Población cubana encara difícil cuarentena

Muchos hogares cubanos carecen de condiciones para practicar el obligado confinamiento de sus integrantes y una efectiva higiene personal.

Por IPS Cuba

Fuentes oficiales revelaron en 2019 un déficit habitacional de 929.000 viviendas, con la situación más agravada en la capital.

HAVANA TIMES – El hacinamiento y mal estado de muchas viviendas, la falta de agua y la escasez de productos de aseo complican en muchos hogares de Cuba el cumplimiento de la campaña «Quédate en casa», aplicada en la mayoría de los países para frenar el avance de la letal pandemia de la covid-19.

Los medios estatales cubanos reproducen a lo largo del día un spot animado con el llamado del Ministerio de Salud Pública de extremar las medidas de higiene personal frente al avance del coronavirus y mantener distanciamiento social.

Hasta el primero de mayo, se acumulaban un total de 1 611 casos positivos y 66 fallecidos desde el pasado 11 de marzo. La Habana presenta un acumulado de 740 casos para una tasa de 34,7 por cada 100 000 habitantes.

La prensa estatal y la televisión recuerdan que la Organización Mundial de la Salud insiste en que se debe priorizar el lavado frecuente de las manos, con agua y jabón para evitar la transmisión de enfermedades perjudiciales y las infecciones de todo tipo.

Higiene del hogar

Especialistas recomiendan, entre otras acciones, quitar el polvo de los muebles con una bayeta húmeda de solución desinfectante, limpiar con regularidad el fregadero, el escurreplatos y las superficies y objetos que se utilizan para cocinar.

También ventilar las habitaciones al menos diez minutos de manera que se renueve el aire del interior, desinfectar la bañera, el lavabo y los aseos, zonas húmedas dónde pueden proliferar moho y otras bacterias, y cambiar periódicamente la ropa de cama, entre otras normas higiénicas.

Sin embargo, en Cuba el jabón, los detergentes en polvo para lavar la ropa, los líquidos lavavajillas y la crema dental son los productos higiénicos que más trabajo está costando conseguir en esta nación caribeña.

Sin descontar, por supuesto, los alimentos. El número de cubanos con 60 años o más (grupo etario más vulnerable) fue en 2019 del 20,8 por ciento del total de la población de 11,2 millones de habitantes.

El ministerio de Comercio Interior ha aclarado que la venta de productos de aseo, que comenzaron a escasear a partir del segundo semestre del pasado 2019, «no va a desaparecer». Empero, hasta ahora, ha sido incapaz de satisfacer con regularidad la demanda nacional.

Poca agua

Además, la escasez de agua limita el estricto cumplimiento de las medidas higiénicas necesarias para prevenir el contagio por coronavirus pues, según los más recientes datos, más de 510.000 personas enfrentan dificultades para acceder al vital líquido.

«El agua no me alcanza”, se lamenta una vecina del barrio de Cayo Hueso, en el densamente poblado municipio de Centro Habana. Y pregunta: “¿Cómo es posible que, si las medidas de higiene personal son esenciales para combatir el coronavirus, lo que más falte, en medio de la pandemia, sea precisamente el agua?”.

Ante este panorama, es obvio que muchas familias no pueden darse el lujo de lavar diariamente toda la ropa usada, como aconsejan las autoridades sanitarias.

La respuesta del gobierno ha sido pedir ahorrar el agua disponible y acelerar las inversiones hidráulicas en un país que sufre periódicas sequías como la que lo azota en los últimos meses y que afecta a un 90 por ciento del territorio nacional.

En un chequeo a los programas del sector, dirigido por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, se informó que, solo en la capital, las afectaciones impactan en el 21,8 por ciento de la población, que recibe el servicio con intermitencia de horarios, según el diario oficial Granma.

Cuarentenas domésticas

Mientras en las calles continúan las largas filas en los establecimientos comerciales, para comprar suministros ante el desabastecimiento, es un hecho que la aglomeración también se produce en los hogares.

Por ello, cada vez son más los consejos de psicólogos, a través de la televisión, sobre como sobrellevar la obligada permanencia en las viviendas, una de las acciones más efectivas para lograr el distanciamiento social en la lucha contra la propagación de la epidemia de la covid-19.

