede restringir el acceso de Nicaragua a financiamiento internacional, afectando el flujo de divisas y las operaciones de empresas nicaragüenses”.
Algunas de las medidas posibles incluyen el bloqueo de financiamiento de organismos multilaterales como el Banco Mundial, el FMI y el BID. Además de bloquear, puede hacer que se retrasen los préstamos y la asistencia técnica para Nicaragua.
Otro frente hasta ahora no implementado es el de aplicar sanciones financieras contra los bancos nicaragüenses, o bien, excluirlos del sistema financiero internacional (SWIFT), “dificultando transacciones comerciales y de inversión”.
Washington también puede seguir sancionando a individuos y empresas nicaragüenses, afectando el comercio y la economía de manera indirecta. Así, las sanciones contra altos funcionarios podrían complementarse con el congelamiento de activos, y restricciones de viaje a figuras del Gobierno.
Si las sanciones se aplican contra empresas clave, Fonseca Ordóñez identifica que se podría restringir la exportación de productos estratégicos nicaragüenses hacia Estados Unidos. También se podría restringir las importaciones que hace Nicaragua, e imponer barreras administrativas que dificulten la entrada de los productos nicaragüenses a Estados Unidos, haciendo que estos tengan que cumplir con certificaciones más estrictas.
Adicionalmente, encuentra que Estados Unidos puede influir en otros países para que no firmen acuerdos comerciales o de inversión con Nicaragua, debilitando su comercio exterior. También puede restringir la cooperación con socios clave de Nicaragua, como la Unión Europea o México, y presionar a empresas internacionales para que no hagan negocios con el país.
Mecanismos para excluir a un país
Dado que no es difícil imaginar esas consecuencias, los expertos se están centrando en el cómo, siendo que en el Tratado “no existe una cláusula explícita que permita la exclusión o expulsión de un país firmante de manera unilateral o automática. Sin embargo, hay varios mecanismos que podrían, en la práctica, llevar a la salida de un país del acuerdo, dependiendo de las circunstancias”, advierte Fonseca Ordóñez.
Uno de ellos es que Nicaragua se retire voluntariamente del acuerdo. Eso es poco probable, pero no imposible. Si bien el CAFTA “no establece un mecanismo directo para la expulsión de un país, pero un país firmante puede retirarse voluntariamente del tratado mediante una notificación formal”, señala. En todo caso, el procedimiento a seguir, ya está normado por el derecho internacional, y por la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
Ante la dificultad para que Daniel Ortega y Rosario Murillo renuncien al Tratado, el investigador hace notar que se podría ejercer presión política o económica para obligarlos a salir. Eso podría ocurrir haciendo que el resto de países CAFTA imponga restricciones comerciales a Nicaragua, o que le nieguen acceso a mercados clave.
Una opción más es que la dictadura deje de confiar en los mecanismos de resolución de disputas. “En este caso, el país afectado podría decidir que su mejor opción es salirse voluntariamente”, detalló.
Varios países tendrían que ponerse de acuerdo
Otra forma sería la aplicación de sanciones y con la suspensión de beneficios comerciales. Al respecto, el profesor Fonseca Ordóñez explica que “si un país incumple de manera grave sus compromisos dentro del Tratado, existen mecanismos para suspender beneficios comerciales, aunque no para expulsarlo del acuerdo”.
Esos mecanismos podrían activarse si se comprobara que Nicaragua está violando las disposiciones laborales o ambientales. “El tratado tiene mecanismos de resolución de disputas que permiten imponer sanciones comerciales a un país si incumple compromisos en estos ámbitos”, especifica el experto.
Una situación similar ocurre si se incumplen las normas de comercio o inversión. Si un país adopta medidas contrarias a las reglas del CAFTA, los demás miembros pueden iniciar procedimientos de solución de controversias que podrían resultar en sanciones. También puede ocurrir que un país adopte medidas proteccionistas o discriminatorias, y que otros países respondan con represalias que ya están dentro del Tratado.
También existe la opción de modificar el Tratado para excluir a un país, o de paso, hacer un tratado nuevo sin incluir a Nicaragua. “Los demás miembros podrían modificar el Tratado mediante un nuevo acuerdo que excluya a una de las partes. Para esto, todos los países restantes tendrían que renegociar el Tratado y firmar una nueva versión sin la participación del país excluido”, señala.