Ese apoyo emocional intenta reducir los niveles de estrés, irritabilidad, depresión e incluso violencia, que afecta más a las mujeres, niñas y niños.

Como parte de la compleja batalla para reducir las infecciones, las autoridades han declarado a 39 comunidades del país en algún tipo de aislamiento o cuarentena. Pero, al menos en esta capital, parecen no existir las mejores condiciones para soportar una duración indefinida de tales medidas.

La mayor dificultad es la situación habitacional en el país donde la escasez y degradación de las viviendas es uno de los principales problemas sociales y económicos que dificulta mantener la armonía en cada núcleo familiar donde conviven hasta tres generaciones.

La vivienda

Según datos del último Censo de Población y Viviendas de 2012 y otras evaluaciones realizadas hasta junio del 2017, existen algo más de 3 824 000 viviendas, pero de ellas el 39 por ciento se encuentra en regular y mal estado técnico.

Sus causas se atribuyen al envejecimiento, su deterioro por la falta de mantenimiento, los frecuentes derrumbes, los huracanes y la disminuida capacidad constructiva del Estado. Fuentes oficiales revelaron en 2019 un déficit habitacional de 929.000 viviendas, con la situación más agravada en la capital.

Según el censo de 2012, La Habana dispone de 709.508 viviendas particulares. Pero ese fondo habitacional de la capital, con 2,2 millones de habitantes, tiene una edad promedio de 80 a 90 años y ante la falta de un mantenimiento adecuado varios barrios exhiben un estado de esas edificaciones que va de regular a muy mal.

En uno de esos barrios, Los Sitios, el de mayor concentración poblacional de La Habana, el Gobierno municipal anunció el cierre de algunas zonas donde se han dado casos positivos de coronavirus. La tasa de contagio por la Covid-19 en esta demarcación es de casi 39 casos por cada 100 000 mil habitantes.

La gente se queja por la escasez del agua potable en esta barriada donde existen más de 40 ciudadelas (solares) en las que el suministro es deficiente, lo que aumenta el riesgo de propagación de la epidemia entre sus moradores.

En Los Sitios, como ocurre en otros barrios capitalinos, en las viviendas, aptas para tres o cuatro personas con frecuencia se hacinan hasta una docena, incluidos niños.

Las autoridades piden a la población que permanezca en sus hogares, pero las personas tienen que salir diariamente a buscar víveres, enfrentarse a aglomeraciones y no siempre encuentran alimentos suficientes en mercados desabastecidos. Y puede que regresen a sus casas como portadores del coronavirus.

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Termina cuarentena en comunidades cubanas

Dos comunidades cubanas dijeron adiós al confinamiento la semana pasada, por decisión de los Consejos de Defensa Provincial luego de contener los contagios por el nuevo coronavirus.

El 29 de abril, 16 manzanas del Consejo Popular Argentina-Bellavista, en la ciudad central de Camagüey, terminaron las medidas de control de entradas y salidas y otras que fueron decretadas desde el 10 de abril, por un evento de transmisión local de covid-19.

Y el primero de mayo concluyeron las medidas de confinamiento implementadas desde el 31 de marzo en la comunidad Camilo Cienfuegos, en el municipio de Consolación del Sur, en Pinar del Río.

Esta fue la primera comunidad de Cuba en entrar en cuarentena, una medida que se aplica con diferentes grados en 37 asentamientos cubanos.

One thought on “Población cubana encara difícil cuarentena

  • La noticia de que algunas comunidades abandonan la cuarentena es realmente aquella fase de cuarentena justificada extrema, por algún brote. Pero en sentido general hay una cuarentena masiva, de confinamiento en casa que se viola mucho debido a la carestía y caemos en el asunto de las colas. La gente jocosamente dice “cola o muerte” y ahí se jode la cuarentena. Pero en efecto la permanencia en casa tiene sus consecuencias, incrementa el consumo eléctrico que tiene precios exponenciales en la tarifa por lo que un gasto del 20% significaría un incremento en el costo de un 60% o más. Incrementa también la violencia doméstica, los conflictos intergeneracionales en los hogares cubanos donde conviven hasta tres generaciones; el estrés, y así por el estilo.

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